9/4/18

La primera capitulación de Tsipras y Varoufakis fue a fines de febrero de 2015

http://www.cadtm.org/La-primera-capitulacion-de-Tsipras?var_mode=calcul


Serie: El relato de la crisis griega por Yanis Varoufakis: Un testimonio que va en su contra
Séptima parte
9 de abril por Eric Toussaint
«Firmé el correo y lo envié a los acreedores, más o menos asqueado. Era el fruto de las tinieblas, y reconocí que me pertenecía.»
- Varoufakis

Advertencia: La serie de artículos que dedico al libro de Varoufakis constituye una guía para lectores y lectoras de izquierda que no quieren conformarse con la narración dominante dada por los grandes medios de comunicación y los gobiernos de la Troika; lectores y lectoras que tampoco les satisface la versión dada por el exministro de Finanzas. [1] Como contrapunto del relato de Varoufakis, indico acontecimientos que él pasa en silencio y expreso una opinión diferente de la suya sobre lo que debería haber hecho y sobre lo que hizo. Mi relato no sustituye al suyo: se lee en paralelo.
Es esencial tomarse el tiempo de analizar la política puesta en práctica por Varoufakis y el gobierno de Tsipras puesto que, por primera vez en el siglo xxi, un gobierno de izquierda radical fue elegido en Europa. Es de la mayor importancia, si no queremos toparnos con un nuevo fiasco, comprender los errores y sacar conclusiones de la manera en que ese gobierno afrontó los problemas que encontraba.
El reto, que presenta la crítica de la política que llevó a cabo el gobierno griego en 2015, no consiste principalmente en determinar las responsabilidades respectivas de Tsipras o de Varoufakis como individuos. Lo fundamental es analizar la orientación político-económica que fue puesta en práctica, con el fin de determinar las causas del fracaso, de ver qué otras opciones se podrían haber tomado y aprender las lecciones pertinentes sobre lo que un gobierno de la izquierda radical puede hacer en un país de la periferia de la zona euro.

Recordemos que, el 20 de enero de 2015, Varoufakis firmó un desastroso acuerdo con el Eurogrupo. En virtud del mismo, Grecia se comprometió a pagar a sus acreedores siguiendo el calendario previsto. Y eso implicaba desembolsar 7.000 millones de euros, en varios plazos, hasta el 30 de junio de 2015. Se debía pagar 5.000 millones de euros al FMI, a pesar de ser uno de los principales responsables de las políticas catastróficas. Según ese acuerdo, también era necesario que Grecia sometiera al Eurogrupo, para su aprobación, las nuevas propuestas de «reformas» y de medidas de austeridad en el marco del segundo memorando en vigencia desde 2012, y que fue prolongado cuatro meses por una decisión acordada entre el gobierno griego y el Eurogrupo. Después de haber firmado ese acuerdo en Bruselas, Varoufakis volvió a Atenas donde sufrió la crítica de figuras emblemáticas de la resistencia y del combate.

Otros artículos de la serie:

  1. Propuestas de Varoufakis que conducían al fracaso
  2. El discutible relato de Varoufakis sobre la crisis griega y sus sorprendentes relaciones con la clase política
  3. De cómo Tsipras, con la colaboración de Varoufakis, pasó olímpicamente del programa de Syriza
  4. Varoufakis se rodeó de asesores que actuaban como guardianes del orden dominante
  5. Desde el comienzo, el tándem Varoufakis-Tsipras pone en práctica una línea de acciones condenada al fracaso
  6. El tándem Varoufakis-Tsipras hacia el desastroso acuerdo que firmaron con el Eurogrupo, en la reunión del 20 febrero de 2015

Del 21 al 24 de febrero en Atenas: Varoufakis apura el cáliz del perdedor

Varoufakis da cuenta de las reacciones contradictoria que le llegaron: Jeffrey Sachs lo felicitó mientras que fue duramente criticado por Manolis Glezos, símbolo de la resistencia y diputado de Syriza en el Parlamento Europeo desde febrero de 2015, y por el célebre compositor Mikis Theodorakis, dos héroes de su infancia para retomar sus palabras. [2] (p. 413) En un comunicado público, Manolis Glezos se disculpó ante el pueblo griego de haber llamado a votar por Syriza en enero de 2015. [3]
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Manolis Glezos
Varoufakis explica que a partir del 21 de febrero, se dedicó a redactar las propuestas de reformas para «integrar en el MoU» y para someter al Eurogrupo del 23 de febrero. Por lo tanto, no duda en decir actualmente que se trataba de intentar enmendar el memorando vigente, mientras que en su momento, Tsipras y él declaraban ante la población que se trataba de un nuevo acuerdo, y que Grecia se había liberado de la prisión del memorando y de la Troika, rebautizada como «las instituciones».
Varoufakis escribe: «Una vez enviada la propuesta, el lunes por la mañana, Mario Draghi, Christine Lagarde y Pierre Moscovici tendrían hasta el día siguiente por la mañana para analizarla, antes de la teleconferencia con el Eurogrupo que estaba programada para el martes por la tarde. (…) los tres se limitarían a expresar su opinión sobre la lista de medidas y decidirían ahí mismo si daban luz verde o roja, sin que los ministros pudieran decir nada.» (p. 414). En aquel momento, Varoufakis afirmaba en voz alta y claramente que la Troika había dejado de existir y que Grecia había reencontrado la libertad. Sin embargo, reconoce que aceptó someter a Lagarde (FMI), Draghi (BCE) y Moscovici (Comisión Europea las propuestas que el gobierno griego contaba con enviar de inmediato y en forma oficial al Eurogrupo.
Varoufakis afirmaba en voz alta y claramente que la Troika había dejado de existir Con la intención de insertarlo en el segundo memorando (MoU) corregido, Varoufakis redactó un texto sobre las respuestas que se debían dar a la crisis humanitaria, que, sin embargo, no estaba mencionada en el comunicado del 20 de febrero de 2015. La Troika, se negaba a hablar de crisis humanitaria en Grecia. Esas propuestas de Varoufakis serán rechazados dos días más tarde. Después, se dedicó a quitar del memorando vigente los elementos que afectaban a los derechos fundamentales. «A cambio, dejé en su sitio, intactas, una cantidad muy importante de las “acciones previas” del MoU. Algunas eran horribles; otras eran malas; y unas pocas, buenas. Pero esto es lo que significa negociar y hacer concesiones.» (p. 416)
Varoufakis había pedido a Giorgos Chouliarakis, el presidente del Consejo de economistas y hombre de confianza del viceprimer ministro Dragasakis, que se quedara en Bruselas después del 20 de febrero. La había confiado la tarea de preparar con la Comisión Europea el documento para someter a la Troika el 23 de febrero.
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George Chouraliakis con Euclide Tsakalotos como fondo
El domingo 22 de febrero, Chouliarakis volvió a Atenas. Varoufakis le preguntó si el texto enviado la víspera a Bruselas le convencía a Declan Costello [representante de la Comisión Europea en el seno de la Troika en Grecia desde mayo de 2014] y encargado por esta de seguir la aplicación del acuerdo del 20 de febrero.
Chouliarakis le respondió que Costello había reaccionado positivamente al proyecto de Varoufakis, pero que había que reformarlo para que correspondiera al estilo de la Troika. Cuestión aceptada y por consiguiente, Chouliarakis retornó varias horas más tarde con el documento reescrito, que Varoufakis encontró decepcionante. Nuestro ministro escribe: «El lenguaje era, sin lugar a dudas, el del MoU de la troika, pero en cuanto a los añadidos que debían reflejar mi anterior borrador…o bien habían desaparecido, o bien habían quedado diluidos hasta lo inaceptable» (pp. 416-417). Modificaron el documento conjuntamente y lo enviaron el domingo a las 21 horas a Costello para su aprobación.
No obstante, Costello rechazó dos elementos muy determinados del texto: la primera era el proyecto de una moratoria sobre el embargo de residencias principales para las familias incapaces de pagar sus deudas hipotecarias. Y Varoufakis aceptó suprimir esa “moratoria”. La segunda era el anuncio de Varoufakis de la creación de un banco público de desarrollo. Y nuestro ministro nuevamente consintió, y en su libro escribe: «Decidí transigir y acceder a esta concesión, aunque me recordé a mí mismo que, de abril en adelante, el banco de desarrollo estaría en lo más alto de mi lista de prioridades.» (p. 419)
El lunes 23 de febrero por la mañana, Varoufakis consultó al gabinete de guerra y a Lafazanis, ministro de la Reconstrucción: «… pero la oposición más firme venía de los colegas que pertenecían o eran cercanos a la Plataforma de Izquierda. (…) nuestras negociaciones con los acreedores estaban en esencia mal concebidas, y la formulación de mi lista en la jerga típica de la troika rozaba la traición.» (p. 419)
La prensa griega anunciaba que el documento enviado por Varoufakis al Eurogrupo había sido escrito por Declan Costello de la Comisión Europea. Finalmente, después de haber consultado nuevamente por correo electrónico a los representantes de la Troika y haber obtenido su luz verde, Varoufakis envía oficialmente, un poco después de medianoche, la lista que se había comprometido a someter al Eurogrupo antes de la medianoche. [4] Desde el martes 24 de febrero por la mañana, los medios afirmaban que el retardo probaba la incompetencia de Varoufakis.
Y él comenta: «Era una acusación que no podía refutar sin revelar que había negociado en secreto con los acreedores de Grecia antes de presentar la lista.» (p. 420)
Lo peor estaba por llegar: algunas horas más tarde, la prensa griega revelaba que el contenido del documento enviado por Varoufakis al Eurogrupo y anunciaba que ese documento había sido escrito por Declan Costello, de la Comisión Europea, cosa que era verdad. Como lo reconoció Varoufakis: «… cogí el portátil, abrí el documento que contenía mi lista de reformas, hice clic en “archivo”, luego en “propiedades” y descubrí que en la casilla “autor” ponía “Costello Declan (ECFIN)” y justo debajo, en “compañía”, dos palabras que completaban mi humillación: “Comisión Europea”» (p. 421). [5]

