4.-Una propuesta
de izquierda
Daniel Albarracín
4.1-¿Por dónde
debería ir una propuesta de izquierda en este momento para el medio plazo?
¿Refundar Europa, romper con Europa? ¿De qué manera?
El compromiso de la izquierda debiera ser con
las clases populares, las clases trabajadoras, con un modelo socioeconómico
cooperativo, participativo e igualitario y no con la geografía, las banderas
nacionales ni menos aún con mitos como el que representa la Unión Europea que
en la práctica entraña un modelo para la Europa del Capital.
La izquierda debe actuar bajo criterios de solidaridad, igualdad, emancipación y soberanía de los pueblos y la perspectiva internacional.
La izquierda debe actuar bajo criterios de solidaridad, igualdad, emancipación y soberanía de los pueblos y la perspectiva internacional.
No hay por qué despreciar la posibilidad de
refundar Europa, pero la UE parece difícilmente reformable. Parece improbable
en el contexto actual un cambio en los parámetros de las relaciones europeas a
escala completa. Tampoco sería inteligente esperar, como el que aguarda a una
quimera para empezar a actuar, a que haya un cambio sincronizado y amplio en
toda Europa. Hay que empezar por algún sitio.
En mi opinión, hay que trazar una política
comprensible para las clases populares europeas, que responda a sus
necesidades, que se acompañe de gran pedagogía, y que coadyuve a una gran
alianza internacional de la izquierda y las clases trabajadoras a la mayor
escala internacional posible.
Para ello, parece un recorrido muy propicio
el de coordinar políticas para desobedecer los memoranda de entendimiento
impuestos en los rescates en la periferia europea, para abrir un compromiso
común para la declaración de impago de las deudas contraídas en condiciones
ilegítimas, para romper con las políticas de austeridad, cuanto menos en la
periferia europea y abierto a una alianza supranacional con más países. El
curso de esta alianza puede derivar posteriormente en otros compromisos de
cooperación económica (comercial, financiera, de inversiones) o incluso de
mayor integración, que camine con paso firme, desobedezca y resista a la
hostilidad de la UE, pero que también lo haga con la mano tendida a que otros
gobiernos y pueblos (europeos o no) puedan sumarse a esta nueva área solidaria
bajo un esquema alternativo a la de la UE, o, en un caso más remoto, a una
refundación de los pilares de la construcción europea.
Entendemos como ilegítimas aquellas deudas
públicas contraídas como conversión de las deudas privadas de las grandes
corporaciones privadas en esta deuda soberana. Los mecanismos han sido la
desfiscalización, permisividad y amnistías fiscales a las rentas del capital,
los generosos rescates a la banca, la política de concesión de créditos a la
banca privada por parte del BCE en contra de los Estados, etc… No deben pagarse
también las deudas odiosas que hubiesen financiado operaciones militares,
infraestructuras inútiles, actividades favorables a la corrupción o el
enriquecimiento ilícito, etc…
4.2-La izquierda
española, ¿debe hacer bandera de la salida de España del euro?
Sin hacer la salida del euro un tabú, puesto
que pueden darse escenarios de expulsión, o de situaciones transitorias en las
que pueda tener sentido –dar un paso atrás, para dar después dos adelante-, no
debiera ser ni una consigna, ni una prioridad. A este respecto, sólo tendría
sentido hacerlo a iniciativa propia si se hubiesen construido las condiciones
políticas, internacionales y económicas para hacerlo. En cualquier otro
escenario, el punto de partida sería adverso. La salida o es internacionalista
o no será.
4.3-Y en tal caso,
¿qué habría que hacer para que una salida del euro no implicase una continuidad
en la política económica española?
La construcción de una correlación de fuerzas
favorable a las clases populares debe ampararse en la construcción política de
una alternativa forjada en las luchas, en la confianza trabada en la unidad de
acción, en la construcción programática ampliamente respaldada por la
población, y audazmente liderada por las fuerzas de la izquierda política, y
amplificada en su repercusión por el movimiento obrero. Dicha correlación de
fuerzas cobrará más influencia si cabe en el contexto de alianzas
internacionalistas de la izquierda europea, en cuyo papel el sindicalismo
tendrá un papel decisivo de extensión, y especialmente de actuación, cuanto
menos en la periferia europea.
4.4-En el más
corto plazo, y dado que con la relación actual de fuerzas no está en manos de
la izquierda social y política la decisión sobre permanecer o salir del euro,
¿qué deberían las fuerzas de izquierda exigir al gobierno, hacía dónde deberían
orientar sus propuestas para acompañar la presión en la calle?
Las medidas fundamentales han de ser otras:
-
Mediante una auditoría ciudadana que determine la ilegitimidad de las
deudas, exigir el impago de las mismas.
-
Romper con las políticas de austeridad, y abrir una línea de políticas
públicas de promoción de la inversión sostenible, la extensión de las políticas
de bienestar social, el cambio de modelo productivo y energético basado en
energías y tecnologías sostenibles.
-
Expropiar al sistema financiero privado y construir una banca pública
bajo control social y de los trabajadores.
-
Impulsar una reforma fiscal progresiva, perseguir el fraude y acabar
con los paraísos fiscales.
-
Establecer controles a los movimientos de capitales condicionando su
movilidad al compromiso con la duración y tipo de inversiones, y estableciendo
un régimen fiscal que gobierne la aplicación de los excedentes.
4.5-Con o sin
euro, ¿debe la izquierda aspirar a un horizonte de integración europea? La
dimensión europea, ¿facilita o dificulta un cambio de política económica?
Las medidas favorables a las mayorías cuanto
mayor sea la escala en que se apliquen mucho mejor. El problema no es la
integración o dimensión europea sino el esquema bajo el que se desarrolla.
4.6-¿Qué opinas de otros procesos de integración en fase todavía
temprana, como el propuesto en América Latina en el marco del ALBA? ¿En qué se
parece y diferencia de la zona euro? ¿Tiene alguna validez para el caso
europeo?
Aunque los intentos son inacabados e
imperfectos las experiencias latinoamericanas de construir áreas económicas
propias son un buen ejemplo, un buen punto de partida. La Unión Europea sólo
sirve a los capitales de la región, mientras que en otras áreas se consideran
otros parámetros de construcción. Resulta difícil hacer una caracterización en
pocas frases. Pero, sin duda alguna, al igual que el ALBA supuso un modelo
alternativo al ALCA, algo equivalente, con los contenidos político-económicos
que los pueblos europeos estimen idóneos, debemos construir para superar el
modelo de la UE.
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