[CAST]
Daniel Albarracín, 28 de Marzo de 2015
El Parlamento Griego ha iniciado la apertura de una
comisión de auditoría de la deuda griega a instancias de las
recomendaciones de las instituciones europeas y respaldado por el
gobierno de Syriza con el mayor peso institucional que se puede prestar,
en el que los ministros, el presidente de la República Griega y el
Primer Ministro Alexis Tsipras han dado todo su apoyo a la iniciativa.
Yendo más allá de las auditorías convencionales, que
simplemente se circunscriben a indagar posibles desviaciones de fondos o
corrupción esta auditoría procurará evaluar el peso de las deudas
ilegítimas, odiosas, así como la sostenibilidad de la deuda griega. Los
resultados de la comisión se conocerán en el verano y no serán
vinculantes.
Sobre esta materia ha habido y habrá diferentes
criterios de aproximación a esta tarea. Este documento sirve para
ofrecer una muy concreta que persigue desbrozar posibles confusiones y
que se sujeta a un objetivo político: cuestionar el endeudamiento que ha
sido contraído fruto de unas políticas económicas a favor de las clases
privilegiadas, sean del país que sean, y la banca privada en
particular, en buena parte centroeuropea, y que ha supuesto el
empobrecimiento del pueblo griego, y la inanición de su sector público.
Conviene comenzar advirtiendo de una diferencia
necesaria. Los procesos de auditoría recurren al análisis de balances
contables, al análisis presupuestario, pero, cuando aspiran a determinar
los orígenes de un crecimiento ilegítimo de la deuda –de una auténtica
socialización de las deudas privadas- no pueden conformarse con un mero
ejercicio de revisión contable. Ese análisis quedaría encerrado en el
estrecho estudio de las partidas de gasto público, y aunque sin duda
esta fase es necesaria para determinar posibles gastos inapropiados, o
para determinar el peso de un tipo u otro de partidas, estaría dejando
al margen otros capítulos necesarios.
En primer lugar, la política fiscal, que determina
los ingresos, la recaudación, su procedencia, y el esfuerzo fiscal de
unos grupos sociales y económicos en comparación con otros.
En segundo lugar, la comparación entre ingresos y
gastos a lo largo del tiempo, porque la política económica, también en
parte responsable de la gestión y respuesta ante el ciclo económico,
determina parcialmente el crecimiento económico, y especialmente afecta a
la generación de superávits o déficits primarios públicos, estos
últimos causantes de la elevación de la deuda pública.
En tercer lugar, el esquema de financiación y los
tipos de interés con los que se contrae la deuda pública. Para esta
dimensión es preciso indagar acerca de la política monetaria y
financiera, en la que en el contexto actual tanto la regulación de los
mercados financieros, de la banca, como la política seguida por el Banco
Central Europeo, va a fijar un marco y costes del servicio de la deuda
comprometida. En este ámbito financiero y monetario se pueden observar
un sistema de discriminación de tipos de interés que implica un trato
desfavorable de algunos actores endeudados respecto de otros. Como bien
es sabido, los tipos aplicados a la banca privada son mucho más
favorables que los costes financieros que contraen los Estados, parte
del tejido productivo, las hipotecas o los créditos al consumo. Y no
rigen únicamente lógicas de mercado “inevitables” sino que hay
actuaciones institucionales, regulatorias, o simplemente de poder
empresarial de los oligopolios financieros, de carácter político, que
suponen decisiones de trato perjudicial para cierta parte de la
sociedad. A este respecto, cabe recordar que el BCE presta de manera muy
barata a la banca privada, pero no lo hace a los Estados, y que las
políticas de flexibilidad cuantitativa no están al alcance ni de la
banca ni del Estado griego, precisamente para perjudicarles.
