Considera que, en ese proceso, "hay que
determinar las responsabilidades" de los políticos y oligarcas helenos,
los bancos y las instituciones internacionales
Miembro de Podemos, cree que una experiencia de este tipo "se puede replicar en otros países europeos" y en España podría hacerse "a escala municipal, autonómica y del Estado"
Miembro de Podemos, cree que una experiencia de este tipo "se puede replicar en otros países europeos" y en España podría hacerse "a escala municipal, autonómica y del Estado"
Daniel Albarracín (1973) es uno de los expertos
españoles que participan en el comité internacional que, tras la
victoria de Syriza, ha recibido el encargo del Parlamento heleno para
auditar, en tiempo récord, la deuda pública griega. Doctor en Sociología
por la Universidad Complutense de Madrid y Licenciado en Económicas y
Empresariales por la Autónoma, es miembro de Podemos y asesor del grupo
de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica (GUE-NGL) en el
Parlamento Europeo, en el que está integrada la formación que lidera
Pablo Iglesias.
Albarracín lleva años trabajando en
la cuestión de la deuda soberana y las deudas, tanto privadas como
públicas a diferentes niveles, como investigador y activista
en movimientos sociales, "tratando de popularizar la realidad, causas,
orígenes y consecuencias que tiene el proceso de endeudamiento y los
procesos de financiarización que hay detrás". Denuncia
el "embarrancamiento" al que han llevado las políticas de austeridad en
Grecia y la "complicidad entre gobiernos y grandes empresas,
especialmente de la banca privada", en el proceso de sobreendeudamiento
de las economías periféricas europeas. A principios de mes visitó Atenas
junto al resto de miembros del Comité para entrevistarse con los
ministros del Gobierno heleno y diferentes instituciones del país. El
apoyo a la iniciativa que lidera el politólogo belga Éric Toussaint fue
"unánime".
¿Cómo surge y en qué consiste este comité?
Surge al calor de una demanda popular que han escuchado diferentes
actores políticos dentro del cambio que se ha producido en Grecia. Dos
personas concretas han dinamizado la iniciativa: la eurodiputada Sofia
Sakorafa, que estuvo en el Pasok y tras abandonarlo en 2010 pasó a
defender la necesidad de cuestionar los memoránda de entendimiento
firmados por Grecia y la losa de la deuda; y Zoé Konstantopoulou,
presidenta del Parlamento griego, que ha sabido darle cuerpo al comité y
ha obtenido el respaldo del Gobierno en pleno. En él se da una
responsabilidad muy importante al coordinador científico, Éric
Toussaint, una persona de prestigio que lleva tiempo trabajando en esta
materia, especialmente como portavoz del comité por la anulación de la
deuda del tercer mundo, y que ha participado asesorando a Gobiernos en
otras iniciativas, la más reciente, no la única, la de Ecuador [en
2007].
El comité está compuesto por un equipo de
quince personas del ámbito internacional, académico, de la investigación
y de los movimientos sociales comprometidas con este foco de atención:
determinar qué parte de la deuda es ilegítima, cuál es odiosa, cuál es
ilegal, cuál socialmente insostenible. A ese equipo de quince auditores
se suman otros quince expertos griegos, de diferentes instituciones o
del ámbito académico. Hemos tenido la oportunidad de conocer de primera
mano la realidad griega e intercambiado perspectivas y metodologías para
emprender una auditoría que no tiene un papel vinculante pero sí el de
mostrar diagnósticos que puedan servir de instrumento al Gobierno, que
es el que tiene que decidir qué va a hacer sobre esta cuestión.
Hay un plan de trabajo muy exhaustivo. Esto va a tener una temporalidad
concreta y todos vamos a estar trabajando desde el minuto uno. La idea
es tener un informe preliminar, con sustancia suficiente, en junio, y
vamos a buscar que personalidades del ámbito internacional vengan a
respaldarlo a Atenas cuando demos cuenta de las principales
conclusiones. Dado el tiempo tan limitado, vamos a focalizarnos en
algunos aspectos y posiblemente la auditoría tenga que proseguir hasta
finales de año.
¿Cómo le llega la invitación?
La invitación me llega directamente a través de Éric Toussaint, pero no
voy solamente de manera personal a esta tarea, que para mí es un honor.
Lo hago con el pleno respaldo y el apoyo de la dirección de Podemos.
