17/5/13

"Animal spirits", mass media, construcción de expectativas y decisiones de inversión



Recientemente el Foro de Economía de la Fundación 1º de Mayo abrió un nuevo debate sobre la construcción de expectativas, el papel de la irracionalidad y la influencia de los medios de comunicación en la economía. Ignacio Muro abrió con la siguiente contribución titulada "Los animals spirits keynesianos como construcción mediática". Puede seguirse su artículo aquí.
La discusión prosiguió y pueden verse todos los cometarios aquí. A continuación mostramos en este post el comentario de Daniel Albarracín:


Animal spirits y decisiones de inversión: ¿Hasta dónde influyen los mass media?"

Los medios de comunicación, en efecto, tienen ligazón con el poder económico corporativo, si bien su influencia es de corto plazo en el marco de luchas asimétricas de la información. Los “animal spirits” no son tan irracionales y las tomas de decisión de las inversiones macroeconómicas a medio y largo plazo siguen el marco de los fundamentales y las expectativas políticas.



Muro esclarece adecuadamente la relación de influencia entre poder económico y poder mediático. Al mismo tiempo, muestra cómo, el carácter doble de la noticia (mercancía para vender, herramienta y producto para influir) condiciona la construcción de expectativas.

El papel de las expectativas en el esquema económico keynesiano es sumamente importante, en la medida que el Lord consideraba que la eficiencia marginal del capital estaba definida por “la tasa de descuento que haría el valor actual de la serie de anualidades dadas por los rendimientos esperados de los activos financieros durante su vida exactamente igual a su precio de oferta”.

La aportación de Muro nos muestra un aspecto de la construcción de las expectativas en términos generales y su presumible influencia en la previsión de inversores y consumidores. Se trata de un análisis que, frente a otras tentaciones “idealistas”, determina algunas de las condiciones materiales de la construcción de esas expectativas.

En efecto, algunas líneas de pensamiento económico, que no atienden a cómo se producen los procesos de construcción social de la realidad, han incurrido en dos excesos. Por un lado, bien han caído en un objetivismo determinista pleno que ignora las expectativas. Bien se ha inclinado hacia un subjetivismo idealista postmoderno que todo lo deja al arbitrio de dinámicas “gregarias o de contagio o de iniciativas de liderazgo y manipulación” sin base material.

Se agradece esta perspectiva social que brinda Muro, al mismo tiempo que la ancla sobre procesos materiales de poder e interés económico que le dan sentido inteligible (lo que no exime de críticas, porque se trata de una racionalidad contradictoria, tal y como funciona el sistema en el que vivimos).
Ahora bien, como apunte alternativo, deben advertirse algunas consideraciones. En primer lugar, los “animal spirits” no son tan irracionales como parece. Es decir, se pueden explicar. Pero su racionalidad no implica armonía, sino contradicción y conflicto de intereses, naturalmente.

En segundo lugar, la construcción social de las expectativas en términos de materialidad social (yo propondría un esquema que comprende que todo es material, porque las ideas tienen cuerpo en el tiempo y en el espacio en forma de prácticas y relaciones sociales que las producen y que toman forma en formas de influir y establecer estrategias concretas) cuando nos referimos a la formación de esa eficiencia marginal del capital, que en términos marxistas no es otra cosa que la formación de la tasa de rentabilidad, debe comprenderse que se pensó en otros términos.

Las expectativas de rentabilidad forman el marco imaginario para la toma de decisiones de inversión. Sin duda alguna, estas decisiones de inversión no toman sólo en cuenta una trayectoria anterior de dicho indicador, aunque es una base muy seria para delimitarla. También resultan importantes otros factores tales como el marco de estabilidad institucional, de paz social, o de los compromisos programáticos de un gobierno, por ejemplo. De tal modo que en la formación de dichas expectativas contamos con una experiencia del pasado y unas expectativas sobre el futuro. Estas se materializan no sólo por el concurso mediático, aunque desde luego sea un factor de consideración significativo, sino también por aquellas variables, más aún cuando hablamos en términos de medio y largo plazo. La influencia de los mass media, en mi opinión, adoptarían un papel más en el corto plazo, y son capaces de alterar la lógica de influencia política, hasta cierto punto, así como de tomas de decisiones de inversión particulares (por ejemplo, en el caso de Chipre, en el que se manejó abiertamente una gestión de la crisis en clave de información asimétrica, permitiendo la huida de capitales de los bancos centroeuropeos, dejando que los depositantes rusos apenas pudieran librarse de la quita), o contribuir a especulación que beneficie a unos pocos segmentos con información privilegiada. Ese corto plazo puede distorsionar bastante, y estas prácticas pueden tener una continuidad en el tiempo, con las lógicas internas que identifica Muro en su aportación, y tener grandes repercusiones en la competencia interempresarial o de influencia electoral, por ejemplo. Si bien, en el medio y largo plazo, si nos referimos a la toma de decisiones de inversión en términos macroeconómicos, sin duda alguna, estas toman en cuenta la orientación de los fundamentales, así como la interpretación dominante sobre las tendencias sociopolíticas.

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