6/12/18

Tras las elecciones andaluzas: ¿Qué cordón sanitario?.


Hay algunas lecturas que se están propugnando tras las últimas elecciones andaluzas, que introduce por primera vez en mucho tiempo el miedo a la extrema derecha como eje de actuación, y plantear un cordón sanitario a estas formaciones en los parlamentos en el Estado español. 

En mi opinión, me parece error postular estrategias que se basan en el miedo a la extrema derecha. Sin banalizar ni normalizarla, dando respuesta en los hechos ante sus abusos cuando se produzcan, hay que focalizar en las políticas de los grandes partidos que han dado alas a discursos reaccionarios, levantando una guerra de banderas, que, junto al hartazgo de una parte de la población, han generado un paquete explosivo en términos políticos. Hay que hacer responsable a quien hizo políticas que propiciaron el hartazgo o la decepción de la población, o que alineo su política con la reacción, abriéndole la puerta a aquellos que se oponen al progreso y la democracia. En este sentido, cualquier tentación de hacer cordones sanitarios que conduzcan a pactar males menores nos llevará al mal mayor a medio plazo. El cordón sanitario debe establecerse con determinadas políticas, discursos y prácticas, vengan de donde vengan, porque, en realidad VOX no es más que su expresión más extrema, y sus postulados ya estaban presenten en otras formaciones y grupos sociales a los que representan, ahora fuera del paraguas del PP.



Llega un periodo marcado por la resignación y cinismo, un proceso de polarización social en su forma más degradada, sujeta a la despolitización y la antipolítica (la protesta individual, o de agregación de individuos en torno a banderas abstractas). La forma de convertir esa polarización en algo transformador es volver a sostener esa relación orgánica y material con la sociedad civil, la discusión de las ideas, haciendo frente al discurso neoliberal y autoritario de los partidos del régimen, así como a la reacción en la práctica diaria para que el ejercicio de discriminación de colectivos, minorías, mujeres, grupos vulnerables y grupos con opciones alternativas, no se extienda. Una polarización que radique en otras ideas, otras formas de relación, en la solidaridad material sostenida, atendiendo a las necesidades sociales, que, con su fuerza, minoricen a las élites que ya han perdido el pudor y agitan las ideas más reaccionarias, para remover la nostalgia, el miedo a lo extraño, o por la ilusión a que la llegada de un nuevo grupo de poder cambiará su situación.

En suma, la clave no está en formar frentes populares que nos obligan a renunciar a nuestras aspiraciones políticas y a aceptar medidas contenidas para incluir a los llamados "demócratas". Se trata, por el contrario, de formar dinámicas de frente único frente a las medidas autoritarias y en aras de promover aquellas a favor de la democracia y la justicia social, medida a medida, sin comprometernos a aceptar alianzas con aquellas formaciones que, en última instancia, son responsables de las causas que originan estos movimientos extremistas y que, en suma, no tienen ninguna voluntad de pararles los pies, porque al fin y al cabo su extensión favorece a las élites a las que ellos obedecen.

2/12/18

Una alternativa al Marco Financiero Plurianual de la Unión Europea para 2021-2017.



Daniel Albarracín. 29/11/2018
Publicado en la Revista Sin Permiso 

La política y los discursos se quedan en nada si no se materializan en prácticas y recursos con un sentido concreto.

El Marco Financiero Plurianual de la UE nos recuerda, con frialdad, el lado material de la política. En él, se retrata la vocación práctica de la UE en su política concreta, al encuadrar, delimitar en volumen y transferencias internas los capítulos presupuestarios a medio plazo. No se trata, como suele presentarse, de un ejercicio de planificación presupuestaria para siete años, sino precisamente lo contrario: un corsé para limitar la acción política de la Unión, cuanto menos en lo que concierne a las políticas prácticas.

La Unión Europea es, en resumidas cuentas y, sobre todo, un espacio de concertación y de legitimación de las políticas de las clases dirigentes europeas. Unas políticas que sobre todo se aplican a nivel nacional, y la Unión establece el paraguas para facilitar la implantación de políticas neoliberales.

Como decimos, el Marco Financiero Plurianual impone al menos dos techos a la expansión de los presupuestos europeos, y lo hace para un plazo de 7 años, nada menos.

24/11/18

Tesis para una propuesta internacionalista y de emancipación de las soberanías populares: 8) Soberanías Populares e Internacionalismo Solidario


8.   SOBERANÍAS POPULARES E INTERNACIONALISMO SOLIDARIO.

 Daniel Albarracín
https://vientosur.info/spip.php?article14344

El conflicto no se presentará en una mesa de negociación, como idealizaba Varoufakis para Grecia, ni como sigue idealizando Diem25. Las propuestas de reforma paneuropea, más allá de toda la muy interesante inteligencia racional que pueda plantear, se abortarán de seguir los cauces previstos por las instituciones europeas, que ya prevén bloquear cualquier cambio de fondo de su naturaleza basada en un modelo intergubernamental que haga posible un marco de mercado de libre comercio y libertad de movimiento de capitales. Los sueños federalistas, por más que resulten simpáticos, deberán preguntarse qué es lo que está dispuesta a federar la Unión Europea, y el signo de su orientación sociopolítica. La hermosa idea federal parece abocada a su deformación perversa bajo la arquitectura institucional, política y económica de la UE, que, en suma, es la principal enemiga de los pueblos europeos.

Como hemos venido señalando, a su vez, las estrategias de refugio nacional en ocasiones hacen equivalente la lucha por la soberanía nacional al avance de la soberanía popular. Los Estados-Nación modernos están atravesados de una naturaleza social, en gran medida, orientada por intereses de las clases dominantes. No debe confundirse los conflictos competitivos entre países con las aspiraciones de las clases populares. Y no debe caerse en la trampa de que estamos del lado del Estado y no del Mercado[1], cuando han sido históricamente aliados necesarios entre sí, y entre ambos, con su propia naturaleza socioinstitucional, y el gran capital.

