Daniel Albarracín. Sept.2013
Energía
• ¿Que posibilidades y previsiones hay de
que las renovables cubran la producción de electricidad para 2030? ¿Y para el
conjunto del consumo energético, no sólo el eléctrico?
Esto depende de decisiones políticas y de un
cambio del medio socioeconómico. En las actuales perspectivas, las propuestas
de la UE no son sólo muy limitadas (20%) sino que finalmente el modelo de
estímulos ecoliberal establecido reducirán su alcance mucho más. Únicamente
cambios sociopolíticos profundos podrán conducir a una cobertura de esa
naturaleza y envergadura.
• ¿Cual es el potencial de empleo de
renovables frente a convencionales?
El potencial de empleo puede ser muy amplio. Las
estimaciones hasta ahora desarrolladas se limitan a empleos verdes integrados
en el sistema industrial capitalista, y aunque son importantes, no contemplan
otro escenario. Pero en la perspectiva y la urgencia de transición energética
inmediata, la creación de empleo en este ámbito debería ser fortísima, porque
supone no sólo empleos de mantenimiento y perfeccionamiento, sino de generación
de infraestructuras básicas masivas. Si bien, este escenario exigiría, como
decimos, un cambio revolucionario hoy por hoy por construir.
• En las previsiones de expansión de las
renovables ¿tenéis en cuenta la escasez física de muchos materiales que se
utilizan en los sistemas de captación?
Las medidas que se plantean, en clave de
capitalismo verde, incluyen medidas de captura de carbono (y acumulación
subterránea cerca de la litosfera del CO2 generado), desarrollo de
agrocombustibles, expansión de centrales térmicas de ciclo combinado (gas) o
desarrollo del coche eléctrico. También hay fuerzas que quisieran incluir entre
ellas a las centrales nucleares, algo que sería inaceptable por los peligros
que acarrean. Estas medidas desacelerarían la destrucción de un cambio
climático acelerado, pero no lo impedirían. Además, su introducción, al igual
que otras fórmulas renovables más sostenibles, estará pautada al ritmo de los
negocios y la rentabilidad, un proceso harto lento y contradictorio. En el caso
de la energía nuclear, además, las reservas de uranio son de apenas 80 años. El
gas, más o menos también. Son fuentes que alargarían la vida ante la escasez
venidera de fuentes fósiles como el petróleo (aunque el Peak oil pueda
retrasarse, merced a la obtención de nuevas fuentes degradadas de yacimientos
fósiles, nuevos yacimientos ante el deshielo, etc…). Las renovables del
“capitalismo verde” ocasionan nuevos problemas, y sólo permiten ganar tiempo
para el problema de escasez energético. No reducirían la emisión de gases de
efecto invernadero, mientras no se acabe con el sistema tradicional. La captura
de carbono puede generar trastornos tectónicos a largo plazo. Los
agrocombustibles, si son un monocultivo local, generaría problemas de
hibridación con transgénicos, de biodiversidad y de problemas alimentarios. Los
coches eléctricos también exigen consumo de materiales a gran escala y
seguramente el vehículo privado sería difícil de generalizar si se plantean
unos límites ecológicos razonables.
Las energías renovables sostenibles suponen
también impactos de infraestructura (un molino o un panel consume materiales,
también), y para ser eficientes supone una reorganización social y urbana de
grandes proporciones. Además, su producción energética media es menor que la de
base fósil, lo que conduciría a unos niveles de vida que no pueden suministrar
los mismos consumos materiales. Sin embargo, la emergencia del cambio
climático, las hacen las únicas candidatas para disponer un planeta habitable
en las próximas décadas.
• ¿No es peligroso desde el punto de vista
democrático un modelo eléctrico muy centralizado y dependiente de la
tecnología?
La tecnología no puede ser una varita mágica. Los
cambios han de ser tanto políticos, culturales, económicos, laborales como de
organización de la vida social. Las economías sostenibles han de ser
proximidad, para reducir los gastos energéticos del transporte. Pero eso no
equivale a volver al mundo rural, aunque en muchos casos sea interesante
hacerlo. Para poder suministrar una vida digna a la población actual (que en un
futuro deberá contener su crecimiento) son precisas las ciudades, para que las
economías de escala de instalaciones de, por ejemplo, paneles solares en los
techos de los edificios, sean suficientemente eficientes y den prestaciones de
cierta masividad. Es muy probable que algunas ciudades sean inviables, y que deben
desarrollarse nuevas, de tamaño medio, bien interconectadas por tren o barco,
en nuevas localizaciones donde haya acceso a condiciones naturales que
proporcionen suficiente energía y base material para una vida. Eso supone
volver a nuevas realidades urbanas medianas en la cercanía de los ríos, de los
bosques, de las montañas, del mar, o lugares soleados o con grandes vientos.
Espacios que no estén alejados de ecosistemas vivos a los que se respete, para
apostar por la cercanía a la naturaleza minimizando el impacto de los
transportes, y que tengan acceso a fuentes de energía suficiente y renovable.
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