Alan Freeman. April 2013 World Economics Association
Newsletter . Volumen
3, Issue 2. Pág. 8-9.
Traducción
de Daniel Albarracín. Original en: http://www.worldeconomicsassociation.org/files/newsletters/Issue3-2.pdf
En los últimos meses hemos visto un creciente debate entre los marxistas en torno a la tasa de ganancia de EE.UU. y su relación con la presente crisis. Resulta paradójico, ya que en su mayor parte,
los marxistas rechazan el propio relato
de Marx sobre la relación entre la acumulación y la tasa de rentabilidad;
de hecho Michael Heinrich recientemente ha argumentado que Marx no tenía ninguna
teoría de la crisis y que no hay
ninguna base para suponer que la acumulación capitalista conduzca a una
caída de la tasa de ganancia. Sin embargo, existe un amplio acuerdo con Duménil y Lévy
que después del descenso prolongado
de posguerra, la tasa de beneficio en EEUU
comenzó a aumentar en la década de 1980, recuperándose al final de los años 1990 y marcando el comienzo de una nueva fase de
expansión en EEUU.
Andrew
Kliman, en Una
crisis de la producción capitalista[1],
ha provocado una controversia considerable
con la afirmación contraria, basada en un
razonamiento coherente y con una amplia
evidencia empírica, según la cual la tasa de ganancia
en EEUU ha continuado su tendencia a la baja.
Si la tasa de ganancia no ocasiona ninguna
consecuencia, ¿por qué es tan
importante demostrar que va en
aumento? En La tasa de ganancia ante la presencia de
los mercados financieros[2]
sugiero que estas discusiones forman
parte de un debate soterrado.
El verdadero problema es cómo explicar
la crisis en la economía de los EEUU;
en particular, ¿Es esta la extensión
de un problema más profundo, que se expresó ya en la profunda
crisis de 1974, o una 'crisis
del neoliberalismo" totalmente nueva sin raíces en aquel momento?
TASA DE BENEFICIO
ANTES Y DESPÚES DE INCLUIR ACTIVOS FINANCIEROS EN EL STOCK DE CAPITAL. (EEUU Y
REINO UNIDO)
Los
marxistas contemporáneos viran hacia esta última versión, destacando la gran
fortaleza de capital de los EEUU y su excesiva rentabilidad. Desde ese punto de
vista, el capitalismo de EEUU no sólo ha estado en buena forma hasta ahora,
sino que todavía marcha bastante bien. Con cada mes que pasa, esta idea encaja
peor con los hechos. La crisis está en su séptimo año. Todos los demás
indicadores relevantes -el crecimiento del PIB, el desempleo a largo plazo,
inversión, utilización de la capacidad instalada, el tipo de cambio a largo
plazo del dólar, o la balanza de pagos- sugieren que la economía de EEUU está
en su peor situación desde 1929 y, por otra parte, se han orientado hacía aquí de
esta manera durante por lo menos los últimos cuarenta años, al ser cada sucesiva
"recuperación" cada vez más febril y corta en duración que la
anterior. La inesperada atención que la tasa de ganancia ha recibido ahora
aparece bajo una luz diferente. El único indicador de la "buena
salud" en la economía de EEUU es la tasa de ganancia -excepto, por
supuesto, según los cálculos de Kliman. Esto explica el interés que ha
despertado este indicador.
Mi
trabajo arroja más dudas sobre la afirmación de que va en aumento. Hago una
simple corrección de los cálculos actuales de la tasa de ganancia ajustando el
stock de capital [la base de inversión] al incluir los activos financieros
negociables en el mercado. Me parece que la tasa de ganancia cae en EEUU
uniformemente desde su máximo de 1944
a una tasa de 1,4% por año con un coeficiente de determinación
del 96%.
Esto
también resuelve un rompecabezas, observado por algunos analistas, sobre la
tasa de ganancia del Reino Unido. Esta ha aumentado, de acuerdo con cualquier
cálculo anterior, a partir de 1973,
a pesar de los pésimos resultados de la economía del
Reino Unido en todos los demás aspectos. El índice corregido se ha reducido por
lo menos a partir de 1980 (cuando estos datos se disponen por primera vez) y,
probablemente, desde el comienzo del auge de posguerra. Las diferencias surgen
porque en ambos países el capital, a partir de 1974, comenzó a acumular activos
financieros que no figuran en las medidas tradicionales del cálculo de la rentabilidad
que sólo incluyen activos fijos productivos. Esto no es un signo de salud, una
economía que deja de adquirir bienes de producción se aboca a un lento suicidio,
un hecho que ahora cobra presencia por la naturaleza intratable de la crisis
actual.
Muchos
escritores pasan este punto por alto, centrándose en el numerador en la tasa de ganancia. Según artículos recientes[3]
se sostiene que la tasa de beneficios es cada vez mayor, desafiando la
tradicional teoría de la caída de la rentabilidad para las crisis anteriores.
Incluso si fuese cierto, sin embargo, esto no resolvería el problema central:
el incentivo a invertir. Este se
determina no por la masa de
ganancia, sino por el rendimiento
del capital - la proporción
de los beneficios sobre el stock de capital.
Los escritores de la escuela TSSI (interpretación del Sistema Único Temporal[4]),
como Andrew Kliman[5] o yo mismo, junto con los escritores no TSSI como Moseley y Shaikh,
subrayan la centralidad del denominador de la tasa de ganancia - el
stock de capital. Esta era
una de las principales preocupaciones
de Marx: en la sección 2 de La
ley General de
la acumulación capitalista[6]
avanzaba la afirmación central de que
el aumento más que proporcional del capital
constante[7] en
relación con el variable (el trabajo) según sucede el progreso de la acumulación.