Ni que decir tiene que incidir en los límites de una estrategia de refugio nacional, que no hará mucho más que aplicar los instrumentales keynesianos del Estado-nación, de influencia disminuida en el marco del capitalismo global, no implica descartar tener que gestionar una posible expulsión del marco de la UE o de la Eurozona, dado el caso de que las reformas sociales y económicas emprendidas causen represalias de ese alcance. La elección entre el sometimiento y la libertad, ambos con costes, muestra más horizonte en el segundo caso. Grecia, eligió el sometimiento, y estará durante décadas sin soberanía económica ni autonomía política, condenando a generaciones a una explotación y precariedad, para devolver sus deudas.

Pero asumir las consecuencias de un camino trazado por la libertad, no equivale a conformarse con el encierro en un solo país de las medidas de cambio y progreso. Se trata de extenderlas, abriendo la cooperación a quien lo desee, si no hoy, mañana. Este proyecto puede llegar hasta el punto también de unir fuerzas en el camino de una convergencia real, en la integración de los capítulos competenciales que así se decida, o, incluso, conformar una nueva área supranacional solidaria. Las condiciones de que cada vez más países opten por la desobediencia y la alternativa serán cada vez más propicias. Se trata, en suma, de darle una forma apropiada y un vector político que lo materialice, mirando en el largo plazo.

A este respecto, cabe afirmar que nuestra estrategia ha de conjugar al mismo tiempo la lucha por la soberanía popular y el internacionalismo solidario. Las soberanías populares de los pueblos habrán de desplegar sus tareas propias nacionales y sus tareas conjuntas internacionales en cada caso. No habrá internacionalismo solidario sin pueblos soberanos, no habrá soberanía popular duradera sin la cooperación entre las clases trabajadoras de cuantos más pueblos libres mejor.



[1]Albarracín, D. (2012) “¿De qué mercado y estado me hablas?: los fundamentos del capitalismo y las nuevas políticas de la burguesía”. Nuestra bandera: revista de debate políticoISSN 1133-567X, Nº. 231, 2012, págs. 71-75

22/11/18

Tesis para una propuesta internacionalista y de emancipación de las soberanías populares: 7) La crisis de la Unión Europea


7.   LA CRISIS DE LA UNIÓN EUROPEA


Nadie duda de que la UE atraviesa su momento más difícil. El Brexit, las sucesivas crisis de deuda en Grecia, Irlanda, Chipre o España, las desobediencias xenófobas y reaccionarias de los países del Club de Visegrado en el Este de Europa, o la rebelión desobediente, aunque reaccionaria, en Italia, son las consecuencias de una institucionalidad intergubernamental cada vez más incapaz de coordinar a las élites europeas a un gran consenso burgués, y, por supuesto, muy lejos de suscitar el más mínimo entusiasmo entre la mayoría de población, si es que no causa un significativo y creciente rechazo.

El bloqueo del modelo de tomas de decisiones de la Unión Europea, por su carácter intergubernamental, es también garantía de la consagración y blindaje de los principios neoliberales de los Tratados Europeos. Unos Tratados que ponen en el centro el proyecto de libertad de movimiento de capitales y de mercancías, las políticas de ajuste estructural contra los salarios o los servicios públicos que respaldan los derechos sociales, como condición de necesidad para la restauración de la tasa de beneficio del gran capital. Detrás de estas condiciones están los facilitadores de las llamadas crisis simétricas (financieras, de rentabilidad o de inversión y productivas).Un modelo que se afianza con una arquitectura económica sujeta a un Sistema Euro (Michel Husson) levantado por la moneda única con tres pilares que le orientan: la política de control del déficit público, un presupuesto europeo irrisorio y no redistribuidor, y una política monetaria que privilegia al sistema financiero privado, que no sólo contribuye a la gravedad de dichas crisis simétricas, sino que propicia crisis asimétricas, en tanto que entraña un mecanismo idóneo para exportar las crisis del centro a las periferias.

20/11/18

Tesis para una propuesta internacionalista y de emancipación de las soberanías populares: 6) Hipótesis política de la polarización


6.   LA HIPÓTESIS POLÍTICA DE LA POLARIZACIÓN.

 Daniel Albarracín
https://vientosur.info/spip.php?article14344

Las derrotas sociopolíticas de las clases trabajadoras de las últimas décadas, y el avance del neoliberalismo, consiguiendo gestionar y aplazar el declive de la acumulación capitalista mediante políticas de financiarización, hasta, por lo menos 2008, supuso un retroceso en las condiciones sociales de vida, empleo y trabajo, que desplazó la posibilidad de cambio durante mucho tiempo. Desde este punto de vista, la crisis objetiva de la acumulación y de las posibilidades de cumplir las aspiraciones prometidas a una parte de la población, va a coincidir con una crisis de subjetividad antagonista, cuanto menos hasta 2011. Son las primaveras árabes o el 15-M en España, las que van a multiplicar los primeros ecos de rebeldía ya iniciados por los movimientos altermundialistas (1994-2000) y antiguerra (2004), dando forma a un mayor espacio y prácticas sociales que se replantean el modo de vida general y que, tras mucho tiempo, lo hacen con una audiencia social significativa.

18/11/18

Tesis para una propuesta internacionalista y de emancipación de las soberanías populares: 5) Sobre las Migraciones


5.   SOBRE LAS MIGRACIONES

 Daniel Albarracín
https://vientosur.info/spip.php?article14344
Un capítulo específico en el debate europeo es el que ocupa el de las migraciones. Es aquí donde se reúnen con más crudeza un conjunto de fantasmas y estereotipos, promovidos por las élites de cara a infundir un miedo que sirva, al mismo tiempo, para distraer la atención de los problemas principales, como para justificar, por el ejemplo, la agenda securitaria de la Unión y de algunos Estados Miembros, que responde tanto a razones geoestratégicas, de negocio, como de control social interno autoritario.