Varoufakis continúa su relato y dice que escondiendo su vergüenza y rabia, fue a la reunión del Consejo de ministros. Afirma que después de dos horas de discusión, obtuvo una respuesta afirmativa por parte de los ministros para proseguir las negociaciones sobre la base del texto que había enviado la víspera al Eurogrupo. Varoufakis no nos da ningún detalle de la discusión que tuvo lugar durante esa reunión ni sobre las personas que estaban presentes.
Felizmente, hay otras fuentes disponibles para hacerse una idea correcta de las discusiones que tuvieron lugar en ese Consejo de ministros restringido. He aquí un extracto de un artículo redactado por un periodista bien informado del diario griego Kathimerini: «…, las fricciones internas salieron a la luz durante la reunión del Consejo Gubernamental de ayer, en el que el ministro de la Reconstrucción productiva, del medio ambiente y de la energía, Panagiotis Lafazanis, expresó fuertes reservas con respecto a los compromisos tomados por el gobierno, mediante una lista de reformas enviada a los “interlocutores”. Lafazanis pidió aclaraciones, principalmente, sobre el tema de las privatizaciones que conciernen a su ministerio, y también en referencia al compromiso tomado para continuar la armonización del mercado de la electricidad y del gas natural, con las normas del mercado y la legislación de la UE. La Sra. Valavani [6] planteó la cuestión de una puesta en marcha rápida del reglamento sobre los retrasos de deuda. Por parte de otros ministros, sin embargo, se percibían murmullos de desaprobación puesto que no habían visto el texto, en su forma definitiva, antes de que fuera enviado.» [7]
Varoufakis afirma que en ese momento tendría que haber dado por finalizada la negociación Enseguida se celebró el Eurogrupo al que Varoufakis participó por teléfono. El representante de la Comisión declara, sin pérdida de tiempo, a propósito de la lista de medidas enviada por Varoufakis «… que esta lista no sustituye al MoU, que oficialmente constituye el fundamento legal del programa». Mario Draghi repitió lo mismo y también Christine Lagarde.
Varoufakis afirma que, en ese momento, tendría que haber dado por finalizada la negociación y proponer a Tsipras poner en marcha las medidas unilaterales que él mismo había propuesto, y también a Pappas y Dragasakis. Se debía comenzar por una rebaja de los títulos griegos en manos del BCE y el lanzamiento de un sistema de pagos paralelo. [8]
«En cambio, opté por la alternativa más moderada…» Y declaró por teléfono al Eurogrupo: «Debemos insistir…que la evaluación se completará entendiendo que la lista de reformas de este gobierno debe ser el punto de partida.» (pp. 426-427).

Varoufakis enmudece cuando toca hablar del importante debate en el seno del grupo parlamentario de Syriza

El 25 de febrero, desde el anochecer y hasta altas horas de la noche, tuvo lugar una reunión de crisis del grupo parlamentario de Syriza. En su libro, Varoufakis solo hace alusión a esa reunión en una línea y de forma muy vaga, sin poner la fecha: «A pesar de las quejas de algunos diputados de Syriza, el estado de ánimo de todo el país era de puro entusiasmo» (p. 446) [9] Para saber mas hay que leer la nota a pie de página que, en particular, indica: «En una reunión extraordinaria del partido en el Parlamento, que acabaría resultando bastante tumultuosa, me pasé más de una hora en el estrado explicando por qué había sido necesario pedir la prórroga, para asumir después toda la responsabilidad por la decisión mientras Alexis, Pappas y Dragasakis se limitaban a escuchar.» (nota: 196, p. 446)
Parlamentarios y ministros del gobierno de fuera del gabinete de guerra recibían informaciones incompletas sobre la negociación De hecho, durante esa reunión de los parlamentarios de Syriza cerca de un tercio se opusieron al acuerdo del 20 de febrero. Entre estos: la presidenta del parlamento griego, Zoe Konstantopoulou y todos los ministros y viceministros de la plataforma de izquierda (P. Lafazanis, N. Chountis, D. Stratoulis, C, Ysichos) así como Nadia Valavani, viceministra de finanzas y Thodoris Dritsas, viceministro de asuntos marítimos. [10]
Está claro que Varoufakis minimizaba la importante oposición que, desde hacia tiempo, se expresaba dentro del grupo parlamentario de Syriza y entre los miembros del gobierno. Lo mismo pasaba en el Comité central de Syriza —durante una votación ocurrida unas semana después, los días 28 de febrero y 1 de mayo, el 41 % de los miembros se opusieron al acuerdo del 20 de febrero—. Si nos basamos en el relato de Varoufakis y en otras fuentes es evidente que el grupo parlamentario y los ministros del gobierno, que no formaban parte del gabinete de guerra, recibían informaciones incompletas sobre la negociación. Lo que está comprobado es que ni al Consejo gubernamental, ni a los parlamentarios, ni a otros órganos de Syriza se los tenía al corriente de las decisiones de las instancias superiores. En el mejor de los casos, Tsipras hacía un informe sesgado después de pasado el incidente.
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Manifestación en Atenas en febrero de 2015

El 27 de febrero en Atenas, Varoufakis hizo acto de fidelidad a la Comisión europea, al FMI y al BCE

Después de haber relatado el desarrollo del Eurogrupo del 24 de febrero, durante el cual Varoufakis presentó sus medidas a instaurar en el marco del memorando, y no la implantación de medidas unilaterales, agrega a su relato: «El problema de cometer errores es que, tal y como ocurre con los crímenes, acaban engendrando otros nuevos. La incapacidad de pulsar el botón de apagado, en la teleconferencia del 24 de febrero, se agravaría pocos días por culpa de un error todavía mayor.» (p. 429)
Firmaré la maldita carta sin tener la aprobación del Parlamento, la enviaré a los acreedores y pasaremos página. Por intermedio de la oficina del presidente del Eurogrupo, el 25 de febrero, Varoufakis es conminado por la Comisión Europea, el FMI y el BCE a hacer un acto de fidelidad. La Troika quería que el gobierno griego enviase una carta oficial para confirmar el acuerdo que Varoufakis aceptó el día anterior durante la conferencia del Eurogrupo. Después de numerosas dudas, aceptó firmar esa carta pro forma que la Troika había preparado. «Aceptar cada una de las palabras de los acreedores, sin modificación alguna, en una solicitud de esta naturaleza… (…) daría la impresión de que no habíamos podido firmar la prórroga según nuestros propios términos y que la troika, en cambio, sí había podido imponer los suyos…» (p. 434)
Varoufakis reconocía la extrema gravedad de la decisión que se debía tomar. Firmar la carta pro forma era prologar el memorando en curso y hacerlo según los términos dictados e impuestos por la Troika.
Varoufakis admitía que la carta era tan inaceptable que Tsipras consideraría que era impensable firmarla y comunicarla al parlamento.
Varoufakis le dijo: «–Estás seguro de que no puedes ir al Parlamento, contar las cosas como son, conseguir los votos necesarios que me permitan firmar la carta y pasar página?»
Varoufakis precisa: «Alexis parecía cansado y deprimido cuando se giró hacia Sagias, quien preso de un estado de ánimo similar, le recomendó que no lo hiciera. »
Varoufakis se propuso para hacer la tarea sucia: «– En ese caso, Alexis, (…) asumiré toda la responsabilidad. Firmaré la maldita carta sin tener la aprobación del Parlamento, la enviaré a los acreedores y pasaremos página. » (Todas estas citas son de la p. 437, N. de T.)
Varoufakis declara que el 27 de febrero de madrugada: «…, firmé la carta oficial de solicitud y, con el estómago revuelto, se la envié a los acreedores. Era un objeto de las tinieblas. Y lo reconocí como mío.» (p. 439)