En suma, se trataría de conjugar esta evaluación
macroeconómica con una auditoría contable en sí. La primera determinaría, si se decide así,
los porcentajes de devaluación de la deuda1,
la segunda serviría para ilustrar públicamente algunas circunstancias
inaceptables del uso de dicha deuda, formando casos jurídicos que
avalasen la decisión, identificando responsables y obligaciones de
devolución de gastos inapropiados inclusive con las sanciones y
resultados penales que correspondan. Por último, esta auditoría podría
identificar beneficiarios del gasto público que conducirían a encontrar
criterios de aplicación de porcentajes adicionales a determinados
tenedores en vistas a una redistribución de la carga del impago
selectivo, que supondría dejar intactos a pequeños ahorradores, fondos
de pensiones y de la seguridad social.
2. El origen del endeudamiento de los países del Sur. Insostenibilidad e Ilegitimidad.
Una de las estrategias de aproximación a la cuestión
de las deudas de los Estados entra en la valoración de su posible
sostenibilidad. Esta parte de una pregunta diferente a otras que podrían
formularse. Esa pregunta es ¿se puede seguir haciendo frente al pago de
la deuda contraída?. ¿En qué medida?.
Para responder a esta pregunta se hace abstracción de
la trayectoria pasada, los procesos anteriores y el origen del
problema, y se estudia las condiciones macroeconómicas que permitirían
seguir pagando los servicios y el principal de la deuda. Aquí entran
variables tales y como pueden ser el crecimiento económico que influye
en la relación Deuda Pública/PIB, las previsiones de superávits público
primario, o los tipos de interés de la deuda contraída. De ahí puede
determinarse hasta qué punto y a qué ritmo puede seguirse respondiendo.
La pregunta anterior es macroeconómicamente
apropiada, pero políticamente inadecuada, al menos desde un punto de
vista progresista. En primer lugar, porque considera como dado el
objetivo de pagar la deuda, sin cuestionarlo. En segundo lugar, porque
no se pregunta sobre el origen de ese endeudamiento, la atribución de
responsabilidades a los acreedores, ni a qué sirvió. En tercer lugar,
porque pone como variable dependiente las consecuencias sociales que
ocasiona. Dicho de otro modo, si se parte de que las deudas hay que
pagarlas, aun cuando se planteen soluciones para modular la devolución, o
se propongan políticas económicas que mejoren el marco macroeconómico,
estaremos dispuestos a dar por inevitable que hay que poner por encima
de las necesidades sociales los derechos de los acreedores y, por tanto,
asumiendo las consecuencias sociales derivadas de esta decisión.
Naturalmente, hay políticas económicas alternativas
que son mejores y más justas que otras. Si bien, si aceptamos al
monstruo de la deuda en su totalidad, por un lado, aquellas sólo
aliviarán parte del problema. Es preciso admitir que la política
económica no es suficiente por sí misma si lo que queremos es superar un
cuadro sistémico de crisis, que, en gran medida, está sujeta tanto a
los privilegios y poder de mercado de los oligopolios financieros e
industriales, a las condiciones institucionales y políticas establecidas
en el marco del Sistema Euro (BCE, Pacto de Lisboa, Moneda única sin
políticas de redistribución, etc…) como a la propia dinámica de
acumulación capitalista.
De tal modo que parece necesario formularse otro tipo
de preguntas. En particular, ¿cuál es el origen del endeudamiento?, ¿a
quién benefició?, ¿quién tomó esas decisiones?, ¿es apropiado pagar las
deudas en todo caso?, ¿qué responsabilidad tienen los acreedores y, de
haberla, es igual la responsabilidad de todos?. En suma, se cuestionaría
qué perímetro de la deuda puede considerarse como ilegítima, y por
tanto esto impugnaría el origen en base al marco político institucional
generado por los beneficiados por el proceso de endeudamiento; o en su
caso odiosa si hay pruebas legales de corrupción, autoritarismo político
o desvíos de gastos que perjudican el interés general.