Es preciso recordar que los flujos migratorios internacionales han sido estables desde hace mucho tiempo, y sólo en los últimos años ha crecido ligeramente, representando en torno al 3,3% a escala mundial[1].Sólo un 7,5% de la población que reside en la UE es extranjera (Eurostat 2017), contradiciendo la percepción dominante de una presencia mucho mayor. A pesar de los desequilibrios internacionales, y salvo el periodo de huida de refugiados y asilados causado en la guerra de Siria, la llegada a Europa de personas de fuera no ha dejado de disminuir de manera muy sensible en los últimos tres años. Las barreras económicas, geográficas, legales y culturales lo dificultan. Si se ha producido crisis humanitarias se debe a la política de control de fronteras de la Unión Europea y de determinados países, interesados en generar una situación de caos y escarnio, que muestren hacia fuera la necesidad de ser seleccionados como fuerza de trabajo rentablepara ser admitidos por formas legales; y hacia dentro para señalar una imagen de carestía y rivalidad por recursos escasos que amenace a los autóctonos y los discipline, señalando así un enemigo exterior.

Conviene señalar que la Unión Europea ha desplegado un ejercicio de hipocresía sin parangón. Al tiempo que critica y hace amagos de sanción a algunos países que no toman la cuota de migrantes establecida, aplica una política similar o peor en las fronteras exteriores de la UE. Toda la cooperación al desarrollo internacional de la UE, mediante el Plan Europeo de Inversión Exterior, o mediante su política de vecindario, en los países vecinos está al servicio de condicionar su recepción al cumplimiento del papel de guardianes de fronteras, para retener, acoger o repeler a las personas que llegan a Europa, en una operación internacional sólo comparable a la política que ha ejercido Australia.

Dicho esto, resulta lamentable que, incluso admirables políticos de izquierda, asuman que “no podemos aceptar sin más que toda África se presente en Europa”. Ni esto se está produciendo ni se producirá. Es más, los flujos migratorios que vienen a Europa son perfectamente absorbibles por una sociedad tan rica. Sea como fuere, resulta imprescindible constatar las razones de las migraciones para reformular una estrategia política de intervención al respecto, que recorra los diferentes momentos que suceden en los procesos migratorios.

En primer lugar, las causas en origen. Los países en crisis suelen estar atravesados por el empobrecimiento, las crisis bélicas y la persecución política o religiosa. Detrás de ellas se esconden tres factores: conflictos geoestratégicos por los recursos energéticos y de materias primas, una división internacional de la que sacan provecho empresas transnacionales de países ricos, y, cada vez más, la crisis climática. Sin embargo, las personas migrantes para poder migrar no sólo tienen que estar forzadas por esas circunstancias, siempre trágicas, también necesitan de unos medios mínimos para emprender su huida. Normalmente, los desplazamientos suelen darse entre países del Sur, y de hacerse a mayor distancia requiere de unos recursos básicos que sólo una minoría disponible, aparte de contar con facilidades legales y de contactos en destino. Para responder a estos problemas, debemos comenzar por reconocer que aquellos países sufren estas circunstancias en una medida muy importante por la depredación de los países del Norte (EEUU, Europa, China,…), y que estos países no necesitan tanto una ayuda caritativa como la finalización de los procesos de desposesión, comercio desigual, y explotación que sufren desde otros países y empresas multinacionales. Las migraciones son mayormente un fenómeno de desplazamiento forzado, y, como tal, una política solidaria exigiría comenzar por reducir los factores que empujan a muchas personas a adoptar una medida tan dura.

En segundo lugar, los obstáculos a la circulación y la movilidad. La conformación de fronteras y regulaciones de cada país, dividen a la población entre nacionalidades y ciudadanías de rangos considerados diferentes en cada territorio de paso. Las barreras policiales, jurídicas, económicas, culturales, idiomáticas y geográficas comportan murallas de agresión al derecho a buscarse un modo de vida digno. Por si no fuera poco, generan un peligro para la vida, poniendo en bandeja a mafias, en el paso del Mediterráneo, y esclavistas, como en Libia, a personas en una absoluta necesidad y vulnerabilidad. Una política mínimamente solidaria debe fundarse en la conformación de vías seguras para el desplazamiento humano, una vez que estas personas se encuentran en la tesitura obligada a abandonar sus territorios de origen. Las ideas de ordenación de los flujos migratorios esconden un mecanismo de selección de la fuerza de trabajo, y unas condiciones de subordinación para que tengan que aceptar condiciones peores, sin impedir que al final importantes bolsas de personas tengan que pasar la travesía, del riesgo en los desplazamientos, periodos largos de situación de irregularidad y ausencia de derechos, y finales condiciones de inserción social y laboral muy subordinadas. Desde este punto de vista, la política debe no sólo establecer rutas seguras de paso, sino también medios apropiados de acogida y primer asentamiento, así como operativos de rescate cuando se trata de salvar vidas, por ejemplo, en los desiertos, montañas y los mares.

La política de integración, no sólo solidaria, sino también positiva para viejos y nuevos habitantes, ha de afrontarse desde enfoques interculturales de política pública que reconozca la dificultad del proceso y la exigencia de un mutuo esfuerzo por la comunicación, frente a los modelos segregacionista, o también superando el modelo asimilacionista francés o multicultural británico, mediante mediaciones que faciliten la convivencia cooperativa, e, inclusive la formación de nuevas reglas que acomoden la diversidad, siempre y cuando se respeten los derechos humanos en toda su amplitud, sin una perspectiva supremacista de la cultura autóctona ni tampoco idealizando las prácticas culturales de los que vienen de afuera.


[1]“Se calcula que en 2015 había 244 millones de migrantes internacionales en todo el mundo (3,3% de la población mundial), lo que representa un incremento respecto de los 155 millones de migrantes estimados en el año 2000 (2,8% de la población mundial)” (ONU Migración, 2018). https://publications.iom.int/system/files/pdf/wmr_2018_sp.pdf


16/11/18

Tesis para una propuesta internacionalista y de emancipación de las soberanías populares: 4) Crisis del Establishment y Movimientos Antisistémicos