El 27 de febrero, Varoufakis mantiene en su puesto a Chouliarakis

Según Varoufakis, debido al doble juego de Chouliarakis —que no se había contentado de cocinar un documento con Declan Costello de la Comisión Europea, sino también omitir la transmisión de un importante mensaje proveniente del Eurogrupo el 21 de febrero—, [11] Tsipras, el 26 de febrero, le aconsejó de sacárselo de encima. Varoufakis se niega. Después, a partir del día siguiente, Tsipras cambia de opinión y acepta a Chouliarakis.
Retomemos brevemente el relato de Varoufakis.
Varoufakis cuenta que el 27 de febrero de 2015, fue al palacio Maximos, hacia el mediodía, para explicar a Tsipras que es lo que piensa hacer con Chouliarakis: «La idea era ascenderlo de la presidencia del Consejo de Asesores Económicos a la Secretaría General de Política Presupuestaria, una posición de mayor rango dentro del ministerio, pero desde donde podría hacer mucho menos daño; …» (p. 441)
Sin ningún entusiasmo, Tsipras aceptó esa propuesta y Varoufakis se fue a informar a Chouliarakis.
Pero este último rechazó la propuesta, haciendo claramente un chantaje: «– Es tu decisión. Pero tienes que saber que si me apartas del Consejo de Asesores Económicos, no aceptaré el cargo de secretario general de política presupuestaria, o cualquier otro cargo del gobierno. Prefiero irme al Banco Central de Grecia, donde Stournaras tiene un puesto para mí.»
Varoufakis comenta: «Pero ni en la peor de mis pesadillas hubiera imaginado la respuesta que me dio. (…) La máscara había caído. El cinismo era extraordinario. Me acababa de decir, con bastante descaro, que estaba dispuesto a trabajar directamente para la troika antes de cortar la privilegiada relación que mantenía con sus altos cargos desde el ministerio. Y aún peor, había admitido abiertamente que estaba confabulado con el principal aliado de la troika, el gobernador del Banco Central de Grecia, la misma persona que había desencadenado el pánico bancario como parte de su apuesta para mantenernos lejos del poder. Me sentí horrorizado. » (pp. 442-443)
Disgustado, Varoufakis volvió a ver a Tsipras, para informarle de la reacción de Chouliarakis, y, para su gran asombro, Tsipras había decidido no hacer nada.
Varoufakis aceptaba un retroceso tras otro hasta el 6 de julio de 2015 y jamás hizo públicas ni sus desavenencias ni sus propuestas alternativas. El comentario que hace Varoufakis a propósito de estos acontecimientos de extrema gravedad indica claramente su incoherencia. Se reprocha de no haber puesto fin a la teleconferencia con el Eurogrupo del 24 de febrero, afirmando que cometió un error porque estaba convencido que Tsipras era capaz de adoptar en el momento adecuado una actitud radical frente a la Troika. Luego, declara que esa ilusión la perdió el 27 de febrero: «… si por un instante hubiera podido vislumbrar aquel abismo antes de empezar la teleconferencia del Eurogrupo del 24 de febrero, no tengo ninguna duda de que en aquel instante hubiera roto la baraja con la troika. La única razón por la que no lo hice era muy simple: estaba convencido de que podía confiar en que, si llegaba a ser necesario, Alexis desencadenaría la ruptura en una etapa posterior, y de mutuo acuerdo conmigo. Esa convicción se desvaneció en cuanto excusó a Chouliarakis por la amenaza intolerable que representaba ponerse a trabajar para el enemigo.» (pp. 444-445) Y agrega: «Tendría que haberme opuesto al cambio de opinión de Alexis, en público incluso.» (p. 445)
Pero no hizo nada. Como veremos, Varoufakis aceptó un retroceso tras otro hasta el 6 de julio de 2015, y jamás informó sobre sus desacuerdos ni sobre sus propuestas alternativas.

Mi testimonio sobre los acontecimientos de enero-febrero de 2015 y el período precedente

En el transcurso de mis misiones a Grecia conocí a Alexis Tsipras Como ya lo indiqué en la tercera parte de esta serie, estuve directamente implicado en el apoyo al lanzamiento de la iniciativa de auditoría de la deuda griega desde fines de 2010. [12] Había estado en Atenas ocho veces, entre 2011 y 2014, con el fin de participar en las actividades sobre la problemática de la deuda griega y el rechazo de las políticas dictadas por la Troika. Se intentaba desarrollar también la solidaridad internacional con la resistencia del pueblo griego. Estudié en profundidad el problema del endeudamiento de Grecia y eso dio lugar a la publicación de artículos y entrevistas.
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Alexis Tsipras y Eric Toussaint en octubre de 2012 en Atenas
Durante mis misiones, conocí a Alexis Tsipras, principal dirigente de Syriza, y a otros dirigentes de izquierda, en particular, Costas Ysichos, quien en enero de 2015 fue nombrado viceministro de Defensa y Antonis Ntavanelos quien coordinaba la corriente DEA dentro de Syriza, quien actualmente forma parte de Unidad Popular. Mantuve numerosos contactos, discusiones y estrechas colaboraciones con camaradas de diferentes organizaciones miembros de la coalición de extrema izquierda no parlamentaria Antarsya, en particular Leonidas Vatikiotis del NAR (organización miembro de Antarsya) y Spyros Marchetos. Conocía a algunos de ellos desde fines de 1990 y sobre todo a partir de los años 2000, cuando una potente delegación griega participó en la movilización contra el G8 en Génova, en 2001. Las relaciones con los camaradas griegos eran periódicas en el marco de redes como el Foro Social Europeo, que se beneficiaba de una fuerte participación griega entre 2002 y 2006, [13] como también en la red de las Marchas europeas contra el desempleo. Varios dirigentes de Syriza (Tsipras, Tsakalotos, Valavani…) y de Antarsya (Yanis Felikis y Tassos Anastassiados del OKDE, Antarsya, y también dirigentes del SEK, organización ligada al SWP británico) eran muy activos en las redes europeas, así como Yorgos Mitralias que había participado en los comienzos de Syriza y que era, en particular, muy activo en la red de las Marchas europeas. A partir de 2011, el CADTM colaboró estrechamente con Sofía Sakorafa, diputada de Syriza, ex PASOK y con Yorgos Katrougalos, jurista ex KKE (el PC griego), que más tarde sería viceministro del gobierno de Tsipras y actualmente secretario de Estado de Asuntos europeos. También estaba en asiduo contacto con Costas Lapavitsas desde fines de 2010. Costas fue elegido diputado de Syriza en enero de 2015. También mantuve una entrevista en octubre de 2012 con Manolis Glezos. Lo admiraba por su hermosa trayectoria, sin grietas desde que había arrancado la bandera nazi de la Acrópolis, el 30 de marzo de 1941. Igualmente, tuve una colaboración episódica con el Instituto Nikos Poulantzas ligado a la corriente mayoritaria de Syriza, muy eurocomunista. Había reencontrado, durante mi reunión con Tsipras en octubre de 2012, a John Millios, que había sido uno de los responsables de economía de Syriza hasta fines de 2014. Conocí a casi una decena de jóvenes que tenían entre 20 y 30 años entre 2011 y 2015, y que estaban muy movilizados por la iniciativa de la auditoría ciudadana de la deuda a partir de 2011. Finalmente, tuve contactos con sindicalistas griegos, mayoritariamente de Syriza o de Antarsya.
Tuve la convicción de que Tsipras quería evitar un enfrentamiento con los acreedoresDurante los contactos que precedieron a la elección de 2015, terminé siendo muy crítico con respecto a la línea adoptada por Alexis Tsipras. El momento clave fue el encuentro con Tsipras en octubre de 2012 en su despacho del parlamento griego. Desde el comienzo de nuestra conversación que duró una hora, me di cuenta de que Tsipras realmente había abandonado la línea que había llevado durante las dos campañas electorales de mayo y junio de 2012. Durante nuestra conversación, como CADTM, le propuse reforzar la campaña para deslegitimar a los acreedores de la deuda griega, sostener la auditoría ciudadana de la deuda y apoyarse sobre esos resultados cuando Syriza llegara al poder. Comprendí enseguida que deseaba adoptar, sobre el tema de la deuda pública, una actitud en retroceso con respecto a lo que había defendido en mayo-junio de 2012, ante los electores y electoras de Grecia, es decir: « La constitución de una comisión internacional de auditoría de la deuda junto a la suspensión del pago de la deuda hasta el fin de los trabajos de esa comisión. ». [14]
Encontré a Alexis Tsipras en octubre de 2013, por segunda vez, en una pequeña reunión en compañía de la diputada de Syriza, Sofía Sakorafa, muy implicada en la auditoría ciudadana de la deuda griega. Sakorafa colaboraba de forma cada vez más activa con el CADTM, hasta el punto de haber ido a Brasil, en octubre de 2011, para participar en una reunión internacional del CADTM. La conversación con Tsipras en esa reunión duró un poco más de una hora y me reforzó el convencimiento de que quería evitar un enfrentamiento con los acreedores. Tsipras pensaba, sin decirlo abiertamente, que la orientación que había defendido, hasta mayo-junio de 2012, era demasiado radical, y que, por consiguiente, la posición del CADTM, con mayor razón, era también demasiado radical. Tsipras consideraba que era posible, con argumentos “pro-UE” convencer a los acreedores para que concedieran una importante reducción de la deuda.
Por mi parte, mi análisis de Grecia y de la zona euro había evolucionado. A partir del verano de 2013, me convencí de que la salida del euro era una seria opción a pensar por los países de la periferia europea, especialmente Grecia. [15] Pero no abordé esa cuestión con Tsipras, porque el objeto de nuestro encuentro era preparar una conferencia europea sobre la deuda y sus alternativas a las políticas neoliberales.
Era necesario que un gobierno de Syriza estuviera preparado para plantear actos unilaterales y radicales A la salida de esa reunión de octubre de 2013 con Tsipras, se reforzó mi convicción de que la orientación que Tsipras había adoptado conduciría a un fracaso para el pueblo griego, si las fuerzas radicales en Grecia, de dentro y fuera de Syriza, no se movilizaban para mantener el rumbo anunciado en mayo-junio de 2012, y preparar un plan B frente al plan A de Tsipras. Y por supuesto, eso dependería de lo que pasara en Grecia en el seno de la izquierda política y social. Pero lo decisivo sería la existencia de la presión popular.
De parte de la izquierda política y social, había razones para estar inquieto: la dirección de Syriza, alrededor de Tsipras, había cambiado, y tratando de evitar el enfrentamiento con las autoridades europeas y con el gran capital griego, abandonaba la perspectiva de la auditoría de la deuda y de la suspensión de pagos durante su realización. [16] La izquierda de Syriza estaba por la suspensión de pagos pero sin ser muy favorable a la auditoría. La extrema izquierda extra parlamentaria, especialmente Antarsya, estaba mayoritariamente en contra de la auditoría de la deuda al considerar que el pueblo ya estaba convencido de la necesidad de un repudio/ anulación de toda la deuda. Según la mayoría de Antarsya, la auditoría serviría para legitimar una deuda que era ilegítima. El KKE trataba a los partidarios de la auditoría de agentes del imperialismo. Los anarquistas no tenían ningún interés en la auditoría de la deuda.
Durante las dos conferencias europeas celebradas en Bruselas y a las que Tsipras, Tsakalotos, Millios y yo fuimos invitados en marzo y abril de 2014, defendí la necesidad de un plan B. También declaré en octubre de 2014, en un órgano de prensa importante de Atenas, El Diario de los redactores, próximo a Syriza (http://www.cadtm.org/Eric-Toussaint-El-llamamiento-de) [17] que las propuestas de Syriza chocaban con la oposición de la Unión Europea y que era necesario que un gobierno de Syriza estuviera preparado a plantear actos unilaterales y radicales.
Entrevista a Éric Toussaint realizada por Tassos Tsakiroglou (periodista en el diario griego El diario de los redactores)