Siguiendo este otro esquema hay que tomar una
decisión política: ¿qué dimensiones institucionales vamos a discutir,
qué periodo y que marco y decisiones de la política económica vamos a
evaluar, y qué objetivos se propone para la auditoría?.
3. ¿Son precisas medidas de acompañamiento que protejan el proceso de evaluación?.
La auditoría puede circunscribirse a un ejercicio de
buena gestión y control del gasto o tener otros propósitos
impugnatorios. Aunque ambos objetivos son necesarios y complementarios,
no son equivalentes.
Si se persigue ir más allá de una mera auditoría en
términos contables, o incluso si hubiese la menor sospecha de que esta
trascendiese de ese propósito, el riesgo que se corre es bien alto. De
hecho, esto es lo que está pasando en Grecia. Mientras se dice que se
persigue lo primero, los mercados financieros y las instituciones
europeas sospechan sobre lo segundo. Basta con que cunda ese riesgo para
tener que tomarse en cuenta medidas serias en lo que refiere al control
de las fugas de capitales y depósitos2 que se están produciendo.
De hecho, una auditoría que, aún siquiera sin
pretenderlo, sufriera este tipo de sospechas, quiera llevarse a cabo sin
el chantaje o sangría de los mercados financieros, debiera contar, para
garantizar su independencia, con medidas, cuanto menos transitorias,
que incluyesen una moratoria de la deuda y un estricto control de
movimiento de capitales, al mismo tiempo que los poderes públicos
interviniesen la operativa de la banca privada.
4. Algunos objetivos adicionales para la auditoría.
La auditoría griega no prevé, de momento, incluir
estas medidas de acompañamiento, ni tiene competencias para adoptar
decisiones, dado que sólo conciernen al gobierno. Sin duda alguna, los
resultados de la auditoría pueden servir para lanzar una campaña
pública, de carácter pedagógico, que prepare las condiciones para otras
decisiones. Mientras estas decisiones no están sobre la mesa, sí puede
afirmarse que la auditoría tiene efectos.
En primer lugar, en su lado positivo, mete presión
para negociaciones venideras, porque la contraparte sabrá que hay quien
ha podido sentar las bases para un escenario diferente al de la
sumisión. En su lado negativo, al no contar con las medidas de
acompañamiento que hemos señalado, supone un tiempo en el que las fugas
de capitales y de depósitos van a ser enormes, e incluso incentivadas
por las instituciones comunitarias. Eso puede precipitar una bancarrota
incluso cuando no se quiera asumir decisiones unilaterales, en
condiciones peores en tanto que los recursos disponibles se habrán
agotado.
En nuestra opinión, la auditoría debe escudriñar la
realidad de la deuda griega, y explicar a la sociedad europea sus
conclusiones. Pero también debe construir las rutas y mecanismos para un
plan B que deba, en suma, incluir medidas unilaterales, al tiempo que
lo haga con una alianza internacional que permita que los escenarios
alternativos sean viables.
1 Michel Husson apunta a un 56% http://www.vientosur.info/spip.php?article9928 siguiendo criterios afines a los de este artículo.
2 Tan sólo en febrero 7,6 mil millones de euros en fugas de depósitos. http://www.ekathimerini.com/4dcgi/_w_articles_wsite2_1_26/03/2015_548557
Daniel Albarracín, March 28, 2015
[ENG]
How to address a debt audit?
1. Among an audit and an evaluation of public policies.
The Greek Parliament has initiated the
opening of an audit committee of Greek debt, after consulting with the
recommendations of the European institutions, and approved by the
government of SYRIZA. Going beyond conventional audits, which simply
confined to investigate possible diversion of funds or corruption, this
audit will seek to assess the weight of illegitimate, odious debts, as
well as the sustainability of Greek debt. The not binding results of the
commission will be announced in the summer.