4.   CRÍSIS DEL ESTABLISHMENT Y MOVIMIENTOS ANTISISTÉMICOS.

Daniel Albarracín
 https://vientosur.info/spip.php?article14344

Perry Anderson, el gigante intelectual e historiador británico de la prestigiosa New Left Review,  ha venido observando en los últimos años, la formación de nuevos movimientos antisistémicos. Los regímenes neoliberales modernos, apoyados en su lado izquierda y derecho en el arco político que representa al establishment, estaría quebrando las promesas ofrecidas durante tiempo hasta límites insoportables, dando lugar a una contestación creciente antiestablishment de diferente signo, y forma polarizada. En este sentido, Anderson señala esta tendencia más como una debilidad de los regímenes neoliberales, y arrojarían a la derecha extrema a cuestionar pilares consagrados durante tiempo, hasta el punto de, con el objeto de ganar hegemonía, incluir en su agenda de medidas y movilizaciones, puntos rupturistas, ahora bien, guiados por un propósito reaccionario. Esta lectura, suscita un debate, en virtud del cual las fuerzas transformadoras no debieran recelar en coincidir en las iniciativas de ruptura, cuando fuesen progresivas, mejor aún si es por iniciativa propia, y no soslayarlas simplemente por la repulsa de quienes la levantan. Más bien al contrario, debiera valorarse como una oportunidad para empujar con un sentido emancipador dichas medidas lo más lejos posible, sin por ello conceder legitimidad a movimientos contrasistémicos de signo contrario, sin miedo a disputarles la hegemonía y el sentido de las iniciativas políticas, siempre y cuando se aborde desde la independencia política y la apertura al empoderamiento popular de las mayorías.

El establishment, o El extremo centro(2016), término acuñado por Tariq Ali, trataría de reconstituirse agrupando a las viejas fuerzas de los regímenes en grandes coaliciones o nuevos partidos refundados que reúnen los restos del naufragio de las viejas formaciones políticas. Esta tendencia se estaría consagrando con el fenómeno simbolizado por el macronismo en Francia. Otras dinámicas análogas  han dado pie a alianzas antaño impensables entre los partidos de la izquierda y derecha que sostenían un mismo régimen, revelando los consensos básicos y desnudando su ignominia.


El establishment perseguiría ahora descalificar a sus opositores, caracterizándolos como populismos, necesitado de una polarización discursiva que les devuelva a una hegemonía ya irrecuperable. Sin embargo, esas expresiones políticas, que cobra día a día más peso, no son otra cosa más que el síntoma de un tipo de régimen político, el del neoliberalismo de Estado soportado en democracias formales, que está en decadencia.

A este respecto, debe identificarse los enemigos apropiadamente. Es el establishment y su política neoliberal, el causante de las condiciones de deterioro de la vida de las mayorías, pero también sus políticas las que abonan el terreno a la derecha extrema. Por este motivo, nuestra política debe enfrentarse en primer lugar contra el extremo centro, aprovechar las divisiones internas de las élites, golpear a favor de las medidas favorables a las clases trabajadoras. También mantenerse no sólo independiente sino, cuando sea preciso, hostil a cualquier ascenso del autoritarismo, que puede venir igualmente del extremo centro o la derecha extrema. Ya que, aunque discrepen hoy, en su proyecto final tendrán mucho más en común de lo que pretenden aparentar.

Desde nuestro punto de vista, esta reflexión nos conduce a algo bien alejado a las viejísimas tesis que sostenían que el poder político se asalta meramente desde las elecciones, y para ganarlas es preciso ocupar el centro político mediante instrumentos de mercadotecnia electoral y comunicación política. Ni que decir tiene que para ocupar el centro del tablero político (algo que no puede confundirse con el centro), exige reconocer las tendencias materiales de la sociedad bajo su modelo socioeconómico concreto, y plantear los desafíos reales para la formación de una subjetividad antagonista y emancipadora que se precie digna de tal empresa. Una hegemonía y subjetividad que sólo cobrará realidad material si se ponen en pie organizaciones sociales, sindicatos y movimientos sociales críticos, medios de comunicación alternativos, y no sólo expresiones partidarias, aunque también. Aclarar que nuestra política está del lado de las mayorías, que se enfrenta a todo bloque liberal y autoritario, en sus diferentes formatos. Esto resulta clave para no dejarse arrastrar por nuevas suertes de frentepopulismo[1]. Al contrario, mientras se construye un bloque histórico para una nueva hegemonía social, hay que adoptar una política de Frente Único[2] con aquellas fuerzas que empujen determinadas medidas emancipadoras, con plena independencia de clase y sin subordinación, sin miedo a apoyar, a criticar u oponerse cuando la ocasión lo merezca.




[1] El frentepopulismo, en la historia de España, en los años 30, adopta una forma política que en el bloque antifascista, influido por la política de la URSS de aquel momento, incluía a fragmentos de la burguesía favorable a la democracia formal, y que renunciaba explícitamente a conquistas mayores al marcar etapas diferencias de la lucha política, hasta el punto de conducir a la represión interna de aquellos grupos que querían ir más lejos, sin comprender que para, por ejemplo, ganar la guerra y la democracia, eran precisas aspiraciones y esfuerzos revolucionarios, y que ganar la guerra y hacer la revolución era un tándem necesario.
[2] Esta política de frente único implicaba una estrategia de apoyo a los grupos de la sociedad comprometida en medidas progresistas, y apoyarles sinceramente en tanto defiendan esas medidas, frente al enemigo de clase claramente comprometido con la liquidación de sus opositores, pero sin renunciar a ningún proyecto propio, y por tanto desplegar sus iniciativas con plena independencia. Esto puede conducir a defender unitariamente determinadas medidas de la socialdemocracia, e incluso la defensa física de sus miembros amenazados, al mismo tiempo que el distanciamiento y oposición crítica de aquellos puntos en los que se esté disconforme.

14/11/18

Tesis para una propuesta internacionalista y de emancipación de las soberanías populares: 3) La Unión Europea entre el viejo y el nuevo mundo multipolar


3.   LA UNIÓN EUROPEA: ENTRE EL VIEJO Y UN NUEVO MUNDO MULTIPOLAR.

Daniel Albarracín
 https://vientosur.info/spip.php?article14344

La UE ha dejado de ser una gran potencia en el concierto internacional. Aun siendo un gran mercado rico, en términos comparados, y conteniendo en su seno a países muy poderosos, ha perdido su influencia internacional. Desde la IIGM estuvo subordinada a los EEUU, haciendo de frontera con la URSS. Posteriormente amplio su mercado hacia el Este y generó un espacio institucional innovador, cada vez más pautado por la hegemonía alemana. Actualmente, el avance comercial y económico de China, el papel más activo de Rusia, y la respuesta agresiva en términos comerciales proteccionistas y militares de los EEUU, deja entremedias a una Unión Europea desamparada, que ve, además, como varios de sus miembros han decidido acabar con su pertenencia al marco de la UE, como sucede con el Reino Unido.