● Alexis Tsipras convoca a una conferencia internacional para la anulación de la deuda de los países del Sur de Europa afectados por la crisis, similar a la que se celebró por Alemania en 1953, en la que 22 países, entre ellos Grecia, anularon una gran parte de la deuda alemana. ¿Podemos considerar que, en la actualidad, esa perspectiva es realista?

Un gobierno popular y de izquierda podría organizar un comité de auditoría de la deuda Es una propuesta legítima. Queda claro que Grecia no provocó ningún conflicto en Europa, a diferencia de lo ocurrido con la Alemania nazi. Los ciudadanos de Grecia tienen un argumento muy sólido para declarar que una gran parte de la deuda griega es ilegal o ilegítima y que debe ser suprimida, como fue anulada la deuda alemana en 1953. De todos modos, no pienso que Syriza y otras fuerzas políticas en Europa consigan convencer a las instituciones de la UE y a los gobiernos de los países más poderosos de que se reúnan en una mesa para reproducir lo que se hizo con la deuda alemana en 1953. Por supuesto, se trata de una demanda legítima, y en ese sentido he respaldado la candidatura de Tsipras para la presidencia de la Comisión Europea, pero no se podrá convencer a los gobiernos de las principales economías europeas y a las instituciones de la UE de que lo hagan. Mi consejo es el siguiente: la última década nos ha mostrado que se puede llegar a soluciones equitativas aplicando actos soberanos unilaterales. Hay que desobedecer a los acreedores que reclaman el pago de una deuda ilegítima y que imponen unas políticas que violan los derechos humanos fundamentales, que incluyen los derechos económicos y sociales de las poblaciones. Creo que Grecia tiene argumentos sólidos para actuar y para formar un gobierno que, con el apoyo de la ciudadanía, explore las posibilidades de actuar en esa dirección. Un gobierno popular y de izquierda podría organizar un comité de auditoría de la deuda con una amplia participación ciudadana, que permitiría determinar qué parte de la deuda es ilegal u odiosa, suspender unilateralmente los pagos, y luego repudiar la deuda identificada como ilegítima, odiosa y/o ilegal.


● En Grecia, Syriza está ganando en todos los sondeos y varios de sus dirigentes afirman que la negociación de la deuda se hará en el marco de la zona euro y que no será el resultado de una acción unilateral. ¿Cuál es su opinión al respecto?


La mayoría de los gobiernos de la zona euro y el BCE nunca aceptarán efectuar una reducción importante de la deuda griega. Sí, conozco la posición oficial de Syriza. Personalmente, trato de mostrar que se puede aplicar otro tipo de política, ya que es evidente que la mayor parte de los gobiernos de la zona euro y el BCE no aceptarán una reducción importante de la deuda griega. Por lo tanto, a pesar de la voluntad expresada por Syriza de negociar, creo que es imposible convencer a todos los actores. En consecuencia, hay que ser más radical ya que no existe otra posibilidad. Se trata de ser radical, como Islandia después de 2008, Ecuador en 2007-2009 o Argentina entre 2001 y 2005.

Posteriormente, esos gobiernos cometieron una serie de errores y abandonaron la posición radical que habían adoptado sus países. Y por esa razón ahora se encuentran con grandes dificultades, como es el caso de Argentina. (…)


● Usted ha dicho que una reducción drástica de la deuda pública es necesaria pero no suficiente para que los países de la UE salgan de la crisis, y que será necesario aplicar otras medidas importantes en diversos sectores. ¿Brevemente, cuáles serían esas medidas?


Es necesario nacionalizar, controlar los movimientos de capitales, efectuar una reforma fiscal En primer lugar, es necesario nacionalizar —prefiero la palabra socializar— los bancos. Pienso que los bancos en Grecia y en otros países deberían ser transferidos al sector público y funcionar bajo el estricto respeto de las normas y de los intereses fijados por el pueblo. Además, se tendría que controlar los movimientos de capitales, sobre todo las transferencias importantes realizadas por las grandes instituciones financieras. No hablo de transferencias de 1.000 o 2.000 euros, sino de transferencias mucho más importantes que tendrían que requerir la aprobación previa de las autoridades de control, so pena de muy fuertes multas y de la retirada de la licencia bancaria a los bancos que pasen por alto ese control. Y eso se efectuaría para alcanzar buenos objetivos. No obstante, hay que proteger al ciudadano de a pie, que podrá continuar efectuando transferencias bancarias internacionales dentro de límites razonables. También es necesario hacer una reforma fiscal radical: disminuir fuertemente los impuestos y tasas pagados por la mayoría de la población y aumentar fuerte y progresivamente los impuestos y tasas a los más ricos y a las grandes empresas privadas, nacionales y extranjeras.


● ¿Y Grecia?