Si nada cambia, debe conducir a una tasa de ganancia declinante.
Si se aplica el análisis de Marx con rigor,
se hace evidente que la evolución de la tasa
de rentabilidad no puede
compensar este incremento de
forma permanente. A diferencia de la rentabilidad,
limitada por el tamaño de la fuerza de
trabajo, el stock de capital crece
sin límite. Puede alcanzar una evolución
tan importante que no hay reducción
de salarios, no importa cuán grande sea,
que pueda compensar este efecto en la tasa de ganancia. Así, incluso la tasa de
beneficios en EEUU calculada en
términos tradicionales habría caído al 15% en 1980.
Hasta un 50% de recorte
salarial –aplicado sin
precedentes durante el fascismo- ni siquiera pudo reponerla hasta el 20%.
Una restauración estable de la
tasa de ganancia sólo puede ocurrir a través de un cambio brusco en la acumulación. Si bien incluso una desaceleración provoca una reducción en un componente indispensable
del PIB: la inversión. Y, de hecho, entre 2008 y 2012, la inversión es el principal
componente del PIB de EEUU que ha disminuido, lo que representa
por completo la caída del PIB en sí. Esta es una de las razones de lo que ha sucedido
realmente en la historia de EEUU[8],
cuando el Estado estadounidense desplazó
al inversor privado por un período prolongado, sentando las bases para
el auge de la posguerra.
Estos hechos y la situación de la economía
de EEUU contradicen los hallazgos anteriores que afirman que la tasa de ganancia esté
aumentando. ¿Qué ha salido mal? Los analistas del TSSI sostienen en primer lugar que con dichos cálculos, los activos fijos han sido erróneamente
valorados, haciéndolo a precios
corrientes y no a su coste histórico que registra el desembolso
monetario real del capitalista. Ofrezco ahora así un nuevo motivo adicional: el
capital no se compone sólo de los activos fijos -maquinaria, edificios, etc -,
sino también de los activos monetarios.
Tanto
Marx como Keynes dieron cuenta de que en crisis, el "circuito del
capital" normal se ve interrumpido cuando los vendedores paralizan el
retorno del dinero a la economía para hacer nuevas compras, y en su lugar comienzan
a acumular. Es bien sabido que acumulación del dinero de todo tipo se
incrementa en todas las crisis. Desde la década de 1970, este capital-dinero
atesorado se ha ido acumulando en forma de activos financieros. A diferencia de
las anteriores formas de atesoramiento de dinero, éstos compiten con los activos
productivos en el mercado de capital.
La
mitología financiera trata este atesoramiento como productivo, hasta el punto
de llamarle 'inversión'; para Marx, sin embargo, son simplemente formas de
dinero, materializadas en flujos capitalizados de reclamaciones parasitarias de
la producción de ingresos, es decir, capital ficticio. Sin embargo, dado que
tales instrumentos compiten en el mercado de capital, con la inversión
productiva genuina, y dado que constituyen la forma en que los capitalistas materializan
sus activos, deben incluirse en el stock de capital. Cuando se realiza esta
corrección, todos los hechos cobran sentido y sorprendentemente confirman por
completo el análisis original de Marx. El resultado con el que nos encontramos
es una explicación muy razonable, teóricamente coherente, y empíricamente
convincente de la crisis.
* Nota del Editor: Se
puede leer más sobre este tema y participar en esta discusión en el blog: http://australianpe.wix.com/japehome
# blog/cto7]!
[1] www.marxisthumanistinitiative.org/economic-crisis/new-book-the-failure-of-capitalist-production.html
[2] http://search.informit.com.au/documentSummary;dn=042839756937478;res=IELBUS
[3] www.marxisthumanistinitiative.org/economic-crisis/more-misused-wage-data-from-monthly-review-the-overaccumulation-of-a-surplus-of-errors.html
[4] http://www.amazon.com/Marx-Non-Equilibrium-Economics-Alan-Freeman/dp/1858982685
[5] http://akliman.squarespace.com/reclaiming/
[6] www.marxists.org/archive/marx/works/1867-c1/ch25.htm
[7] Marx distingue capital "variable", que se
adelanta al pagar los salarios, del capital "constante" -el resto de
capital. Esto, a su juicio, mejora la distinción de Ricardo entre capital
"circulante" y "fijo". El capital constante incluye los
costos fijos y circulantes de capital, pero no el trabajo. Este uso de Marx
pretende expresar, con rigor, el hecho de que sólo el trabajo agrega valor,
mientras que el valor del capital constante se limita a transmitirlo al producto.
[8] ideas.repec.org/p/pra/mprapa/26807.html
2 comentarios:
No entiendo por qué Freeman añade los activos financieros al capital fijo, pero ¿no debería entonces restarle también el valor de los pasivos financieros? De hacerlo, sospecho que la rentabilidad del capital crece aun más rapidamente que en el caso en que sólo se considera el capital real, dado el creciente endeudamiento exterior de los EEUU y el Reino Unido...
A la parte del denominador le incluye el conjunto de los activos financieros. Decir que se resta a los activos los pasivos es una forma coloquial de referirse a los ingresos y gastos. Pero es del todo inapropiado porque aquí se refiere, en términos contables, al balance, y no la cuenta de pérdidas y ganancias. El activo es el activo y pesa igual que el pasivo, necesariamente. Además, si a lo que te refieres es que hay que diferenciar a los accionistas y a los acreedores, pues los primeros obtienen rentabilidad en forma de dividendos, y los segundos intereses, da exáctamente igual en tanto que ambos forman parte del grupo de capitalistas y ambos dos adoptan una actitud rentista de estas dos formas de apropiación del valor. En suma, lo que va al denominador es el montante de inversiones (sean en forma de capital social o préstamos).
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