21/7/16

Crisis ecológica, económica y social. Diagnóstico y propuestas para una alternativa política


Daniel Albarracín y Carlos P
ereda. 2015.

Revista Éxodo. 

Un diagnóstico de la evolución de la economía en la sociedad española no se puede hacer aisladamente sino teniendo en cuenta los estrechos vínculos entre economía, ecología y sociología política, y ubicando el caso español en el contexto europeo y de las relaciones internacionales. Todas estas dimensiones están articuladas en lo concreto y tanto el diagnóstico como las propuestas políticas que se esbozan a continuación parten de una visión crítica con el modelo social establecido.
La acumulación productiva y el objetivo de lucro como lógicas sistémicas abocan a una depredación del medio, a la explotación de unas clases (mayoritarias) por otras (minoritarias) y a la rivalidad y jerarquización entre los pueblos. Las instituciones estatales, supranacionales y las grandes corporaciones transnacionales aplican estas lógicas hasta donde les es posible, mediante la regulación del campo mercantil, fiscal, penal, etc., la defensa de la propiedad privada de los medios productivos y la libertad de movimiento de los capitales, y el despliegue de modelos de competitividad mercantil y explotación laboral cuyos límites solo se encuentran en las resistencias populares, sindicales y políticas de los y las de abajo.

El reto ecológico

El curso ecológico de nuestro planeta está sometido a una alteración que pone en tela de juicio la sostenibilidad de la vida, no sólo para las próximas generaciones sino también para la nuestra. Y la razón principal de esta gravísima alteración del medio ambiente, que da pie a la mayor ola de extinción de especies en la historia del planeta y a una degradación profundísima de las condiciones y territorios habitados por la especie humana, no tiene que ver con causas naturales sino, más bien, con el modelo de producción y consumo que orienta las bases de nuestra economía. Un modelo acostumbrado a consumir compulsivamente materias primas y energías no renovables, altamente emisor de gases de efecto invernadero que contaminan la tierra y el agua, generando una huella ecológica cada vez más grande, con residuos tóxicos en expansión que hacen del planeta algo parecido a un vertedero. Las consecuencias de este modelo de crecimiento son devastadoras y plantean grandes retos ecohumanos:
  1. El caos climático, producido por la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera, cuyas consecuencias en el calentamiento global nos enfrentan a plazos exiguos (a lo más cinco años) para emprender medidas planetarias de transición energética hacia un esquema de energías renovables, electrificación del sistema productivo y de transporte, extracción productiva de baja emisión en carbono, y reducido recurso a materias primas y energía.
  2. Un proceso de finalización del acceso razonable y barato a energías fósiles, por otro lado las principales causantes de la emisión de gases de efecto invernadero. El Peak oil ya se ha producido, y aunque nuevas formas agresivas de extracción (fractura hidráulica, nuevos yacimientos en el ártico, etc.) pueden retrasarlo, o realizar sustituciones internas entre diferentes fuentes (gas natural) con mayores reservas, sin duda alguna es una de las razones de los grandes conflictos militares y fronterizos de nuestra época, por lo que es de urgencia vital sustituir estas fuentes, sin caer en el abismo civilizatorio del peligro de las nucleares.
  3. El agotamiento de tierras fértiles, materias primas de uso industrial y zonas irrigadas con agua potable de calidad. El calentamiento, la erosión y la desertificación están reduciendo las aguas dulces en la tierra y explican en gran medida los conflictos políticos y bélicos en numerosas zonas del planeta. Las corporaciones privadas globales se apropian de las materias primas esenciales, entre las que destacan las bases de la industria alimentaria mundial. Las grandes potencias están emprendiendo una adquisición a gran escala de zonas ricas en materias primas, tierras fértiles y zonas abastecidas de agua (para riegos y uso humano) cuya escasez está agudizándose, más aún con las prácticas de privatización en la propiedad y gestión de estos bienes comunes, socavando principios clave como el de soberanía alimentaria.
Los desafíos para enfrentar estas cuestiones insoslayables comprometen a un cambio de modelo productivo y energético, defensa y cuidado de los bienes comunes, infraestructuras sostenibles, desarrollo de energías renovables, economía ecológica, agricultura de proximidad, soberanía alimentaria, minoración y reciclaje de residuos, etc., tal como se recoge en el Cuadro 1.

11/7/16

FINANCIALIZATION, INVESTMENT COMPANIES AND TRADE UNIONISM: A PERSPECTIVE ON THE CRISIS (English)



Nota del autor: Este artículo recuperado es la traducción al inglés de una contribución que hicimos Eduardo Gutiérrez y yo mismo en 2008, cuando ya eran patentes los signos de la crisis. Un artículo que iba destinado a ser expuesto en Mumbai, India en una Conferencia, a la que al final no pudimos asistir. Hay varios post sobre la materia en este blog, pero hemos considerado de interés difundir este material en inglés para aquellos que encuentran dificultades para leer en castellano. Mucho ha sucedido desde entonces. Pero resulta claro, que, en este artículo se aportan claves de interpretación que siguen vigentes. Ahora ni Gutiérrez ni yo trabajamos en el mismo lugar que entonces, ambos participamos en Podemos.

Daniel Albarracín & Eduardo Gutiérrez[1]
December, 2008. Madrid, Spain.
CCOO



CONTENTS:






1.    Crisis? What crisis?


W
hen considering an analysis of the context of crisis, we cannot but recall that we are also in the midst of a crisis affecting civilization, the environment and society, as well as basic commodities (water, energy, food) in the framework of certain social relationships all of which define the current economic model.

