Daniel Albarracín
Noviembre de 2013
De
nuevo las pensiones están en el centro de la diana. Las pensiones forman parte
del salario diferido y que se basa en el sistema público de la Seguridad Social,
a cuyas espaldas está el Estado. Están amparadas como derecho constitucional. Se
quieren recortar tanto para descargar al empresariado en sus costes laborales
como para hacer frente a la prioridad constitucional del pago de la deuda,
originada en una importante medida por los sucesivos rescates bancarios. El
Gobierno profundiza las medidas encaminadas a abrir nuevos espacios de negocios
para las aseguradoras y de reducción del gasto en políticas sociales, que
tienen, entre otros fines, liberar recursos antes destinados a prestaciones
esenciales.
Al
día de hoy, las cuantías de las pensiones arrojan cifras bastante bajas. Hasta
un 20% de las contributivas y la totalidad de las no contributivas están por debajo
del umbral de la pobreza y hasta el 49% de los pensiones no superan los 700
euros. Estamos ante uno de los sistemas de protección social más rácanos de
Europa, con un 14,4% del PIB de gasto social en pensiones. Según datos de la
Seg. Social España, con una cuantía de pensiones
media de 11.702 euros anuales aventajaba únicamente a Grecia
(8.362,0) y a Portugal (7.099,7 euros) en la
UE-15, para 2010. Y alcanzaba un 10,7% del PIB en gasto en pensiones públicas.
En 2050, se estima, con todo, que alcanzará el 14%, muy por debajo del gasto
presente de Italia, Austria, Francia o Portugal. Es una excelente base de análisis y alternativa, la que se puede encontrar en documentopensiones.org
Gasto en pensiones públicas (%PIB) en
2010 y 2050.
Fuente: Seguridad Social
El
gobierno aborda cambios en principios básicos del Sistema de Pensiones que
comportarán un recorte drástico en los próximos años del poder adquisitivo de
las pensiones actuales, y los derechos para las generaciones futuras. Jóvenes,
trabajadoras con cortas trayectorias laborales o personas con bajos salarios
son los más perjudicados. Rasgos que cumplen una mayoría de personas que
trabajan en la hostelería y el comercio.
Dos son los
factores de sostenibilidad, factores correctores que quieren aplicarse por
parte del Gobierno en la nueva reforma de las pensiones: el factor de equidad
intergeneracional y el factor de revalorización anual. La combinación de ambos factores (FEI y FRA) puede
entrañar, pérdidas acumuladas de pensión de grandes proporciones, en torno al 28%
en diez años, como veremos a continuación. De ambos dos factores es el FRA
(-21,5%) el que tendrá efectos más perjudiciales, de carácter acumulativo, a lo
largo del tiempo; el FEI supondría un impacto aproximado de unos -6,6% en la
pensiones para 2024. Esta pérdida se aplica sobre la caída de la pensión media
de un 21% que puede representar la reforma de 2011. Entre los más perjudicados,
una vez más, la juventud, pero también la pérdida de poder adquisitivo de los
pensionistas actuales será un hecho.
Ambos factores emplean una formula
compleja que esconde un significado y consecuencias muy concretas. Pero, ¿qué
variables incluyen y cómo operan para corregir la pensión que se obtendrá?.
1. Sobre el Factor de Equidad Intergeneracional (FEI):
El FEI es un factor corrector que se aplicará a partir de enero
de 2019. Opera sobre el cálculo de la pensión inicial de jubilación y la
corrige por el cambio de la esperanza de vida. Se estimará cada cinco años[1] en base a la evolución
interanual de la esperanza de vida en los cinco años precedentes calculándose
como la esperanza de vida que resta por vivir a partir de los 67 años. Se trata
de un parámetro adicional a los habituales (base reguladora, años cotizados y
edad de jubilación), y no interfiere con las medidas adoptadas en la reforma de
2011. De manera sintética:
Pensión inicial= Base Reguladora x Años Cotizados x Edad de
Jubilación x FEI
La notación del Factor de Equidad Intergeneracional es la
siguiente:
Donde:
- e significa la esperanza de vida
- j es la edad de referencia, en este caso 67 años,
- t es el año inicial de aplicación.
- t+s es el año de jubilación, posterior a 2014, en el que la persona se jubile, (por ejemplo 2019, sería t+5, donde s=5).
De
tal modo que:
- ej,t+s es la esperanza de vida a partir de los j años de un trabajador que se jubila en un momento determinado t+s;
- ej,t es la esperanza de vida de otro trabajador que también se jubila a la edad j pero s años antes (en este caso el periodo t es 2014).
Así
ej,t sería la esperanza de vida a los 67 años en el año 2014,
y ej,t+s sería la esperanza de vida a los 67 años en el año
t+s, en el ejemplo escogido, en 2019.