Ante estas circunstancias, la UE titubea entre proseguir su alianza con los EEUU, que le exige redoblar sus esfuerzos en inversión militar y que ya le impone nuevos aranceles, y mirar con indulgencia ante viejos competidores o adversarios como son China o Rusia. Mientras tanto, la UE no deja de ser un bloque colonialista en lo económico en los países del Sur.

A nuestro juicio, Europa ha de cambiar en su naturaleza interna como adoptar una actitud sumamente diferente a su exterior. Los pueblos europeos no pueden someterse a ningún imperialismo o subimperialismo (como el que representa Alemania), y deben plantearse  hacer otra Europa y relacionarse de manera solidaria con los Países del Sur, primero, quitándole el pie del cuello, después, estableciendo lazos sinceros de cooperación.

El cambio de la naturaleza de Europa pasa porque los países y pueblos que se decidan a plantearlo, quizá comenzando por los Países del Sur de Europa, abran puentes hacia el Sur del Mundo, comenzando por América latina, pero también hacia pueblos de otros continentes, con el propósito de construir un polo emancipado de desarrollo endógeno solidario.

Mientras esto no suceda, Europa estará atrapada por dos polos competitivos muy agresivos con los que sólo puede perder y proseguirá acelerando su declive. Su dependencia militar de EEUU, su dependencia de materias primas con Rusia, Oriente medio o el Norte de África, o su inferior competitividad con la economía china, sólo pueden revertirse, desde la autonomía, el desarrollo sostenible y el comercio justo con los países del Sur, y estableciendo lazos cooperativos a escala internacional.

12/11/18

Tesis para una propuesta internacionalista y de emancipación de las soberanías populares: 2) El declive Objetivo del Capitalismo Europeo


2.   EL DECLIVE OBJETIVO DEL CAPITALISMO EUROPEO.

 Daniel Albarracín
https://vientosur.info/spip.php?article14344

Conviene comenzar por el diagnóstico de las dinámicas objetivas. El sistema capitalista rige las formas sociales y económicas de la vida de la población mundial, habiéndose extendido hasta sus límites, tanto a escala geográfica como en la inmensa mayor parte de las prácticas de la vida social. La mercantilización de la vida y la naturaleza, las relaciones sociales y la producción; la salarización del trabajo, y la desigualdad y la precariedad de las clases populares y su fragmentación jerarquizada (por ciudadanía nacional, régimen de estabilidad laboral, estilo de consumo y estatus social, etnia o pertenencia a grupos sociales) avanzan cada vez con menos contrapesos.

Desde los años 70 el vigor de la acumulación capitalista, que brindaba las condiciones materiales de riqueza así como la carestía acorde a esta forma de dominación y de legitimación, sigue debilitándose, describiendo ciclos. El neoliberalismo obtuvo una victoria al desplazar al mundo sindical hacia posiciones aún más sulbalternas y con pérdida de influencia sobre el conjunto de la sociedad, aplicar medidas de ajuste y de financiarización para compensar los efectos recesivos de las políticas de austeridad. Este modelo agotó sus “ventajas” en 2007. Los indicadores económicos muestran el agotamiento de la actual, frágil y corta recuperación, que vino desde 2013, tras cinco años de la Gran Recesión que nos sacudió desde 2008, que se saldó con el triunfo de quienes la provocaron y una nueva vuelta de tuerca en el proceso de financiarización de la economía.

10/11/18

Tesis para una propuesta internacionalista y de emancipación de las soberanías populares: 1) Propósito


1.   PROPÓSITO

 Daniel Albarracín

El objetivo de esta serie de tesis, que comienzan aquí, es el de ofrecer líneas estratégicas para la acción y el discurso político que tenga como propósito posibilitar la transición hacia una sociedad justa, igualitaria, democrática y sostenible., y hacerlo en el marco de los cambios de la globalización capitalista, y con especial foco en esta “península asiática” llamada Europa, que atraviesa una decadencia económica y de proyecto político y económico. Una Europa aprisionada entre medias de los polos de poder mundial (China, Rusia y EEUU) y en un contexto mundial de crecimiento y extensión de las fórmulas neoautoritarias en Asia, Europa y América, unido a la consolidación de regímenes dictatoriales en China y en buena parte de Oriente Medio y África.

No se trata en estas tesis aún de un programa, sino de un paso previo, un esbozo del horizonte y de los vectores de movimiento que dotarían de un sentido político al programa[1] transformador que se plantee.

Caminamos en un periodo en el que los debates están ausentes o se desplazan, por quienes los pocos que lo afrontan, hacia aporías en los planteamientos. La interpretación sobre el mundo al que nos enfrentamos en realidad se presenta a través de falsos dilemas. Estos marcan una división artificial de los conflictos reales a los que se enfrentan las clases populares y trabajadoras, y contribuyen a la confusión o a alineamientos contraproducentes.

La divisoria entre eurófilos y eurófobos, delimita un falso conflicto en torno a un mito nebulosamente descrito: Europa. Se impone una idea mágica y absoluta de un objeto que viene dado, que, por el contrario, expresa una relación y un modelo concreto que merece ser discutido.

19/10/18

EL ACUERDO PRESUPUESTARIO ENTRE EL GOBIERNO Y UNIDOS PODEMOS: ¿CORRECCIÓN SOCIAL DE UN GOBIERNO NEOLIBERAL Y OBEDIENTE CON LA UE?.




EL ACUERDO PRESUPUESTARIO ENTRE EL GOBIERNO Y UNIDOS PODEMOS: ¿CORRECCIÓN SOCIAL DE UN GOBIERNO NEOLIBERAL Y OBEDIENTE CON LA UE?.
https://vientosur.info/spip.php?article14268
Daniel Albarracín

17/10/2018



Unidos Podemos y el gobierno han alcanzado un acuerdo para poder apoyar las cuentas para el año 2019. Sólo el PNV ha mostrado su apoyo (aunque no gratis) hasta el momento, y aún faltan cinco diputados más al menos para superar los 166 del bloque conservador. Mientras, PdCat se mantiene ambiguo y ERC en contra. A día de hoy los números no salen, lo que podría conducir a que el gobierno adopte los presupuestos del PP como propios. Veremos.