In the countries of the North, we have been swamped by complacency, promising ourselves a providential future and denying the problems. In the last eight years, speaking of a crisis was seen as typical of madmen and Cassandras. Nonetheless, the contradictions seem now to be bursting and their size is a slap in the face to those still denying the obvious.

5/7/16

Un año después del OXI Griego: levantemos un plan alternativo en Europa

05 Jul 2016


Miguel Urbán
       

Hoy hace un año, el cinco de julio del 2015, del día que el pueblo griego votó masivamente (con una participación del 62%) un referéndum histórico sobre las políticas de austeridad y ajuste de las instituciones europeas. A pesar del corralito de los bancos, cerrados durante toda la semana previa a las votaciones y de las catastróficas advertencias lanzadas por la Unión Europea, la inmensa mayoría de los griegos, un 61,35%, votó OXI (NO). En el referéndum griego no solo se votaba en contra de la austeridad, el pueblo griego votó por una Europa diferente, por un cambio de rumbo de las instituciones y las políticas de la UE que habían demostrado gobernar en contra de sus pueblos y de sus gentes. Los mismos que hoy lloran el Brexit y se preguntan cómo la extrema derecha ha conseguido canalizar el voto protesta contra estas instituciones europeas, hace un año chantajeaban y vulneraban la voluntad popular griega amenazando con el Grexit, obligando a la firma de un vergonzante y terrible tercer Memorándum.


Un año después del OXI griego continúa el descrédito social de las políticas de austeridad y ajuste de la troika; naufragan las políticas europeas en la gestión de la llegada de miles de personas refugiadas a nuestras costas; se acentúa el autoritarismo y la falta de legitimidad democrática de unas decisiones e instituciones cada vez más cuestionadas; aumentan las fuerzas de la extrema derecha y su poder institucional y se demuestra que hace un año perdimos en Grecia la posibilidad de cambiar el rumbo hacia el precipicio del proyecto de la UE.



La crisis actual del proyecto de la UE demanda construir un plan alternativo para Europa que exija plantear un conjunto de medidas. No sólo debemos desterrar las políticas de la mal llamada austeridad; debemos abordar una regulación bancaria y la intervención en este ámbito, la armonización fiscal y laboral progresivas, la necesidad de un plan de inversiones europeas que no reconozca el Pacto de Estabilidad y Crecimiento y, sin duda, cuestionar la estructura y el mecanismo de las deudas públicas (y también las hipotecarias) para hacer cargar a los privilegiados el coste de la crisis que ellos mismos crearon con sus prácticas rentistas. Estas medidas, sean tratadas a escala nacional o, mejor aún, a escala supranacional o incluso paneuropea, inevitablemente colisionarán con la arquitectura de la actual UE, por lo que no quedará más remedio que desobedecer.






Durante estos años, mientras se reclamaba austeridad en materia de inversión pública, políticas sociales o derechos laborales y se adelgazaban las cuentas públicas en el proceso de desfiscalización sobre los beneficios o el patrimonio (abriendo la mano en la práctica a la evasión fiscal), se efectuaban políticas abiertamente generosas inyectando capital a bancos en bancarrota, o subvencionando a grandes empresas. Efectuando un mecanismo que la socióloga Saskia Sassen denomina “expulsión” de cada vez más sectores de población de los órdenes económicos y sociales, privándoles del derecho a tener derechos. Por ello decimos que la deuda pública es más que un síntoma, porque hemos asistido a un proceso orquestado políticamente de conversión de las deudas privadas en públicas y todo ello, no solo ha generado un aumento de la desigualdad y la pobreza estructural, sino también una imagen de carestía y de recursos escasos que ha ayudado a potenciar el aumento de la xenofobia política y su rédito de la inhumana situación de la crisis humanitaria de refugiados.

1/7/16

CENTRO Y PERIFERIA EN EL MARXISMO DE POSGUERRA (Claudio Katz)



                                                                                                  Claudio Katz[1]

RESUMEN

Cuatro economistas aportaron novedosas explicaciones del subdesarrollo. Baran resaltó el drenaje del excedente y corrigió las viejas ideas de obstrucción total de la industrialización. Sweezy esclareció los mecanismos de apropiación y anticipó el nuevo rol de Estados Unidos. Ambos refutaron las fantasías liberales del despegue.
            Amin explicó el carácter intrínseco de la polarización, como consecuencia de la inmovilidad del  trabajo ante la movilidad del capital y las mercancías. Analizó las tasas de explotación superiores y las transferencias de plusvalía padecidas por la periferia, bajo la acción de la ley del valor a escala mundial.
Distinguió, además, el intercambio desigual del deterioro de los términos de intercambio y diferenció la polarización económica de la dependencia política. Analizó también el imperialismo colectivo gestionado por la Tríada bajo la protección norteamericana. Los críticos de este concepto no comprenden el escenario contemporáneo.
Mandel indagó el conflicto entre acumulación primitiva y prioridades del capital metropolitano. Estudió tipos de plus-ganancia diferenciados a escala regional, nacional y sectorial y describió los márgenes históricos cambiantes para emerger del subdesarrollo.
También registró las bifurcaciones entre las periferias agro-mineras y semiindustrializadas. Evaluó contrapesos a las tendencias polarizadoras y remarcó las turbulencias y no el estancamiento del capitalismo. Además, estudió la dinámica fluctuante del intercambio desigual y concibió estrategias socialistas de convergencia entre los trabajadores del centro y la periferia.