Realización de una auditoría y suspensión del pago de la deuda para después repudiar la parte ilegítima, odiosa, insostenible y/o ilegal

Se debería hacer lo que decía Syriza en las elecciones de 2012. Si Syriza forma un gobierno tendrá que abolir las leyes injustas que fueron impuestas por la Troika (especialmente aquellas que destruyeron los convenios y la negociación colectiva entre empleadores y trabajadores). Otras medidas necesarias son las siguientes: el establecimiento de una reforma fiscal radical a favor de la justicia social y de la redistribución de la riqueza; la anulación de una parte de los impuestos que pagan los pobres y una imposición más alta para los más ricos; la realización de una auditoría y la suspensión del pago de la deuda, para repudiar luego la parte identificada como ilegítima, odiosa, insostenible y/o ilegal; la socialización de los bancos y la aplicación de un control sobre los movimientos de capitales.
Cuando las elecciones anticipadas fueron convocadas a fines de diciembre de 2014 para el 25 de enero de 2015, el CADTM publicó un comunicado de prensa en el que se valoró bien el alcance de las amenazas que las autoridades europeas hacían caer sobre el pueblo griego.
«El CADTM no tiene ninguna duda sobre las verdaderas intenciones de aquellos que hicieron de Grecia el laboratorio europeo de sus políticas neoliberales más extremas, y de los griegos y las griegas unos verdaderos conejillos de Indias de su terapia de shock económica, social y política. Debemos esperar una escalada de su ofensiva ya que no pueden permitirse que Syriza gane y surjan seguidores en Europa. Utilizarán todos los medios de que disponen puesto que son bien conscientes de lo que está en juego en las próximas elecciones griegas: el éxito o el fracaso de la guerra social que dirigen contra la enorme mayoría de las poblaciones de Europa. Y como el reto es tan importante, debemos esperar que “los de arriba”, de Europa y de Grecia, no respeten el veredicto de las urnas que debería culminar, por primera vez en la historia, en la victoria de la izquierda griega. Sin ninguna duda, tratarán de asfixiar al gobierno de izquierda elegido democráticamente, puesto que su eventual éxito sería, con toda seguridad, interpretado como un formidable estímulo a la resistencia de los trabajadores y los pueblos de Europa. [18]
Desde el 3 de enero de 2015, contacté con Yorgos Caravelis que se presentó ante mí como un emisario de la dirección de Syriza, que deseaba conocer mis propuestas en lo concerniente a la deuda griega. Inmediatamente, me puse en contacto con el diputado europeo de Syriza Nikos Chountis, quien me confirmó que en efecto, Caravelis tenía la misión de recoger mi opinión. Tuvimos varios intercambios y Caravelis estaba convencido de la necesidad de instaurar una comisión de auditoría de la deuda lo antes posible después de la elección y la puesta en marcha del gobierno de Syriza. Sobre la base de nuestros intercambios, Caravelis me hizo llegar notas que había dirigido a la dirección de Syriza por intermedio de Chountis. Sin embargo, no tuve respuesta de parte del partido antes de las elecciones.
Cuatro días antes de las elecciones del 25 de enero de 2015, publiqué mi opinión en los diarios Le Monde y Le Soir, diarios de referencia en Paris y Bruselas, respectivamente. El artículo se titulaba « Si Syriza siguiera al pie de la letra las exigencias de la UE en materia de auditoría de la deuda » ( http://www.cadtm.org/Si-Syriza-siguiera-al-pie-de-la ).
Syriza podría tomar la palabra a la Unión Europea, constituyendo una comisión de auditoría de la deuda¿Qué pasaría si Syriza, una vez en el gobierno, decidiera tomar literalmente el artículo 7 del reglamento adoptado en mayo de 2013 por la Unión Europea, que prevé que “un Estado miembro sometido a un programa de ajuste macroeconómico efectuará una auditoría exhaustiva de sus finanzas públicas a fin, entre otras cosas, de evaluar las razones por las que se ha incurrido en niveles excesivos de endeudamiento y de detectar cualquier posible irregularidad”? (Reglamento UE 472/2013 del 21 de marzo de 2013 relativo al fortalecimiento de la vigilancia económica y presupuestaria de los Estados miembros de la zona euro).
«El actual gobierno griego de Antonis Samaras se abstuvo de aplicar esta disposición del reglamento. Está claro que tras una victoria electoral, Syriza podría perfectamente tomarle la palabra a la Unión Europea constituyendo una comisión de auditoría de la deuda (con participación ciudadana) encargada de analizar el proceso de endeudamiento excesivo de Grecia y de identificar las deudas ilegales, ilegítimas, odiosas…»
En la continuación de este artículo, expliqué que la deuda reclamada a Grecia podría ser identificada como ilegítima y odiosa. Mi columna apuntaba a contribuir modestamente a convencer a la opinión pública del carácter ilegítimo de las deudas reclamadas a Grecia, y al mismo tiempo mostrar a las futuras autoridades griegas que era posible volver en contra de la Comisión Europea una disposición de uno de sus reglamentos que nosotros denunciamos.
Esta opinión fue reproducida en Atenas por el diario conservador Kathimerini que planteaba la cuestión: ¿Qué hará un gobierno de Syriza?
 [19]
Durante la campaña electoral, di una conferencia en Bruselas en apoyo al pueblo griego en compañía de Manolis Glezos, diputado europeo de Syriza. Participé también en debates especialmente con Frédéric Lordon y Serge Halimi (Le Monde diplomatique). [20]
Después de la victoria electoral de Syriza el 25 de enero y la formación del gobierno el 27 de enero, me enteré que varios de mis conocidos estaban en el gobierno de Syriza-ANEL.
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George Katrougalos
Volví a Atenas el 13 de febrero de 2015 después de haber participado en Europa en varias conferencias en apoyo al pueblo griego así como en debates polémicos como el difundido por la cadena de television France2 el 30 de enero de 2015, durante el cual tuve algunas discusiones acaloradas con personalidades de derecha, entre ellas el periodista Arnaud Leparmentier del diario Le Monde.
¿Te acuerdas de que Varoufakis se había negado en 2011 a apoyar la auditoría ciudadana de la deuda? El 13 de febrero tuve una reunión con Yorgos Katrougalos, con el que el CADTM había comenzado una colaboración desde que se hubiera comprometido, como jurista, en el combate por la suspensión del pago de la deuda griega y su auditoría. Katrougalos después de haber sido elegido diputado europeo por Syriza en mayo de 2014, se convirtió en viceministro de Reformas institucionales en enero 2015. Le dije que esperaba que ayudara en instaurar una comisión de auditoría y también en la adopción de una actitud de firmeza sobre la cuestión del no pago de la deuda. Me respondió que seguía a Tsipras disciplinariamente, y eso no auguraba nada bueno. Al día siguiente, tenía una cita en el ministerio de Finanzas con Nadia Valavani, viceministra de Finanzas. Varoufakis estaba ausente ya que se hallaba negociando en Bruselas. Desde que nos vimos, me recordó muy amistosamente que habíamos estado juntos en el lanzamiento de la auditoría ciudadana de la deuda en 2011. Y agregó: «¿Te acuerdas que Varoufakis se negó en 2011 a apoyar la auditoría ciudadana?» Y me indicó que no le tenía confianza con respecto a su línea política. Luego, me explicó el plan que quería poner en marcha con el fin de encontrar una solución a favor de dos millones de contribuyentes griegos que tenían una deuda con respecto al Estado inferior a 2000 euros. También quería tomar medidas para luchar contra el fraude al fisco de los ricos. El 15 de febrero, tuve una reunión con Rania Antonopoulos, quien me había contactado por e-mail, hacia el 23 de enero, para decirme que estaba de acuerdo con el contenido de mi columna en Le Monde, en lo concerniente a la deuda de Grecia y a la necesidad de una auditoría. En ese tiempo, fue nombrada viceministra a cargo de la lucha por la creación de 300.000 empleos. Me explicó el combate que deseaba dirigir para poner fin a una política que hacía a los desempleados responsables de su situación. El 15 de febrero, participé en una manifestación en la Plaza Sintagma de protesta contra el Eurogrupo y en apoyo a los compromisos del gobierno de Tsipras: 20.000 manifestantes expresaron su esperanza de ver cómo cambiaban las cosas.
La presidenta del parlamento griego deseaba iniciar una auditoría de la deuda griega con el fin de identificar las deudas ilegítimas, ilegales, odiosas El lunes 16 de febrero fui recibido por la presidenta del parlamento griego, Zoe Konstantopoulou. La reunión fue muy positiva. La presidenta del parlamento afirmó que deseaba favorecer un trabajo de auditoría de la deuda griega con el fin de identificar las deudas ilegítimas, ilegales, odiosas… Luego, decidió hacer pública nuestra reunión. La información fue retomada por numerosas páginas web. [21] Véase el recuadro sobre el testimonio de Zoe Konstantopoulou a propósito de nuestra colaboración para la constitución de una comisión de auditoría de la deuda.
Al anochecer, me reuní durante una hora con el viceministro de defensa, Costas Ysichos. Discutimos sobre las negociaciones en curso a nivel europeo y de la cuestión de la deuda. Ysichos era el dirigente de la Plataforma de izquierda de Syriza que estaba más próximo a las posiciones del CADTM: combinar la auditoría de la deuda con un acto unilateral de suspensión de pagos.
El 17 de febrero, por la difusión que hizo Zoe Konstantopoulou de nuestro encuentro, Nikos Chountis, viceministro de las Relaciones con las instituciones europeas deseó verme. Como miembro de la izquierda de Syriza, me manifestaba simpatía por las propuestas del CADTM, pero como miembro del gobierno me decía que la orientación de Tsipras era diferente. Me pidió si estaría dispuesto a colaborar con el gobierno en caso de que tomara una línea más radical sobre la deuda. Como recordatorio, los contactos con Caravelis, desde el 2 de enero de 2015, los había pedido Nikos Chountis, pero no habían acabado en nada concreto.
El testimonio de Zoe Konstantopoulou concerniente a la colaboración para la instauración de la comisión de auditoría

El vivo recuerdo que tenía de Eric Toussaint, al que no conocía personalmente, se remontaba al gran festival de la juventud de Syriza, en octubre de 2012, cuando el partido se convirtió en el primero de la oposición, y que el futuro se abría ante él. Eric había pronunciado un encendido discurso y el público lo aclamó

http://www.cadtm.org/spip.php?page=imprimer&id_article=8463)

Eric no se acuerda para nada, como me lo confesó más tarde, ya que estaba particularmente entristecido: ese mismo día, había constatado que Tsipras comenzaba a dar marcha atrás a sus compromisos sobre la auditoría y la anulación de la deuda, cosa que la mayoría de nosotros, que no participamos en la venidera traición, tardamos mucho tiempo, desgraciadamente, en darnos cuenta.