Soy miembro del partido y ahora mismo formo parte del staff del GUE en
el Parlamento Europeo, con cuyo apoyo político también contamos. Voy
también como una pieza instrumental que ofrece el GUE a esta tarea, de
manera generosa, en el espacio de solidaridad internacional en el que se
va a abrigar esta iniciativa para el pueblo griego. También he contado
con el apoyo y colaboración del eurodiputado Miguel Urbán [Podemos], que
está llevando a cabo iniciativas muy comprometidas con propuestas
concretas a nivel internacional como el Foro Social Mundial que se ha
celebrado hace días en Túnez, para que la auditoría no sea solamente una
iniciativa en el estrecho marco de Grecia, al fin y al cabo un país
pequeñito de Europa. Esto es una crisis europea y se busca el apoyo de
diferentes parlamentos, los nacionales y el europeo, y de la sociedad
civil europea. Con varios propósitos: dar a conocer los resultados de
esta experiencia e invitar al apoyo popular y que se pueda replicar en
otros países de Europa. No sólo en los del sur. Invitamos a que las
iniciativas de evaluación de políticas públicas, de auditoría, tengan
lugar en cualquier país, también por ejemplo del centro de Europa, para
indagar estas deudas contraídas en circunstancias que deben estudiarse.
¿Cómo se reparte el trabajo entre los miembros del comité?
Hay diferentes grupos de trabajo y algunos subgrupos todavía están en
fase de determinación. Hay que asignar las funciones de 30 personas, al
equipo griego lo hemos conocido en estos días pasados y hay analistas
que pueden solaparse en su área de especialización. Un grupo de trabajo
va a analizar las políticas del periodo 2010-2015. Aunque luego se
estudiará el periodo anterior, vamos a acotar porque no nos daría tiempo
a estudiar toda la realidad. Ese primer grupo va a analizar el marco
macroeconómico, las políticas que se han desarrollado en este periodo,
dando cuenta de la condicionalidad de los memoranda de entendimiento
(MOU), qué hubiera pasado si no se hubieran aplicado las políticas de
austeridad y ver cuál fue su impacto en el incremento tan notable de la
deuda del Estado griego, que ha pasado del 103% al 185% del PIB. Hay
muchas causas: políticas de austeridad que han empobrecido a la
población, gastos onerosos en armamento, casos de corrupción evidentes,
episodios muy sonados como el de Siemens, que han tenido repercusión en
el gasto público en materia armamentística... Siemens estaba financiando
directamente a los dos grandes partidos en su momento y hay sospechas
de corrupción en esta materia. También hay estudios que se refieren al
periodo anterior: qué sucedió en los años 70 con el Gobierno de los
Coroneles, que creó una deuda odiosa, los sobregastos de los Juegos
Olímpicos de 2004, que supusieron unas previsiones que casi
multiplicaban por veinte la financiación inicial... por una cuestión de
acotar y tener la auditoría en tiempo y forma, en junio nos vamos a
circunscribir a este periodo más reciente.
Ahí entra Goldman Sachs.
Va a haber nueve grupos de trabajo. Hay un equipo macroeconómico, otro
que estudiará las consecuencias sociales de las políticas económicas y
habrá algún analista que se centrará en el falseamiento de estadísticas.
Y uno de los episodios será ese. Se tendrán que utilizar informes
precedentes, para analizar también el impacto de la incorporación al
euro. Habrá un equipo legal que cotejará el derecho griego, europeo e
internacional para ver si ha habido una colisión de las políticas
desarrolladas con los derechos fundamentales en materia de sanidad,
educación, pensiones, libertades civiles... Un estudio reciente del
Parlamento Europeo daba cuenta de un impacto dolorosísimo para la
sociedad griega. Otro equipo indagará sobre los aspectos financieros,
políticas del BCE, que no olvidemos es el principal acreedor financiero
de Grecia en este momento. En los últimos MOU ha habido un proceso de
conversión de los acreedores: el BCE y los Estados miembros han
sustituido a acreedores privados, librando del riesgo fundamentalmente a
la banca centroeuropea. Un ejercicio del que las instituciones deberían
rendir cuentas. Que el BCE y el FMI hayan sustituido a esos acreedores
ha hecho que la responsabilidad del sector privado pase a ser un riesgo
socializado. Todos los analistas saben que Grecia no puede abordar, más
tarde o más temprano, el pago de la deuda en su conjunto, y esto se va a
soportar sobre las espaldas de la población europea. Con lo cual, aquí
hay que determinar las responsabilidades de los anteriores gobernantes,
las oligarquías griegas, los bancos privados centroeuropeos y las
instituciones europeas que parece que han estado al servicio de estos
últimos. Son unas líneas de investigación que hay que estudiar y por el
camino vamos a contar con información de primera mano de los diferentes
ministerios griegos, el cuerpo científico del parlamento heleno, del
Banco Central griego... para poder llegar a conclusiones que sean de
utilidad a los poderes públicos griegos en un momento completamente
desesperado como el que se vive allí ahora mismo.
