8/12/12

Entrevista ¿Qué hacemos con el euro? 4) Una propuesta de izquierda



4.-Una propuesta de izquierda

Daniel Albarracín

4.1-¿Por dónde debería ir una propuesta de izquierda en este momento para el medio plazo? ¿Refundar Europa, romper con Europa? ¿De qué manera?

El compromiso de la izquierda debiera ser con las clases populares, las clases trabajadoras, con un modelo socioeconómico cooperativo, participativo e igualitario y no con la geografía, las banderas nacionales ni menos aún con mitos como el que representa la Unión Europea que en la práctica entraña un modelo para la Europa del Capital.
La izquierda debe actuar bajo criterios de solidaridad, igualdad, emancipación y soberanía de los pueblos y la perspectiva internacional.
No hay por qué despreciar la posibilidad de refundar Europa, pero la UE parece difícilmente reformable. Parece improbable en el contexto actual un cambio en los parámetros de las relaciones europeas a escala completa. Tampoco sería inteligente esperar, como el que aguarda a una quimera para empezar a actuar, a que haya un cambio sincronizado y amplio en toda Europa. Hay que empezar por algún sitio.
En mi opinión, hay que trazar una política comprensible para las clases populares europeas, que responda a sus necesidades, que se acompañe de gran pedagogía, y que coadyuve a una gran alianza internacional de la izquierda y las clases trabajadoras a la mayor escala internacional posible.
Para ello, parece un recorrido muy propicio el de coordinar políticas para desobedecer los memoranda de entendimiento impuestos en los rescates en la periferia europea, para abrir un compromiso común para la declaración de impago de las deudas contraídas en condiciones ilegítimas, para romper con las políticas de austeridad, cuanto menos en la periferia europea y abierto a una alianza supranacional con más países. El curso de esta alianza puede derivar posteriormente en otros compromisos de cooperación económica (comercial, financiera, de inversiones) o incluso de mayor integración, que camine con paso firme, desobedezca y resista a la hostilidad de la UE, pero que también lo haga con la mano tendida a que otros gobiernos y pueblos (europeos o no) puedan sumarse a esta nueva área solidaria bajo un esquema alternativo a la de la UE, o, en un caso más remoto, a una refundación de los pilares de la construcción europea.
Entendemos como ilegítimas aquellas deudas públicas contraídas como conversión de las deudas privadas de las grandes corporaciones privadas en esta deuda soberana. Los mecanismos han sido la desfiscalización, permisividad y amnistías fiscales a las rentas del capital, los generosos rescates a la banca, la política de concesión de créditos a la banca privada por parte del BCE en contra de los Estados, etc… No deben pagarse también las deudas odiosas que hubiesen financiado operaciones militares, infraestructuras inútiles, actividades favorables a la corrupción o el enriquecimiento ilícito, etc…

4.2-La izquierda española, ¿debe hacer bandera de la salida de España del euro?

Sin hacer la salida del euro un tabú, puesto que pueden darse escenarios de expulsión, o de situaciones transitorias en las que pueda tener sentido –dar un paso atrás, para dar después dos adelante-, no debiera ser ni una consigna, ni una prioridad. A este respecto, sólo tendría sentido hacerlo a iniciativa propia si se hubiesen construido las condiciones políticas, internacionales y económicas para hacerlo. En cualquier otro escenario, el punto de partida sería adverso. La salida o es internacionalista o no será.

4.3-Y en tal caso, ¿qué habría que hacer para que una salida del euro no implicase una continuidad en la política económica española?

La construcción de una correlación de fuerzas favorable a las clases populares debe ampararse en la construcción política de una alternativa forjada en las luchas, en la confianza trabada en la unidad de acción, en la construcción programática ampliamente respaldada por la población, y audazmente liderada por las fuerzas de la izquierda política, y amplificada en su repercusión por el movimiento obrero. Dicha correlación de fuerzas cobrará más influencia si cabe en el contexto de alianzas internacionalistas de la izquierda europea, en cuyo papel el sindicalismo tendrá un papel decisivo de extensión, y especialmente de actuación, cuanto menos en la periferia europea.

4.4-En el más corto plazo, y dado que con la relación actual de fuerzas no está en manos de la izquierda social y política la decisión sobre permanecer o salir del euro, ¿qué deberían las fuerzas de izquierda exigir al gobierno, hacía dónde deberían orientar sus propuestas para acompañar la presión en la calle?

Las medidas fundamentales han de ser otras:
-          Mediante una auditoría ciudadana que determine la ilegitimidad de las deudas, exigir el impago de las mismas.
-          Romper con las políticas de austeridad, y abrir una línea de políticas públicas de promoción de la inversión sostenible, la extensión de las políticas de bienestar social, el cambio de modelo productivo y energético basado en energías y tecnologías sostenibles.
-          Expropiar al sistema financiero privado y construir una banca pública bajo control social y de los trabajadores.
-          Impulsar una reforma fiscal progresiva, perseguir el fraude y acabar con los paraísos fiscales.
-          Establecer controles a los movimientos de capitales condicionando su movilidad al compromiso con la duración y tipo de inversiones, y estableciendo un régimen fiscal que gobierne la aplicación de los excedentes.

4.5-Con o sin euro, ¿debe la izquierda aspirar a un horizonte de integración europea? La dimensión europea, ¿facilita o dificulta un cambio de política económica?

Las medidas favorables a las mayorías cuanto mayor sea la escala en que se apliquen mucho mejor. El problema no es la integración o dimensión europea sino el esquema bajo el que se desarrolla.

4.6-¿Qué opinas de otros procesos de integración en fase todavía temprana, como el propuesto en América Latina en el marco del ALBA? ¿En qué se parece y diferencia de la zona euro? ¿Tiene alguna validez para el caso europeo?

Aunque los intentos son inacabados e imperfectos las experiencias latinoamericanas de construir áreas económicas propias son un buen ejemplo, un buen punto de partida. La Unión Europea sólo sirve a los capitales de la región, mientras que en otras áreas se consideran otros parámetros de construcción. Resulta difícil hacer una caracterización en pocas frases. Pero, sin duda alguna, al igual que el ALBA supuso un modelo alternativo al ALCA, algo equivalente, con los contenidos político-económicos que los pueblos europeos estimen idóneos, debemos construir para superar el modelo de la UE.

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