En mi discurso de apertura como Presidenta del Parlamento, el 6 de febrero de 2015, inmediatamente después de mi elección, había anunciado que el Parlamento iba a contribuir activamente a la auditoría y a la anulación de la deuda.

En la primera reunión del grupo parlamentario después de esa sesión, el diputado de los ecologistas preguntó, muy angustiado, si «estaba permitido decir semejantes cosas en plena negociación, mientras el Primer ministro y el ministro de Finanzas no utilizaban en absoluto esas palabras.» Entonces le respondí que era el programa sobre el que nosotros habíamos sido elegidos y que no solamente lo teníamos que decir sino también hacer. Nadie osó contradecirme. De todas maneras, ya estaba claro que el propio gobierno no emprendería ninguna iniciativa que concerniese una auditoría o una anulación de la deuda y que el grupo parlamentario se mantenía impotente frente a los acontecimientos.

Rápidamente se vio que una iniciativa como esa debía apoyarse en las personas que dispusieran de los conocimientos necesarios y que también tuvieran una experiencia análoga en el campo de la auditoría de la deuda y del rechazo de las deudas odiosas e ilegítimas. Eric Toussaint era evidentemente la figura emblemática de esta lucha que
sostenía con fervor, por sus intervenciones públicas y sus visitas a Grecia, que la deuda debía ser auditada y que, en la medida de que se demostrara que era odiosa, ilegal ilegítima y/o insostenible, debía ser anulada. Una posición perfectamente de acuerdo con el derecho internacional, la protección internacional de los derechos humanos y del derecho humanitario internacional.

Nuestro primer encuentro del 16 de febrero de 2015 no duró mucho. Conocía su valiosa experiencia y su contribución a la auditoría de la deuda y, especialmente, su participación en la Comisión de auditoría de la deuda de Ecuador. Estaba claro para mí que se trataba de la persona que, durante décadas, había contribuido, desinteresadamente, a revelar el mecanismo de sometimiento de los pueblos mediante la deuda y a luchar para liberar a los pueblos y a los ciudadanos del yugo de la deuda ilegítima. Quería que me hablara de su experiencia y todo lo que me dijo fue especialmente clarificador para mí.

Así que le pregunté si estaría dispuesto a emprender la auditoría de la deuda griega por cuenta del Parlamento helénico y si podía quedarse en Grecia para que nos pudiéramos encontrar una semana más tarde con el propósito de discutir la modalidad de esa auditoría. Me respondió afirmativamente a esas dos preguntas. Por lo tanto, pedí que fuera publicado de inmediato en un boletín de prensa del Parlamento lo concerniente a mi encuentro con Eric Toussaint, con el fin de lanzar este mensaje: avanzamos hacia la realización de nuestros compromisos.

Los días siguientes fueron tensos y dramáticos: la elección del Presidente de la República, el 18 de febrero de 2015, la comunicación del acuerdo del 20 de febrero de 2015. Al conocer por los medios el contenido de ese acuerdo sentí que se me caía el mundo encima, puesto que contenía ¡el reconocimiento de la deuda y el compromiso de la responsabilidad de su pago! Pedí ver a Tsipras inmediatamente. Lo vi al día siguiente, el 21 de febrero, en su despacho del Parlamento, justo después de la reunión del Consejo. Flambouraris esperaba afuera, entrando y saliendo constantemente y presionando para salir rápido hacia Egina.

Le dije a Tsipras que ese acuerdo era un memorando y debíamos sacárnoslo de encima lo más pronto posible. Debíamos revocar inmediatamente la fórmula correspondiente a la deuda, por medio de comunicaciones oficiales por todos los actores; se debía seguir una estrategia precisa; se debía realizar una auditoría de la deuda; se debía actuar con respecto a la deuda alemana con Grecia debida a la invasión y ocupación nazi durante la segunda guerra mundial. Además de la apertura del expediente Siemens y de todos los asuntos de corrupción. Tsipras se esforzaba en convencerme que el acuerdo no era un memorando. Pretendía que el reconocimiento de la deuda solo atañía a los pagos que se efectuarían en el curso de los próximos cuatro meses, y anotaba, con bochorno, algunas de mis sugerencias en su acuerdo.

Yo estaba presente cuando le explicó a Pablo Iglesias, dirigente de Podemos, que «lo que obtuvimos no es ni blanco ni negro, pero conseguimos el gris.»

Me fui de la reunión después de haberle anunciado que comenzaría de inmediato el proceso de la auditoría de la deuda en el Parlamento, y constituiría la Comisión para las deudas alemanas, después de haber obtenido su consentimiento.

Algunos días más tarde, me encontré de nuevo con Eric.

Estaba abatido y preocupado

Comencé a hablarle de la comisión que se tendría que poner en marcha para llevar a cabo la auditoría de la deuda. Le dije que pensaba en una comisión conforme a una disposición especial del reglamento del Parlamento que permitía al Presidente de la Asamblea a constituir comisiones compuestas por personas extraparlamentarias y cuyo objeto fueran cuestiones que no eran tratadas como asuntos corrientes del Parlamento. Le expliqué que pensaba que esta comisión debería ser internacional y nacional, compuesta por científicos y ciudadanos, cuyo mandato sería claramente el de descifrar las condiciones en las que la deuda pública griega se inició y aumentó desmesuradamente, y elaborar un argumentario que permitiera denunciar cualquier parte de la deuda que fuera juzgada ilegal, odiosa e insostenible. Fue positivo pero reservado.

«Veo que algo te preocupa. Quiero que lo hablemos con franqueza», le dije.

«Zoe, estoy muy angustiado. ¿Cuál es tu posición sobre el acuerdo del 20 de febrero?»

«Eric, considero que ese acuerdo es una verdadera afrenta. Se lo dije al Primer ministro y le informé sobre mi intención de emprender iniciativas para revertir ese acuerdo y me dio su consentimiento. La Comisión de auditoría de la deuda de la que te propongo como coordinador científico es una iniciativa crucial en ese sentido.»

Todavía me miraba con aire escrutador.

« En cuanto a lo que te preocupa, según lo que entiendo, esto es lo que te tengo que decir: previne formalmente al Primer ministro de no presentar ese acuerdo al Parlamento.» Repetí lo mismo en la reunión del grupo parlamentario en los siguientes días. Durante la votación que se realizó dentro del grupo, el 25 de febrero, voté NO al texto del acuerdo, que encendió la mecha y me convertí en una diana. «Lo que te tengo que decir es que si, a pesar de todo, ese acuerdo se presenta en el Parlamento, yo no lo votaré.»

Se iluminó su rostro, parecía aliviado. Pero veía que todavía estaba preocupado por la evolución global, aunque lo importante para Eric era saber que podía contar con nuestro acuerdo. Mucho después, me confirmó que se había tratado de un momento muy especial, ya que había comprendido que la persona que le pedía ese compromiso y esa implicación en la lucha frontal contra los mecanismos de sometimiento, tenía la determinación de llegar hasta el final.

Y fue así como todo comenzó.

«Quiero que asumas el puesto de Coordinador Científico de la Comisión y que me digas qué esperas de mí» le dije.

«Eres tú la que tiene que presidir la Comisión y sus trabajos, para garantizar que todo pueda ser realizado sin obstáculos» me contestó.

Y así fue como nació la primera y única comisión constitucional de auditoría de la deuda sobre suelo europeo, hasta ahora.

Simple y llanamente.

Por personas de palabra.