¿No hay tensión con el Ejecutivo griego? De forma paralela a esta
iniciativa, el ministro Varoufakis insiste en que Grecia va a pagar sus
deudas.
Estamos gratamente sorprendidos y
enormemente satisfechos porque en el proceso de deliberación de estos
días ha habido un apoyo unánime del Ejecutivo griego, incluso del propio
Varoufakis. Es cierto que ha habido en parte del Gobierno heleno dudas.
Había simpatía sobre una iniciativa de estas características, pero
había dudas. Posiblemente el contexto, tanto la presión social como las
dificultades que atraviesan las cuentas públicas griegas, estén
empujando a una nueva circunstancia, a nuevas decisiones. Aunque
evidentemente, insisto, no se deduce de la comisión de auditoría ninguna
decisión. Es una comisión de investigación y el Gobierno griego seguirá
teniendo en su mano, como es natural, la decisión que se derive de todo
esto. Lo que me traigo de la experiencia allí es un respaldo público,
televisado, de uno tras otro de los ministros a esta iniciativa, una
colaboración plena del Estado griego y de todas las instituciones y
organizaciones helenas.
También ha habido cierta polémica con el asunto del perdón de la deuda alemana por parte de Grecia tras la II Guerra Mundial.
En principio, no está dentro de nuestra agenda de trabajo.
Evidentemente, el Gobierno heleno ha estudiado el alcance que podría
tener, la deuda que Alemania podría haber contraído con Grecia por
aquella razón. Se habla de 279.000 millones, una cifra superior a la
deuda que ahora mismo tiene el Estado griego con sus acreedores. No es
nuestro foco de atención ahora mismo, aunque evidentemente el Gobierno
heleno lo está manejando como un elemento de presión y me parece bien.
Pero nosotros no estamos en condiciones de dar respuesta a esto porque
el tiempo es muy exiguo.
En el comité hay personas que han participado en experiencias similares, como la de Ecuador. ¿Cómo fueron?
No hay modelos únicos y universales de auditoría, depende del contexto
social y político en cada caso. No tiene nada que ver la experiencia
islandesa con la ecuatoriana, ni con la que va a tener Grecia, en una
crisis europea e inserta en la eurozona. Es un país mucho más grande
económicamente que Ecuador y en un contexto diferente. En el comité hay
tres miembros que vivieron aquella experiencia: Maria Lucia Fatorelli,
brasileña, Diego Borja, ex ministro de Cooperación de Política Económica
de Ecuador, y el propio Toussaint. En aquel caso los acreedores eran
muy distintos. Eran acreedores privados y esto cambia
extraordinariamente las circunstancias. En Ecuador fue una operación de
mercado, de conversión de bonos, en la que primero se jugó al "vamos a
no pagar", pasaron unos meses y luego dijeron que pagarían un 30% de los
bonos que habían decidido impagar. Se devaluó la deuda contraída en un
70%. La jugada fue muy buena. Durante un tiempo, hubo un cortocircuito
financiero internacional, pero la liberación del yugo permitió que en
muy poco tiempo Ecuador remontase económicamente y tuviese una
experiencia extraordinariamente positiva que ha hecho que haya
prosperidad en el país. El caso griego es muy distinto, los acreedores
son instituciones europeas. Va a ser una operación política en la que
tiene que haber una negociación lo más internacional posible, en la que
necesitamos el respaldo social de los pueblos europeos y que se entienda
que están en tela de juicio las políticas que han llevado a esta
situación y que por tanto la solución es política. Desde muchos de
vista, la macroeconomía hace tiempo que habló: la deuda griega es
insostenible, el que se siga pagando responde a una decisión de las
instituciones europeas de seguir suministrando financiación no para
salvar ni rescatar al pueblo o al Estado griego, sino para que en su día
pudiesen ir pagando a los acreedores privados y, después, a las propias
instituciones europeas, algo completamente irregular. Todo ello, en
unas circunstancias en las que es imposible materialmente librarse de la
deuda, dadas las condicionalidades impuestas de políticas de
austeridad, que hacen inviable una recuperación económica en Grecia.
¿Se puede trasladar esta experiencia de auditoría a España?
Evidentemente, la experiencia griega se puede replicar en otros países
europeos. Se trata de remover dos cosas: las diferentes políticas y las
redes clientelares y de favores que se han tejido entre distintas
instituciones, algo que se puede hacer a escala municipal, autonómica y
del Estado. Es muy importante que gobiernos de ciudadanos que estén
ligados al pueblo lo lleven adelante para cuestionar todo lo que se ha
hecho hasta ahora y cambiar esas relaciones de corrupción y
clientelismo. Y cuestionar esas políticas que nos han llevado a esta
situación de endeudamiento y conversión de deudas privadas en públicas.