On this subject has been and will
be different criteria approach to this task. This document serves to
provide a specific scheme, clear any confusion, subject to a political
objective: to question the debt has been contracted result of economic
policies in favour of the privileged classes and banking private, mostly
in central European , and which has resulted in the impoverishment of
the Greek people, and starvation of its public sector.
It should start stating a
difference of sense and significance. Audit processes rely on the
analysis of balance sheets, budget analysis, but when seeking to
determine the origins of an illegitimate debt growth -of a real
socialization of private debts- we cannot settle for a mere exercise in
accounting review. This analysis would be locked in the narrow study of
government expenditure. Although certainly this phase is needed to
identify potentially inappropriate expenses, or to determine the weight
of one kind or another items, would be leaving aside other necessary
chapters.
First, fiscal policy, which
determines income, fund, source, and the fiscal effort of some social
and economic groups compared to others.
Second, the comparison between
revenues and expenditures over time because economic policy, also partly
responsible for the management and response to the economic cycle,
partly determines the economic growth and affects the generation of
surpluses or public primary deficits, the latter causing the rise in
public debt.
Thirdly, the financing and
interest rate framework, as the cost of the public debt. For this
dimension we must take account the monetary and financial policy. In the
current context, the regulation of financial markets, banking, and the
policy of the European Central Bank, will set a framework of debt
services. In this financial and monetary matters can be observed a
system of discrimination involving interest rates and confirm an
unfavourable treatment of some indebted actors over others.
As it is well known, the interest
rates applied to private banks are much more favourable than the
financial costs that tighten the States, productive sector, mortgages
and consumer credit.
There is no a market logic
“inevitable”, but there are institutional regulation or just corporate
power of financial oligopolies, all them political at their level,
involving consequences that have a uneven treatment for certain part of
society. In this regard, it should be remembered that the ECB lends very
cheap to private banking way, but it does not to the States, and the
monetary policies conditions of quantitative easing are not available
for the Greek banks and neither for the State.
In short, we should combine this
macroeconomic assessment with an accounting audit. First, determining
the percentage of devaluation of the debt bonds value. Second,
illustrating some publicly unacceptable circumstances on the use of such
debt, forming legal cases that justify the decision, identifying
responsible and take-back obligations inappropriate expenses, including
watching criminal sanctions on the base of outcome of the final report.
Finally, this audit could identify
beneficiaries of public spending that would lead to finding additional
criteria for applying higher percentages to these holders in view of a
redistribution of the burden of the selective default, which would leave
intact small savers, pension funds and social security.
2. The origin of the indebtedness of the Southern Countries. Unsustainability and illegitimacy.
One strategy, recently very
extended, to approach the issue of the debts of the States enters the
assessment of their sustainability. This criteria begins formulating a
question. Is it possible to continue to meet the payment of the debt?.
To what extent?.
To answer this question, making an
abstraction of the past experience and the origin of the problem, is
observed the macroeconomic conditions that would maintain the paying of
interests and debt principal. Hence variables come such as economic
growth, influencing the public debt / GDP ratio which is itself another
relevant factor, forecasts of primary government surpluses, or the
interest rates of the debt. So it can be determined how far and how fast
can be followed responding.
The above question is appropriate
in macroeconomic terms, but politically inadequate if it comes as a
isolated issue, at least from a progressive point of view. First,
because it considers paying the debt as a principle given. Secondly,
because there are questions about the origin of that debt, the
allocation of responsibilities to creditors, or what the debt has
served, very important to wonder. Third, because it puts the social
consequences as a dependent variable of the repaying decision. In other
words, if it is assumed that debts have to be paid, even if the
solutions are propose to modulate the return or even or is carrying out
economic policies to improve the macroeconomic framework, we would be
willing to take as inevitable to put first the creditor privileges and
secondly the social needs of those weaker.