La
fórmula es un genérico que se calcula cada cinco años, es decir,
quinquenalmente, a partir de 2014. Se tomarán sólo los primeros cuatro
decimales.
Según
aumente la esperanza de vida, el denominador será mayor que el numerador, esto
es ej,t+s> ej,t , así que la pensión
que le corresponderá sería menor. De tal modo que si dos trabajadores de
distintas generaciones con el mismo historial laboral (años cotizados y
salarios) se jubilan a la misma edad, el trabajador de la generación con una
mayor esperanza de vida recibirá en media, y a pesar de haber cotizado lo
mismo, un mayor montante en termino de pensiones a lo largo de su vida. Este
factor persigue corregir este punto, pero, como vemos lo hace aplicando una
esperanza de vida que es un valor estimado para poblaciones anteriores, sin
distinguir sexo, clase u ocupación, o cambios demográficos o sociales
posteriores, hacia el futuro.
Este
factor penaliza que la población viva más tiempo. A mayor crecimiento del
tiempo esperado que se vivirá se efectuará una mayor reducción del montante
mensual de la pensión. Si crece la esperanza de vida media de la población
ocasionará una caída de la pensión de los nuevos pensionistas, estimando que lo
que le pasó a la población pasada a dicha edad nos sucederá a cada uno de
nosotros, independientemente de nuestra trayectoria social y laboral.
La
siguiente tabla muestra una estimación de los efectos del FEI, según las proyecciones
de esperanza de vida que hace el INE para los años venideros. Debe tomarse en
cuenta que dicha esperanza de vida es una estimación estadística que refiere a
la duración de la vida de la población pasada, sin distinguir a qué colectivo
pertenece, su trayectoria, condiciones laborales, extracción social, etc… Se calcula
año a año, como proyección hacia el futuro. La siguiente tabla es una
aproximación que nos refleja las consecuencias de este factor de corrección, en
base a la estimación que hace el INE.
Esperanza de vida al cumplir los
65 años y
Factor de Equidad Intergeneracional
|
||||
(2014=1).
|
AÑO
|
Esperanza de vida a los 65
|
FEI
|
Descuento de la pensión inicial
(%)
|
2014
|
20,27
|
1,0000
|
0,0
|
|
2015
|
20,42
|
0,9928
|
0,7
|
|
2016
|
20,56
|
0,9857
|
1,4
|
|
2017
|
20,71
|
0,9788
|
2,1
|
|
2018
|
20,85
|
0,9720
|
2,8
|
|
2019
|
21,00
|
0,9653
|
3,5
|
|
2020
|
21,14
|
0,9588
|
4,1
|
|
2021
|
21,28
|
0,9524
|
4,8
|
|
2022
|
21,42
|
0,9461
|
5,4
|
|
2023
|
21,56
|
0,9399
|
6,0
|
|
2024
|
21,70
|
0,9339
|
6,6
|
|
2025
|
21,84
|
0,9280
|
7,2
|
|
2026
|
21,98
|
0,9222
|
7,8
|
|
2027
|
22,12
|
0,9165
|
8,4
|
|
2028
|
22,25
|
0,9109
|
8,9
|
|
2029
|
22,38
|
0,9055
|
9,5
|
|
2030
|
22,52
|
0,9001
|
10,0
|
|
2031
|
22,65
|
0,8948
|
10,5
|
|
2032
|
22,78
|
0,8897
|
11,0
|
|
2033
|
22,91
|
0,8846
|
11,5
|
|
2034
|
23,04
|
0,8797
|
12,0
|
|
2035
|
23,17
|
0,8748
|
12,5
|
|
2036
|
23,30
|
0,8700
|
13,0
|
|
2037
|
23,42
|
0,8653
|
13,5
|
|
2038
|
23,55
|
0,8607
|
13,9
|
|
2039
|
23,67
|
0,8562
|
14,4
|
|
2040
|
23,80
|
0,8518
|
14,8
|
|
2041
|
23,92
|
0,8474
|
15,3
|
|
2042
|
24,04
|
0,8432
|
15,7
|
|
2043
|
24,16
|
0,8390
|
16,1
|
|
2044
|
24,28
|
0,8349
|
16,5
|
|
2045
|
24,39
|
0,8309
|
16,9
|
|
2046
|
24,51
|
0,8269
|
17,3
|
|
2047
|
24,63
|
0,8230
|
17,7
|
|
2048
|
24,74
|
0,8192
|
18,1
|
|
2049
|
24,85
|
0,8155
|
18,5
|
|
2050
|
24,97
|
0,8118
|
18,8
|
|
2051
|
25,08
|
0,8082
|
19,2
|
|
Fuente:
INE (2012). Nota: No se dispone de datos sobre esperanza de vida a los 67
años
|
Según
las previsiones del INE, el FEI implicará aproximadamente una caída del 5% de
la pensión cada 10 años. Si la esperanza de vida cae este factor FEI dará como
resultado un aumento de las pensiones.