Fuente: Zoe Konstantopoulou, «Grecia: la lucha contra la deuda odiosa e ilegítima»
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Alexis Tsipras, Éric Toussaint y Zoe Konstantopoulou en el Parlamento griego para el lanzamiento de la Comisión por la verdad sobre la Deuda griega

Conclusión:

Se tendría que haber puesto en práctica una orientación muy diferente a la adoptada por Varoufakis y el pequeño círculo en torno a Tsipras Varoufakis presenta de manera deformada los debates que tuvieron lugar entre las autoridades públicas de Grecia y de Syriza en febrero de 2015. Considera solamente los debates, sobre las opciones que se podían tomar, a lo que pasaba en el pequeño círculo del que se rodeó Tsipras y del que él mismo participaba. Presenta de una manera caricaturesca la oposición a las opciones tomadas por el pequeño círculo al hablar de «A pesar de las quejas de algunos diputados de Syriza, el estado de ánimo de todo el país era de puro entusiasmo.» (p. 446) aunque la oposición al interior del grupo parlamentario de Syriza y en el gobierno representaba cerca de un tercio, en el comité central de Syriza llegó al 41 %. Además, como Tsipras y Varoufakis presentaron las concesiones que habían hecho de manera poco clara, una parte de los diputados y ministros, aunque tuvieran dudas, sostuvieron la línea del gobierno sin entusiasmo y con la esperanza de que Tsipras, que tenía toda su confianza, condujera el gobierno y la negociación a buen puerto.
Sostengo, junto a otros, en aquel momento como ahora, que se debería haber adoptado una orientación muy diferente. Para aplicar el programa de Tesalónica, el gobierno de Tsipras tendría que haber tomado las siguientes iniciativas y medidas:
Era necesario lanzar la auditoría con participación ciudadana y suspender el pago de la deuda, comenzando con la correspondiente al FMI.
.- Hacer públicas las 5 o las 10 prioridades del gobierno en la negociación, en particular, las correspondientes a la deuda, denunciando claramente el carácter ilegítimo de la deuda reclamada por la Troika.
.- Establecer los contactos con los movimientos sociales, alentar, como gobierno o como Syriza, la constitución de comités de solidaridad en el mayor número posible de países, paralelamente con la negociación con los acreedores, con el fin de desarrollar un amplio movimiento de solidaridad.
.- Rechazar el secretismo en la diplomacia.
.- Desarrollar los canales internacionales de comunicación para poder franquear la barrera de los medios dominantes.
.- Utilizar la disposición del reglamento europeo 472 que trata sobre la auditoría de las deudas, [22] para lanzar una auditoría con participación ciudadana y suspender el pago de la deuda comenzando por la concerniente al FMI. Recordemos que Tsipras en la presentación del programa de Tesalónica había declarado: «Pedimos el recurso inmediato del veredicto popular y un mandato de negociación que apunte a la anulación de la mayor parte de la deuda nominal para asegurar su viabilidad. Lo que se hizo con Alemania en 1953 [23] se debe hacer con Grecia en 2014. Nosotros reivindicamos:
-** – Una «cláusula de crecimiento» para el reembolso de la deuda.

    • –.Una moratoria —suspensión de pagos— con el fin de preservar el crecimiento.
    • – La independencia de los programas de inversión pública con respecto a las limitaciones que impone el pacto de estabilidad y de crecimiento. [24]
.- Poner fin al memorando de acuerdo al compromiso tomado con el pueblo griego en el momento de las elecciones del 25 de enero. Como recordatorio, Tsipras había declarado «Nos comprometemos, frente al pueblo griego, a reemplazar desde los primeros días del nuevo gobierno —e independientemente de los resultados esperados de nuestra negociación—el memorando por un Plan nacional de reconstrucción…». [25]
.- Establecer un control de movimiento de capitales
.- Adoptar una ley sobre los bancos para asegurar el control de los poderes públicos sobre los mismos.
Tsipras había anunciado el 13 de septiembre de 2014 en Tesalónica: «Con Syriza en el gobierno, el sector público retoma el control del Fondo helénico de estabilidad financiera (HFSF, siglas en inglés) y ejerce todos sus derechos sobre los bancos recapitalizados.» [26]
.- Adoptar una ley que anule las deudas privadas con respecto al Estado, por ejemplo las menores de 3.000 euros. Esa medida mejoraría, de golpe, la situación de 3,3 millones de contribuyentes (de los que 357.000 son PME) que debían menos de 3.000 euros (penalidades incluidas). [27]
.- Reducir de manera radical el IVA sobre los bienes y servicios de primera necesidad.
.- Anular la reducción de pensiones y del salario mínimo legal.
.-Poner en marcha el plan de urgencia contra la crisis humanitaria previsto en el programa de Tesalónica.
.- Poner en marcha un sistema de pagos paralelo complementario.
.- Reemplazar a Stournaras a la cabeza del Banco central por una persona competente y de confianza.
.- Prepararse a las nuevas represalias de las autoridades europeas y por lo tanto a una posible salida de la zona euro.