En relación al acuerdo, el perfil macroeconómico global del presupuesto resultante es restrictivo. Lleva la impronta de los límites establecidos por Bruselas, su adaptación a la senda de déficit, que se fija con un 1,8% del PIB, menos que años anteriores, pero tampoco es un presupuesto del viejo gobierno del PP. Desde el lado del gasto público, los presupuestos son contractivos (descenderá al 40,9% del PIB en 2019 desde el 41,2% del PIB de 2018). En su composición interna dejan la inversión pública, cuyos efectos multiplicadores son mayores que el resto del gasto, en un raquítico 1,9% del PIB (para poder dar espacio a la mejora de algunos capítulos sociales). En el lado de los ingresos, también prevé elevar la presión fiscal en seis décimas, pasando del 34,93% al 35,54% del PIB, con algunas mejoras progresivas del régimen fiscal. Según cálculos de Podemos, con las medidas acordadas podría elevarse los ingresos públicos en torno a los 7000 millones y los gastos en unos 4500 millones de euros. En balance todo ello permite el control del déficit, más que incluso los gobiernos del PP, para adecuarse a los parámetros del Pacto de Estabilidad y Crecimiento.

A este respecto, en la negociación han caído no pocas cosas de lo que Unidos Podemos ya planteaba, en principio ya de manera autocontenida. Muchos de los puntos inicialmente propuestos se han vaciado o sustituido por una promesa de puesta a discusión. Los capítulos sobre regulación del sistema financiero han sido aplazados. Sin embargo, hay aspectos de corrección social que dispondrá el potencial presupuesto en cuanto a sus contenidos que, incluso a pesar de la moderación sufrida en el proceso de negociación, no son desdeñables. Era el pacto posible en el marco de una negociación política a alto nivel que no ha disfrutado de una ola de movilizaciones, ni se ha organizado tal cosa, que le permitiera ir más lejos. En conclusión, tenemos un acuerdo que, de aprobarse, comportaría una corrección social a un presupuesto de rumbo social-liberal. Un pacto que, al gobierno, le deja en buen lugar. Compromete a soberanistas si no se aprueban, ata a Unidos Podemos a la narrativa del control del déficit y al horizonte acotado, y no sabemos si realista, de aspirante a socio de gobierno, y le permite al gobierno volver a marcar agenda política.

21/9/18

Guaridas y evasión fiscal: ¿Hacia una Fiscalidad internacional y española justas?.


Autor: Daniel Albarracín Sánchez. Dr. en Sociología y Licenciado en CC. Económicas y Empresariales. Asesor Político en el Parlamento Europeo. 
Junio 2018, Jornadas de Economía Crítica, León

RESUMEN
Fiscalidad y guaridas off-shore: qué hacer para luchar contra la evasión fiscal en España y en Europa.

La experiencia de movimientos sociales, las filtraciones y escándalos conocidos -como los Papeles de Panamá o los Paradise Papers, entre otros- y la lucha política llevada al plano institucional ha llevado al debate público problemas hasta hace poco anatema dentro del establishment, y que ponen en tela de juicio sus privilegios, al hacerlos notablemente visibles. El propósito de esta contribución trata de dar cuenta del alcance de la evasión fiscal y otros fenómenos asociados (elusión fiscal, planificación fiscal agresiva, lavado de dinero) y de los debates europeos que se han dado y se siguen produciendo en el marco europeo e internacional. Se aportarán algunos datos que dimensionarán el problema a escala española. Este trabajo abordará una crítica que desmontará los argumentos que han escondido una práctica que ha servido para el privilegio impune de grandes corporaciones transnacionales y grandes fortunas patrimoniales de familias acaudaladas. A este respecto, es también objeto de este papel proporcionar elementos de propuesta de lucha contra la evasión fiscal y los paraísos fiscales y sus diferentes manifestaciones, vehículos, agentes cómplices, espacios off-shore, y prácticas antisociales.

Palabras clave: Evasión Fiscal, Grandes Empresas, Elusión Fiscal, Paraísos fiscales, Medidas alternativas

Clasificación JEL: H3 Políticas fiscales y comportamiento de los agentes económicos.

1.    Mitos sobre los paraísos fiscales: Derribando muros imaginarios.




En la etapa de hegemonía del neoliberalismo tuvo lugar un gran despliegue de políticas de ajuste salarial, reordenación de las funciones del sector público -para apoyar más a las empresas-, privatización de importantes segmentos de los servicios públicos, disminución de las políticas sociales, una acentuación de la desregulación bancaria y la financiarización de la economía. El propósito material central ha sido recuperar las tasas de beneficio. Esa etapa tuvo que venir también acompañada del impulso de un nuevo ideario para legitimar dichas políticas. Ese conjunto de consignas formaron un mantra que escondía una revolución fiscal conservadora.

20/9/18

Dinero y Moneda: introducción al debate sobre el alcance de una moneda paralela.

Autor: Daniel Albarracín Sánchez. Dr. en Sociología y Licenciado en CC. Económicas y Empresariales. Asesor Político en el Parlamento Europeo. 
Junio de 2018, Jornadas de Economía Crítica, León
RESUMEN
Nos proponemos examinar la política monetaria, y en particular sobre el lugar del dinero en la economía capitalista, revisitando la teoría marxista del dinero. La metamorfosis del dinero moderno y los modernos sistemas de pago entrañan novedades relativas que se plantean de nuevo en un contexto de dominio monetario del BCE. El propósito de este documento consiste en brindar elementos ordenados de reflexión para determinar el alcance, oportunidad y utilidad de que un gobierno pueda poner en circulación una moneda y sistemas de pago alternativos. El contexto de este debate se ajusta a la situación de un territorio donde una moneda circula sin que una autoridad monetaria del país controle los mecanismos de política monetaria sobre la misma, como es el caso de la moneda única europea. Reflexionamos sobre algunos de los desafíos de un gobierno que se formase con la aspiración de emancipar a su pueblo, en el campo de la cuestión de la moneda, en particular, explorando la utilidad, el alcance y límites de una moneda paralela.