Es importante extender este tipo de auditorías a escala nacional e
internacional, y también tendrían que ser trasladadas a las
instituciones europeas para negociar un cambio de reglas del juego en
Europa y caminar hacia políticas de redistribución que permitan salir
adelante a las economías periféricas hasta ahora muy castigadas. Dado lo
delicado de esta iniciativa en Grecia, se necesita que más de un país
lo haga para tener reconocimiento y viabilidad y evitar las
consecuencias negativas que puede tener hacerlo en solitario.
En España hay una deuda cuestionada en algunos sectores, que no es
pública pero que está endosada a los consumidores y que, además, tiene
aval del Estado: el famoso déficit de tarifa eléctrico.
Eso no está previsto en la auditoría griega aunque algunas de las
personas que han visitado Atenas lo han propuesto al ministro de
energía. Sin duda alguna, en el caso de una auditoría en el Estado
español, sería un capítulo a contemplar, dada la situación de emergencia
energética, la necesidad de desarrollar una transición energética por
razones medioambientales y de sostenibilidad ecológica, y para tratar de
cuestionar los oligopolios energéticos y darle la vuelta a lo que nos
han dicho que es el déficit tarifario, que esconde una subvención
implícita a las compañías energéticas y no es una pérdida que estén
sufriendo las empresas.
5 comentarios:
gobiernos de ciudadanos que estén ligados al pueblo lo lleven adelante para cuestionar todo lo que se ha hecho hasta ahora y cambiar esas relaciones de corrupción y clientelismo. Y cuestionar esas políticas que nos han llevado a esta situación de endeudamiento y conversión de deudas privadas en públicas.
Parece mentira pero es verdad, la socialización de los costos indirectos de producción, so eso "socialización";.
¡¿. gobierno de ciudadanos ligados al pueblo!? Que lo entienda quién pueda. Esto no es economía es sociología o, para ser más precisos de Albarracín padre a Albarracín hijo:
"cualquier intento de transferir el papel revolucionario a otras capas sociales que son incapaces de paralizar la producción de golpe, que no juegan un papel clave en el proceso productivo, que no son la fuente principal de beneficio y acumulación de capital, nos hace dar un paso decisivo hacia atrás, del socialismo CIENTÍFICO al socialismo UTÓPICO, del socialismo que surge de las CONTRADICCIONES INTERNAS DEL CAPITALISMO, a aquella VISIÓN INMADURA del socialismo que nació fruto de la INDIGNACIÓN MORAL de los hombre al margen de su lugar en la revolución social".
Hola, Sin duda alguna esto tiene su origen en las contradicciones capitalistas y que hay una cuestión de clases en el conflicto. Pero eso es una evidencia. Para más referencias puedes leer muchos otros análisis que vengo realizando insistiendo en esos aspectos que tú señalas, sin necesidad de mencionarlos a cada párrafo, aún cuando se tengan en consideración siempre. Ah, y otra cosa, Jesús Albarracín fue mi tío. Un saludo cordial
Pues por supuesto que es un hecho evidente, ¡pero no para todos los economistas y menos para las gentes en general! En relación a su segundo argumento, no lo pongo en duda, y por eso lo sigo, pero mis observaciones son contra el contendido de este hilo en concreto y no sobre otro.
Lo que resulta manifiesto, evidente y revelado es el abuso que se viene haciendo sobre la perversión como causa directa y fundamental de la situación que estamos viviendo.
"complicidad entre gobiernos y grandes empresas, especialmente de la banca privada", en el proceso de sobreendeudamiento de las economías periféricas europeas."
Al fin y al cabo como dijo Pablo en su misma línea decir que el capitalismo es el problema es tan evidente que es no decir nada, por el contrario, narrar la epístola de Judas Iscariote del evangelio es decirlo todo
(El gobierno se ha corrompido, ha vendido a su pueblo por cuarenta monedas de plata a la banca y la abominable especulación financiera)
Perdone pero más evidente es que los ricos manden y los gobiernos obedezcan
El endeudamiento no es nuevo, es un problema endémico desde la segunda guerra mundial (en la llamada crisis del petróleo, en la que tuve el placer de conocer a su tío)el endeudamiento de países del tercer mundo ocupaba lo que hoy ocupa el endeudamiento de los países de la periferia.., y el déficit crónico de la balanza de pagos de EEUU era duramente criticado como causa de muchos males
Así se confirma que el capitalismo contemporáneo es incapaz de escapar al dilema entre recesión agravada o inflación agravada. A la larga la inflación agravada lo precipita a recesiones aún más graves y nos aboca a una crisis monetaria internacional.