Agradecimiento: Agradezco por su atenta lectura a Alexis Cukier, Marie-Laure Coulmin-Koutsaftis, Nathan Legrand, Astathis Kouvelakis, Brigitte Ponet y Patrick Saurin. El autor es el único responsable de los eventuales errores contenidos en este artículo.
El significado del acuerdo del 20 de febrero y la acción de Varoufakis fue objeto de un intercambio en 2016 en el blog de Mediapart entre Yanis Varoufakis, Alexis Cukier y Patrick Saurin.
Alexis Cukier, Patrick Saurin, «Réponse à l’analyse de Varoufakis sur le bilan du premier gouvernement Syriza», publicado el 3 diciembre de 2016
Traducido por Griselda Pinero
Notas
[1Los tres primeros párrafos de esta parte se han sacado de la introducción del artículo: Varoufakis se rodeó de asesores que actuaban como guardianes del orden dominante
[2Yanis Varoufakis, Comportarse como adultos. Mi batalla contra el establishment europeo, Ediciones Deusto (Grupo Planeta), Barcelona, 2017.
[3Manolis Glezos: «Pido al pueblo griego que me perdone por haber contribuido a esta ilusión», 22 de febrero de 2015, http://www.cadtm.org/Glezos-Je-demande-au-Peuple-Grec
[5Véase igualmente Zero Hedge, “The Reason Why The Eurogroup Rushed To Approve The Greek Reform Package?”, publicado el 24 de febrero de 2015, https://www.zerohedge.com/news/2015-02-24/stunning-reason-why-eurogroup-rushed-approve-greek-reform-package
[6Nadia Valavani, miembro de la izquierda de Syriza, era viceministra de Varoufakis y se oponía a las concesiones hechas a la Troika a propósito de las deudas fiscales de los contribuyentes con respecto al Estado. Valavani no quería modificar en un sentido restrictivo su proyecto de ley para la solución de los pagos atrasados de impuestos del Estado, al suprimir, en especial, las medidas de anulación de una parte de las deudas inicialmente previstas.
[7Dora Antoniou, «L’accord provoque des remous dans Syriza, 25 de febrero de 2015 http://www.kathimerini.gr/804911/article/epikairothta/politikh/h-symfwnia-prokalei-kradasmoys-ston-syriza. Concerniente a las críticas de Nadia Valavani y al endurecimiento del proyecto sobre la solución de los pagos atrasados de deudas, véase ««Κούρεμα» στη ρύθμιση των 100 δόσεων» («Haircut au projet de loi sur les 100 mensualités»), 25 de febrero de 2015, http://www.kathimerini.gr/804896/article/oikonomia/ellhnikh-oikonomia/koyrema-sth-ry8mish-twn-100-dosewn
[8Como recordatorio: Varoufakis afirma en su libro que había obtenido el acuerdo del gabinete de guerra para señalar tres cuestiones a la Troika: Ante cualquier tentativa de agotamiento por un cierre de liquidez, el gobierno respondería por un rechazo a pagar los reembolsos debidos al FMI; a cualquier veleidad de encerrar el gobierno dentro del memorando y rechazarle una reestructuración de la deuda, este respondería por la suspensión de las negociaciones: a cualquier amenaza de cierre de los bancos y de control de capitales, el gobierno respondería mediante la rebaja unilateral de los títulos griegos en manos del BCE desde 2010-2012 y por la puesta en marcha de un sistema de pagos en paralelo. El problema es que estas amenazas nunca se comunicaron a la Troika. Ni tampoco nunca se hicieron públicas. Y Varoufakis lo reconoce. En cuanto a su puesta en práctica, como lo veremos más adelante, Tsipras y la mayoría del gabinete se opusieron claramente y Varoufakis aceptó la situación hasta la capitulación final en julio de 2015. Todo pasó en un comité muy restringido y el resto del gobierno nunca fue informado, ni tampoco la dirección de Syriza. La población griega fue mantenida totalmente al margen.
[9Esta historia de «algunos diputados que protestaban» es la versión oficial que algunos medios (To Vima, en particular, pero no Kathimerini) habían difundido. Pero todos habían notado que la reunión se había desarrollado en un ambiente dramático.
[10Un voto indicativo a mano alzada se había realizado hacia el fin de la reunión, a una hora muy avanzada. En ese momento cerca de 120 diputados estaban en la sala y cerca de 40 votaron en contra o en blanco que en Grecia es muy próximo al voto en contra. Los seis ministros en cuestión votaron en blanco. Véase el resumen de esta reunión publicado el 26 de febrero de 2015 en la página web de prensa alternativa griega «ThePressProject» (https://www.thepressproject.gr/) en un artículo redactado por Vasiliki Siouti: «Parece que el gobierno de Syriza tiene problemas a la hora de obtener apoyos para el acuerdo firmado entre Varoufakis y el Eurogrupo. Durante una reunión del grupo parlamentario de Syriza que duró 12 horas, el miércoles 25 de febrero, los parlamentarios criticaron el acuerdo firmado entre el gobierno griego y el Eurogrupo. La reunión se terminó con un voto consultivo en cuanto a la aprobación o no del acuerdo. Panagiotis Lafazanis, dirigente de la Plataforma de izquierda y ministro de la Reconstrucción productiva, del medio ambiente y de la energía, pidió el recuento de votos, pero su demanda fue rechazada. De todas maneras, mientras que cerca de 30 diputados se habían ido antes de la votación, un tercio de los diputados presentes rechazaron el acuerdo ya sea votando en contra o en blanco. Todos los diputados de la Plataforma de izquierda, así como varios otros —Zoe Konstantopoulou, presidenta del Parlamento, Nina Kasimati y otros— votaron en contra o en blanco. Los ministros Panagiotis Lafazanis, Nikos Chountis, Dimitris Stratoulis, Costas Ysichos, Nadia Valavani y Thodoris Dritsas votaron en blanco. Entre los parlamentarios que votaron en blanco, varios expresaron su desaprobación con respecto a las maniobras de Varoufakis. Para formarse una opinión, los parlamentarios se basaron, principalmente, en las informaciones transmitidas por Varoufakis Y el primer ministro Tsipras, y no habían sido informados exhaustivamente de lo que se había convenido con el Eurogrupo.» La traducción en inglés de este artículo que vale la pena leerlo íntegramente fue publicada el 28 de febrero de 2015 en la página web: http://www.newleftproject.org/index.php/site/article_comments/syriza_mps_revolt_against_the_agreement
[11Los detalles concernientes al segundo casus bellis con Chouliarakis están expuestos en el capítulo 10, p. 434. Según Varoufakis, Tsipras le declaró a propósito de Chouliarakis: ¡Deshazte de él de inmediato! P. 435.
[12Para un balance del trabajo del CADTM sobre Grecia, véase Éric Toussaint, «L’action du CADTM en solidarité avec le peuple grec (2009 – 2016)», http://www.cadtm.org/L-action-du-CADTM-en-solidarite Otros: http://www.cadtm.org/Actos-de-solidaridad-con-el-pueblo (Estado español)
[13En mayo de 2006 tuvo lugar en Atenas la última gran reunión europea del Foro Social Europeo. Decenas de miles de militantes llegaron de toda Europa para participar en el Foro. Después el FSE declinó fuertemente por razones totalmente ajenas a lo que estaba pasando en Grecia
[14Las elecciones de mayo de 2012 en Grecia no permitieron a ningún partido, y no hubo ninguna coalición de partidos, que pudiera constituir un Gobierno. Esa situación condujo a un nuevo proceso electoral en el mes de junio de 2012. Entre las dos elecciones, Tsipras avanzó 5 propuestas concretas para comenzar las negociaciones con los partidos opuestos a la Troika (salvo Amanecer Dorado que, aunque opuesto al memorando, fue excluido): 1. La abolición de todas las medidas antisociales ( incluidas las reducciones de salarios y de pensiones). 2. La abolición de todas las medidas que redujeron los derechos de los trabajadores en materia de protección y de negociación. 3. La abolición inmediata de la inmunidad de los parlamentarios y la reforma del sistema electoral. 4. Una auditoría de los bancos griegos. 5. La constitución de una comisión internacional de auditoría de la deuda junto a la suspensión del pago de la deuda hasta el fin de los trabajos de esa comisión. Y en esas elecciones de junio, Syriza obtuvo el 26,5 % de los votos con esa línea política radical.
[15Véase Éric Toussaint, «Una alternativa para Grecia»
[16Expliqué la génesis de la auditoría ciudadana en Grecia en la tercera parte: http://www.cadtm.org/De-como-Tsipras-con-la. En esa parte, también expliqué cómo esa iniciativa que había comenzado en 2011 influyó muy fuertemente en el programa de Syriza de 2012, en particular, gracias al eco que la reivindicación de la auditoría junto a la suspensión del pago de la deuda y la exigencia de la anulación de la mayor parte de la deuda había encontrado en la población griega durante el movimiento de ocupación de plazas en junio-julio de 2011.
[17Véase«El llamamiento de Alexis Tsipras a una Conferencia Internacional sobre la deuda es legítimo», http://www.cadtm.org/Eric-Toussaint-El-llamamiento-de, publicado el 23 de octubre de 2014.
[18http://www.cadtm.org/Quitad-las-manos-de-Grecia-De-una, publicado el 1 de enero de 2015
[21Συνάντηση Κωνσταντοπούλου με ειδικό περί της διαγραφής χρεών κρατώνΠολιτική | ΓενικάΜε τον Eric Toussaint συναντήθηκε η πρόεδρος της βουλής. Ο κ. Toussaint έχει μακρά εμπειρία σε ζητήματα επονείδιστου και παράνομου χρέους.
Source: http://agonaskritis.gr/%CF%83%CF%85%CE%BD%CE%AC%CE%BD%CF%84%CE%B7%CF%83%CE%B7-%CF%84%CE%B7%CF%82-%CE%B6%CF%89%CE%AE%CF%82-%CE%BA%CF%89%CE%BD%CF%83%CF%84%CE%B1%CE%BD%CF%84%CE%BF%CF%80%CE%BF%CF%8D%CE%BB%CE%BF%CF%85-%CE%BC/
3) http://www.alemihaber.com/son-dakika/2788346/-
[22El artículo 7 del reglamente aprobado en mayo de 2013 por la Unión Europea, que prevé que «un Estado miembro que es objeto de un programa de ajuste macroeconómico realice una auditoría completa de sus finanzas públicas con el fin, especialmente, de evaluar las razones que llevaron a la acumulación de niveles de endeudamiento excesivos así como a revelar cualquier eventual irregularidad.» (Reglamento UE 472/2013 del 21 de mayo de 2013 «sobre el reforzamiento de la supervisión económica y presupuestaria de los Estados miembros de la zona del euro cuya estabilidad financiera experimenta o corre el riesgo de experimentar graves dificultades ». Véase: http://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/?uri=CELEX:32013R0472
[23Durante la conferencia de Londres, del 27 de febrero de 1953, la República Federal Alemana obtenía, con el consentimiento de veintiuno de sus acreedores (entre ellos, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Italia, Suiza, Bélgica, Grecia, etc.), una reducción de su deuda del 62%. Véase, Éric Toussaint: “La anulación de la deuda alemana en 1953, en comparación con el tratamiento reservado al Tercer Mundo y a Grecia”. http://www.cadtm.org/La-anulacion-de-la-deuda-alemana. A pesar de la capitulación de Tsipras, a Grecia no se le concedió ninguna anulación de deuda.
[24Extractos del programa de Tesalónica, presentado por Alexis Tsipras en septiembre de 2014 (13 de septiembre de 2014)
[25Idem.
[26Idem
Eric Toussaint es maître de conférence en la Universidad de Lieja, es el portavoz de CADTM Internacional y es miembro del Consejo Científico de ATTAC Francia.
Es autor de diversos libros, entre ellos: Bancocracia Icaria Editorial, Barcelona 2015,, Procès d’un homme exemplaire, Ediciones Al Dante, Marsella, 2013; Una mirada al retrovisor: el neoliberalismo desde sus orígenes hasta la actualidad, Icaria, 2010; La Deuda o la Vida (escrito junto con Damien Millet) Icaria, Barcelona, 2011; La crisis global, El Viejo Topo, Barcelona, 2010; La bolsa o la vida: las finanzas contra los pueblos, Gakoa, 2002. Es coautor junto con Damien Millet del libro AAA, Audit, Annulation, Autre politique, Le Seuil, París, 2012.
Coordinó los trabajos de la Comisión de la Verdad Sobre la Deuda, creada por la presidente del Parlamento griego. Esta comisión funcionó, con el auspicio del Parlamento, entre abril y octubre de 2015. El nuevo presidente del Parlamento griego anunció su disolución el 12 de noviembre de 2015. A pesar de ello, la comisión prosiguió sus trabajos y se constituyó legalmente como una asociación sin afán de lucro.

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