Palabras clave: Teoría del Dinero, Monedas paralelas, Política Monetaria, Alternativas al euro, Criptomonedas.

29/8/18

Crisis en la Unión Europea (Video, IIRE, Youth School 2015)

Estimados y estimadas lectoras,

Recupero un video de 2015 de unas sesiones de formación que aborda los problemas que atravesaba estructuralmente la UE en 2015, y que aún conserva gran vigencia.

El curso se celebró en Amsterdam, en el IIRE (www.iire.org), en el marco de la Youth School organizada anualmente allí.

Se puede seguir aquí

5/7/18

Un presupuesto europeo para darle la vuelta a Europa


Daniel Albarracín y Fernando Luengo
Miembros de la Secretaría de Europa de Podemos
 Publicado en Le Monde Diplomatique


Desde la creación de las Comunidades Europeas, el presupuesto gestionado desde Bruselas ha representado una pequeña parte del Producto Interior bruto (PIB) comunitario, alrededor del 1% de esa magnitud. Se reconocía, de este modo, que, en el contexto de la construcción europea, la función redistributiva le correspondía, básicamente, a los estados nacionales. En efecto, el peso del gasto público en el PIB en el conjunto de la Unión Europea (UE) alcanzaba en 2017 el 46,4%; con un amplio abanico de situaciones, desde Irlanda (27,4%) hasta Finlandia(55,5%) (Macro-economic database, Ameco, European Commission).Se presuponía, asimismo, que, a escala comunitaria, tenían que ser los mercados, sus actores y las lógicas competitivas que los articulaban, los motores de la asignación espacial y sectorial de los recursos financieros y productivos.

30/5/18

¿Qué economía política aplicar en caso de que un gobierno popular alcance el poder?.




05/05/2018. Daniel Albarracín
Contribución para el debate en la iniciativa ReCommons Europe
Publicado en Viento Sur

  1. La economía política de la Europa del capital. 


Antes de sugerir una serie de medidas, es preciso abordar una tarea preliminar que consista en esbozar una hoja de ruta estratégica, de cara a darles un sentido político emancipatorio. Esta contribución está redactada desde el ángulo de una crítica de la economía política, abordada para un marco internacional. Definir lo que se necesita hacer a nivel nacional y a nivel supranacional, y cómo lograr estos dos niveles de acción política es crucial para ese propósito emancipador.


Nuestro enfoque parte del supuesto de que la UE es una institución intergubernamental bastante particular. La UE es una alianza jerárquica de Estados Nación que ha creado el marco institucional de un mercado único que promueve implacablemente el neoliberalismo. Las instituciones de la UE organizan los puntos clave de la agenda política de sus Estados miembros, aunque las principales competencias son gestionadas por aquellos. El marco de la UE se basa en el blindaje de los Tratados de la UE, cuya legislación central resulta imposible de cambiar en la práctica (unanimidad o normas de mayorías calificadas). Los Tratados de la UE establecen una arquitectura económica determinada, y un conjunto de acuerdos y pactos políticos que definen los límites de la economía política de los gobiernos, en lo que denomina como gobernanza económica. En suma, este marco de la UE se lleva a cabo en el contexto de un neoliberalismo predominante, aplicado de manera asimétrica por un club de Estados, muy comprometido con la construcción de un mercado único europeo o, en otras palabras, una Europa del capital.

22/5/18

EL CICLO DEPENDIENTE CUARENTA AÑOS DESPUÉS (Claudio Katz)

Claudio Katz[1]


RESUMEN



La teoría de la dependencia afronta otro escenario en América Latina. Los ciclos y crisis impactan sobre una industria debilitada y un consumo fragmentado. La primacía de la exportación agro-minera potencia los desequilibrios en todos los modelos.

La explotación de la fuerza de trabajo ha sido más determinante que la apertura comercial en el contraste con Corea del Sur. La relación con China recrea subordinaciones y no existe el manejo estatal de la renta que se observa en otros países.

La acción geopolítica tiene efectos contradictorios sobre el desarrollo. Clases dominantes, burocracias y gobiernos actúan bajo severos condicionamientos. Una reconsideración general indica cómo renovar y ampliar el dependentismo marxista.



PALABRAS CLAVES



América Latina, subdesarrollo, mundialización neoliberal



En los años 80 Marini estudió el ciclo dependiente de las economías latinoamericanas. Evaluó la crisis de la industrialización y los desequilibrios comerciales, financieros y productivos de la región (Marini, 2012: 21-23).

Cuarenta años después las mismas contradicciones reaparecen en un nuevo escenario de retroceso fabril, explotación regresiva de los recursos naturales y fragilidad financiera.

En este contexto, los contrapuntos con el Sudeste Asiático sustituyen las viejas comparaciones con el capitalismo metropolitano. Cobran también relevancia los estudios de países que manejan la renta de sus exportaciones primarias. El papel de China despierta más atención que la dominación estadounidense y el devenir de Brasil ya no suscita tanto interés.

Además, se han disipado las expectativas desarrollistas en las burguesías latinoamericanas y despuntan nuevas caracterizaciones del funcionariado. Estos cambios alteran significativamente la temática tradicional de la teoría marxista de la dependencia e inducen a discutir modificaciones o ampliaciones de esa concepción.



TENSIONES Y CRISIS



El pensador brasileño asoció los desequilibrios de la industrialización latinoamericana con el intercambio desigual y la especialización en la provisión de materias primas. Estimó que el desarrollo fabril de Brasil, México y Argentina no erradicaba el drenaje de recursos. Al contrario, reproducía esa adversidad al interior de la actividad manufacturera (Marini, 1973: 16-66).

Con esa mirada postuló la existencia de un ciclo dependiente que impedía la repetición del desarrollo protagonizado por las economías centrales. Describió esa obstrucción en las distintas fases de la acumulación, utilizando un modelo inspirado en los esquemas expuestos en El Capital, para ilustrar la secuencia temporal de la acumulación (Marx, 1973: T II, 27-47).