Obviamente se puede pedir a los países ricos que paguen los platos rotos de sus socios pobres pero ello no solucionará el problema de fondo.
Pero esto nos separa del tema, mi crítica, y debo reiterarla es que usted hace una análisis psicológico, o para ser más exactos moral "indigencia pública e ignominia privada"
Por economía permito la libertad de copiar y pegar de un articulo ya viejo
"... La explicación de este problema debe comprenderse claramente, y para ello es muy importante no concebir tal problema como un ejemplo de la política errónea de los administradores públicos o de los políticos capitalistas, sino como una expresión de las tendencias básicas del sistema capitalista. Una de las principales tendencias del capitalismo europeo, durante los últimos 25 o 30 años ha sido la creciente socialización de todos los costos indirectos de producción. Eso constituye una contribución muy directa para que se realicen las ganancias privadas y la acumulación de capital. Los capitalistas ya NO se conforman para que el Estado page los cables de la electricidad y los caminos, sino que también quieren que sufrague los gastos de investigación, desarrollo, educación y seguridad social. Pero una vez que la tendencia hacia la socialización de los costos indirectos de producción se han puesto en marcha, es obvio que las corporaciones no aceptarán mayores impuestos para financiarlas. Porque si las corporaciones pagaran los impuestos necesarios para cubrir todos estos costos no habría ninguna "socialización". En todo caso continuarían pagándolos de manera privada, pero en lugar de hacerlo directamente lo harían indirectamente a través de sus impuestos (y pagarían la administración de estos pagos también). Pero en lugar de aligerar la carga semejante solución la agravaría. De manera que existe una inevitable resistencia institucionalizada por parte de las corporaciones y de la clase capitalista frente al aumento de impuestos al nivel que sería necesario para hacer posible servicios públicos capaces de satisfacer las necesidades de la población en su conjunto..."
Saludos
PD: Lo importante no es decir lo que resulta evidente, sino en explicar porqué los gobiernos de los países capitalistas apoyan el capital, lo cual es, en si mismo es una perogrullada. Si bien, esto ya lo explicó K. Marx hace más de siglo y medio, es necesario reitéralo, y no vender la idea a las gentes que de lo se trata es de honestidad y buena voluntad, de aplicar medidas inteligentes por el bien común.
El Estado basado en este parlamentarismo burgués está vendido en cuerpo y alma al Capital por las cadenas de oro de la dependencia financiera y de la deuda pública. Ningún gobierno burgués puede gobernar sin apelar constantemente al crédito, controlado por los Bancos, el capital financiero, la gran burguesía. Cualquier política anticapitalista que un gobierno reformista quisiera tan sólo esbozar se encontraría inmediatamente con el sabotaje financiero y económico de los capitalistas. La ”huelga de inversiones”, la evasión de capitales, la inflación, el mercado negro, la caída de la producción, el desempleo, etc., forman parte de su rápida respuesta.
Lo confirma toda la historia del siglo XX; es imposible utilizar el parlamento burgués y el gobierno basados en la propiedad capitalista y en el Estado burgués de manera consecuente contra la burguesía. Toda política que quiera seguir una vía anticapitalista se enfrenta rápidamente con el dilema: o bien capitular ante el chantaje para seguir potenciando el capital o bien romper el aparato de Estado burgués y remplazar las relaciones de propiedad capitalista por la apropiación colectiva de los medios de producción.
Esto es una prueba de fuerza sociopolítica, que necesita de la conquista de una hegemonía social y la organización popular internacional, de las clases trabajadoras frente al capital transnacional, en su forma privada o estatal. Las auditorías ciudadanas, y en este caso con clara vinculación con las luchas y movimientos populares, no son un fin en sí mismo. Representan una cuña para la ruptura del régimen, sin ser el paso en el que se agote el camino. Las clases trabajadoras pueden ocasional tomar gobiernos y ese será uno más de los instrumentos para ese propósito, a sabiendas que el Estado y el gobierno no son todo el poder, ni siquiera el principal, que está en el ámbito de la producción capitalista. Invocar a superar esas relaciones no es suficiente, hay que dar pasos en un largo proceso. Y esta auditoría se inserta en este propósito. Quien piense que el camino acaba aquí se equivoca. Pero quien piense que alcanzar el horizonte sin dar pasos hoy, tampoco obtendrá nada. Un saludo.
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