Naturally, there are alternative
economic policies that are better and fairer than others. Although, if
we accept the monster of debt as a moral duty, even choosing the best
economic policy, we only would relieve part of the problem. It must be
admitted that economic policy is not sufficient in itself if we want to
overcome a systemic crisis, which to a large extent, is subject to
privileges and market power of financial and industrial oligopolies, the
institutional and political conditions in the framework of the Euro
System (ECB, Lisbon Treaty, and the existence of a single currency
without redistribution policies, etc …) as to the dynamics of capitalist
accumulation.
So it seems necessary formulating
other questions. Concretely, what is the origin of indebtedness?, Whom
benefited these decisions ?, is it appropriate to pay debts anyway ?,
What responsibility do creditors and, if any, is equal to the
responsibility of all actor involved?. In short, the perimeter of the
debt may be questioned and a part could be considered illegitimate.
Therefore this would allow us to change the institutional policy
framework created by the beneficiaries of the process of indebtedness.
Or even the debt could be deemed as odious if there is any evidence of
corruption, political authoritarianism or diversions of expenditure that
harm the public interest.
Following this another scheme must
be taken a political decision: what institutional dimensions will we
discuss, what period and which economic policy decisions we will
evaluate, and what objectives are proposed for the audit?.
3. Are necessary accompanying measures to protect the evaluation process?.
The audit cannot be limited to an
exercise of good management and expenditure control if we have purposes
to deepen and question the origin of the debts. Although both objectives
are necessary and complementary, they are not equivalent.
If the aim is to go beyond mere
auditing in accounting terms, or even if I had the slightest suspicion
that this audit would transcend that purpose, the risk involved is very
high. In fact, this is what is happening in Greece. While officially it
is stated the first objective, financial markets and European
institutions suspect the second is very probable. Simply if that risk is
expected, serious measures have to be taken into account when it comes
to controlling capital flight and deposits that are occurring.
In fact, whether an audit, that
even unintentionally suffers this kind of suspicion, pretends carried
out its objective in an independent way, without blackmail of financial
markets, it should take measures, at least temporary. They would include
a debt moratorium and strict control of capital movements, while public
authorities intervene the operation of private banks.
4. Some additional targets for the audit.
The Greek audit does not provide,
at the moment, these accompanying measures, nor has powers to take
decisions, since only they correspond to the government action. The
results of the audit can be used to launch a public campaign,
pedagogical, to prepare the conditions for other political decisions.
While these decisions are not on the table, it can be argued that the
audit has effects.
First, on the positive side, put
pressure on future negotiations. Hence, the counterparty knows that it
could be different sceneries and exits, losing its power to impose
whatever solution. On the negative side, if you do not put in practice
accompanying measures we have noted, there is high risk that capital
flight and deposits could be enormous, and even being encouraged by the
Community institutions. That may precipitate a bankruptcy even when the
government does not want to adopt unilateral decisions, and it could be
worse whether available resources would be depleted.
In our opinion, the audit should
examine the reality of the Greek debt, and explain to the European
society its conclusions. But it must also build routes and mechanisms in
order to prepare a plan B, in sum, including unilateral measures,
working at the same time for a international alliance completely
necessary to open the path to the change.
1 comentario:
Después de leer su artículo sólo puedo desearle suerte en escudriñar la realidad de la deuda griega y en explicar las conclusiones a la sociedad europea,
Así, si comprende la realidad se estará en condiciones de construir el plan B que contempla una alianza internacional que facilitará la viabilidad de un escenario más justo ¡o hará redituable el sistema!
Sinceramente me suena igual que los viejos argumentos del Club Jean Moulin en relación al peligro de que el Supra Estado Europeo se convierta en un mero instrumento del capital monopolista y sua alusiones a un mayor control estatal, (Estado paternalista)
En fin, si no me contesta no le molestaré más, como usted dice, partimos de una realidad evidente en que la sumisión no es una alternativa para los desposeídos, y la auditoría servirá como mínimo de lección o experimento alentador o desalentador.
Saludos
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