El teórico de la dependencia retrató cómo los recursos financieros (capital-dinero) se transformaban en insumos para la industria (capital-mercancía), que facilitaban la superexplotación de los trabajadores (capital-productivo). Analizó detalladamente las tensiones suscitadas por ese proceso (Marini, 2012: 23-35).

Observó que la preeminencia del capital extranjero incentivaba la transferencia de valor al exterior (royalties, patentes, utilidades), limitando el alcance de la acumulación. Señaló que las firmas multinacionales complementaban esa absorción con la obtención de enormes lucros derivados de los subsidios, las exenciones impositivas y la provisión de maquinaria obsoleta. Estimó que la adquisición foránea de insumos y equipos aumentaba la pérdida de divisas.

12/5/18

¿Qué modelo de defensa y seguridad para la emancipación?.

01/02/2018
La posición de las clases dirigentes

El debate sobre la seguridad y la defensa resulta controvertido en el marco de las fuerzas del cambio. Y, precisamente por esta razón, rara vez se da o refiere a aproximaciones idealistas. En cambio, las fuerzas políticas de las clases dominantes optan por diferentes esquemas y las tratan sin tapujos.
Las fuerzas nacional-conservadoras optan sea bien por una estrategia hegemonista, tipo guardián del mundo, que les conduzca a liderar a otro grupo de países vasallo, sea bien a abrigarse en un polo de alianzas liderado por un país. Esta estrategia fue llevada a cabo por las clásicas naciones imperialistas en diferentes momentos de la historia. Primero Francia, luego Inglaterra, finalmente EEUU o, en su área de influencia, la URSS.
Resultado de imagen de bomberos recatando personas

Las fuerzas neoliberales, de carácter cosmopolitas y globalistas, que saben que para competir en los mercados mundiales no hay mejor para negociar que contar con una fuerza pública bien dotada de medios represivos y potencialmente destructivos, suele optar por un esquema militar amparado en un cuerpo supranacional, a poder ser vestido de neutralidad, con el objetivo de sostener su legitimidad internacional, cuando en la práctica opera con intereses de parte.

La cuestión es que en el contexto actual EEUU emprende una revisión de su política militar, y con Trump en el gobierno, para abandonar sus responsabilidades como guardián del mundo, esto es, para proteger y abrigar los intereses de sus aliados, para exigirles corresponsabilidad en a la hora de costear  la inversión militar, y para emprender iniciativas sin la necesidad de pedir permiso, más aún cuando se abre una fase de lucha por los recursos naturales.

30/4/18

¿UNA MONEDA ALTERNATIVA?. CONTEXTOS, DISEÑOS Y ALCANCES



Este artículo ha sido publicado en el nº157 de la Revista Viento Sur

1. Introducción y objetivos

El propósito de este documento consiste en brindar elementos ordenados de reflexión para determinar el alcance, oportunidad y utilidad de que un gobierno pueda poner en circulación una moneda y sistemas de pago alternativos. 

El contexto de este debate se ajusta a la situación de un territorio donde una moneda circula sin que una autoridad monetaria del país controle los mecanismos de política monetaria sobre la misma. Está pensada para el caso de la moneda única europea. Reflexionamos sobre algunos de los desafíos de un gobierno que se formase con la aspiración de emancipar a su pueblo, lo que supone avanzar en la soberanía popular, desarrollar una política económica solidaria -que chocará con la arquitectura económica de la UE- en clara referencia a las clases trabajadoras, y que quiera adoptar una perspectiva internacionalista. 

El control de la circulación de una moneda en un país, sea extranjera o supranacional, supone una herramienta de determinación financiera y económica de gran alcance, puesto que presupone el control de la política monetaria, definiendo la emisión de la moneda, la provisión de crédito desde el Banco Central, la operativa de compra venta de bonos en los mercados, y la aplicación de tipos de interés o formación de los tipos de cambio. Esa influencia determina una gran parte de las condiciones macroeconómicas del país, las condiciones de liquidez, y la capacidad de financiación. A este respecto, el BCE cuenta con un poder enorme sobre los países de la eurozona y sobre los que circula el Euro. Esta experiencia ni es la primera ni será la última. Así sucede con el Dólar estadounidense, la Libra esterlina, el Rublo o el Franco Suizo en países que no emiten moneda propia sino que se sujetan y toman estas divisas como moneda de curso legal en su país.
En otros documentos anteriores fundamentamos cuestiones del papel del dinero y su valor (Albarracín y Garí, 2017), y algunas implicaciones en materia monetaria, que serán publicados próximamente. Aquí nos ceñimos a una cuestión más delimitada. En este contexto de ausencia de soberanía monetaria, y políticas e instituciones que producen un deterioro comparativo para los territorios subalternos -deficitarios-, y en el contexto de nuevas formas de dinero y sistemas de pago, por el desarrollo de la tecnología, ¿en qué condiciones y hasta qué punto merece la pena considerar la circulación de monedas complementarias?. 

Para responder a esta pregunta nos encontramos con varias perspectivas y horizontes. La primera tan sólo se preocupa de los objetivos de facilitar liquidez y transacciones en mercados de segundo orden, normalmente a escala local para actividades de proximidad. Las experiencias de este tipo han tenido resultados desiguales, en no pocas veces relativamente funcionales, si bien en general de corto alcance y en otras ocasiones sin conseguir aceptación. La segunda, la que trata de explorar la posibilidad de emplear monedas complementarias tanto como una fórmula de desarrollo endógeno, como de recuperación de soberanía o, incluso, como mecanismo monetario preventivo o alternativo en caso de restricción monetaria o crediticia externa.


2. Los costes de una moneda supranacional como el Euro.

En las sociedades avanzadas, las autoridades públicas se dotan de los medios para que su economía funcione, garantizando la confianza y liquidez en las transacciones. Si la moneda en circulación está controlada exteriormente se pierde soberanía monetaria. Si no se cuenta con un marco democrático y político internacional apropiado y solidario, con una arquitectura económica y políticas que establezcan mecanismos de compensación y convergencia, como ha sucedido, de seguro causará problemas socioeconómicos serios que conducirán a tensión añadida a las propias del desarrollo de ciclos y crisis capitalistas.