La esperanza de vida
suele desarrollar a largo plazo una evolución paulatina. Ahora bien, en el
último siglo creció sorprendentemente, fundamentalmente por la reducción de la
mortalidad infantil gracias al desarrollo médico, higiénico y alimentario. Por
el contrario, grandes crisis económicas o conflictos la disminuyeron en el
pasado. En el momento presente, en España, la esperanza de vida está
disminuyendo fruto de la crisis, especialmente entre las clases medias y bajas.
La esperanza de vida al nacer pasó de 82,27 en 2011 a 82,17 en 2012, una
caída muy ligera, pero este hecho
demuestra que no hay linealidad en su evolución. La esperanza de vida a los 65
años pasó en 2011 de 20,70 a
20,51 en ese mismo periodo, según el INE.
Tomando
como referencia el año 2014, donde la esperanza de vida a los 65 años se estima
durará 20,27 años más, la rebaja sería del 5% para un jubilado a los 65 años en
iguales condiciones en el año 2021, pues la esperanza de vida para ese nuevo
pensionista será de 21,28 años. El recorte de la pensión inicial por la
aplicación aislada del FEI sería del 10% en 2030, del 15% en 2040 y del 19% en
2050. Pongamos otro ejemplo, un pensionista que se espera que viva 25 años
deberá recibir un 20% menos de pensión que otro que se espera que viva 20 años.
2. El Factor de Revalorización Anual (FRA).
El Factor de
Revalorización Anual (FRA) fija el crecimiento anual de las pensiones. Este
indicador adopta una formulación compleja con la siguiente notación:
Donde:
·
gI es la tasa de crecimiento de los ingresos en
términos reales,
·
gP la tasa de crecimiento del número de
pensiones y
·
gs el incremento de la pensión media debido al efecto
sustitución, por las diferencias entre las altas y bajas del sistema.
·
Todas las
variables aparecen definidas en términos nominales, esto es, sin descontar la
inflación.
·
El coeficiente
α mide la velocidad a la que se corrigen los desequilibrios presupuestarios del
sistema[2].
El factor FRA no es más que una restricción presupuestaria
intertemporal. Proviene de aplicar la igualdad contable de que los ingresos
tienen que ser iguales a los gastos:
Es decir, el FRA está pensado para aproximarse al equilibrio
presupuestario a largo plazo dentro del régimen de ingresos y gastos de la
Seguridad Social. Se entiende, como un sistema “aislado” del presupuesto
público, que se autofinancia. La consecuencia es que como sistema es
procíclico, con lo que el sistema de pensiones deja de ser un amortiguador
automático del ciclo económico, en vez de contrapesar las
recesiones, las acentuará.
Esta fórmula se
modula, para que no se dispare en poco tiempo. Se establece un techo máximo y
un suelo mínimo, con un suelo de un 0,25% y un techo fijado en la inflación más
0,25%. No es difícil observar que el escenario normal en los próximos años es
que se produzca una pérdida recurrente de poder adquisitivo. El que se haya
fijado un mínimo del 0,25% persigue recrear la ilusión monetaria de que
nominalmente la pensión no cae (el número de euros recibidos crecerá cada año)
pero la capacidad de compra de la pensión decaerá en las próximas décadas de
manera muy importante por el efecto acumulación de la aplicación de este
factor.
En suma, la
revalorización anual según el IPC se sustituye por un Factor de Revalorización Anual. Se traducirá en una reducción de la
capacidad de compra de las pensiones. Si se mantuviese la tasa media anual del IPC de 2012, un 2,4% durante los próximos
diez años, equivaldría a una pérdida de un 21,5% de poder adquisitivo en las
pensiones actuales.
[1] El Dictamen 7 del CES (CES; 2013: 16) observa que “la
fórmula solo tiene en consideración dos valores (el primero y el último) del
quinquenio de referencia, a partir de los cuales se halla la variación media
interanual, lo que somete el resultado a una mayor volatilidad que si la fórmula
se calculara a partir de una media móvil de todos los años del quinquenio, de
forma análoga a como se hace en el caso del índice de revalorización para la
tasa de variación de ingresos y gastos”.
[2] El informe de los expertos, previo a la decisión del
Ejecutivo, propuso que las variables estuvieran en media móvil de al menos 11
periodos y que el valor de α esté entre 1/4 y 1/3.
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