Toda actividad económica y social necesita de energía para ejecutar gran parte de las actividades y tareas necesarias en la generación de su paquete de servicios/productos. También, la gran industria turística española, auténtica potencia internacional, tiene lógicas preocupaciones por un suministro energético a precios moderadamente estables, sostenibles, y seguros.
31/3/11
¿Cree usted que la mayor industria española: el turismo, es antinuclear?
27/3/11
Contra el uso de la energía nuclear
Jorge Riechmann / Militante de Izquierda Anticapitalista
Materiales contra el uso de la energía nuclear:
- ¿Son los riesgos nucleares asumibles?: Descarga la presentación aquí.
- Energía nuclear: ¿parte de la solución o parte del problema?: Descarga la presentación aquí.
26/3/11
ECONOMÍA CRÍTICA: Encuentro con Claudio Katz
DOMINGO 27 DE MARZO DE 18H A 20H
En La Librería-Café La Marabunta, C/Torrecilla del Leal, 32, Madrid (Lavapiés)Desde las 18 hasta las 20. ¡Sed puntuales!.
Claudio Katz (Argentina, 1954) es economista, integrante del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, profesor en la Universidad de Buenos Aires y director de varios proyectos de investigación. Es autor de numerosos textos de interpretación del capitalismo contemporáneo y de la crisis económica global. Participa activamente en los foros continentales de impugnación del libre-comercio, el endeudamiento externo y la militarización.
Recibió menciones honoríficas del Premio Libertador al Pensamiento Crítico por sus libros “El porvenir del socialismo” (2004) y “Las disyuntivas de la izquierda en América Latina” (primera edición, 2008). Ya circulan, además, distintas ediciones nacionales de su ensayo “El rediseño de América Latina. ALCA, MERCOSUR Y ALBA (2006).
Su libro más reciente se titula “La economía marxista, hoy. Seis debates teóricos” (2009). Como integrante del EDI (Economistas de Izquierda) ha publicado varios estudios sobre la coyuntura política y social de la Argentina.
Realizaremos una tertulia con él, aprovechando que pasa por Madrid.
23/3/11
Indígnate: Es la hora de luchar
4,7 millones de parados/as, Jubilación a los 67 y 20% menos de pensión a cambio de "paz social", beneficios récord de las grandes empresas…
Descarga aquí el panfleto de la campaña
Visualiza aquí el video de la campaña
Vamos hacia los 5 millones de personas paradas, la gente sigue perdiendo sus empleos y trabaja en muy malas condiciones. Mucha gente trabajadora no puede pagar sus hipotecas y la vivienda se la quedan los bancos... ¡pero encima continuamos debiéndoles dinero! Nos jubilaremos a los 67 años con pensiones de miseria y, en el reparto de la tarta, el trozo que se comerán los bancos y grandes empresas será cada vez mayor y más pequeño cada vez el de nuestros salarios.
De continuar las cosas así, acabaremos volviendo al siglo diecinueve, quedándonos en la miseria si perdemos el trabajo, sin médicos que nos atiendan al enfermar ni hospitales a los que acudir. Si tenemos suerte, moriremos currando y si no la tenemos seremos auténticamente pobres.
Parecía que teníamos DERECHOS SOCIALES que no se podían tocar, pero AHORA RESULTA QUE NO ES ASÍ. Aprovechando la crisis, los ricos, los causantes de la crisis, los grandes bancos y empresas, han trazado un plan de ELIMINACIÓN DE DERECHOS SOCIALES. Han ordenado a los gobiernos de Europa que apliquen el plan y LOS GOBIERNOS OBEDECEN. Zapatero TAMBIÉN OBEDECE.
¿CÓMO SE PUEDE FRENAR ESTO?
Pues sólo LUCHANDO, ORGANIZÁNDONOS, MOVIÉNDONOS, exigiendo un cambio radical de política económica y el mantenimiento de nuestros derechos sociales.
Cuando los sindicatos convocaron la Huelga General del 29-S parecía que, por fin, se iba a tomar el único camino posible para defender los derechos de la gente trabajadora. Pero ahora las direcciones de CCOO y UGT han firmado un PACTO SOCIAL con el Gobierno y volvemos a la situación anterior de no hacer nada. ¿Qué les han dado a cambio a las direcciones de los grandes sindicatos para firmar este PACTO SOCIAL? Se puede decir que... ¡¡NADA!! Las direcciones de los sindicatos CCOO y UGT han tenido miedo, se han tragado las mentiras del Gobierno y de los bancos -porque NO ES VERDAD que no se puedan mantener las pensiones como estaban- y han renunciado a continuar llamando a la clase trabajadora a movilizarse.
Pero hay mucha gente de CCOO y de UGT que está en contra del Pacto Social que han firmado Toxo y Méndez por su cuenta y sin discutirlo con nadie en sus sindicatos. Empieza a haber protestas y empiezan a escucharse voces diciendo que esto NO PUEDE SER. También hay otros sindicatos, más pequeños, que NO HAN FIRMADO el Pacto y que piensan que LO QUE HAY QUE HACER ES LUCHAR. En Euskadi y en Galiza hubo Huelgas Generales que salieron bien el 27 de enero pasado, la gente funcionaria se moviliza, con grandes manifestaciones, en Andalucía y en Murcia. NO TODO ESTÁ PARADO.
Está claro: sin cambiar la política económica la crisis seguirá agravándose, los poderosos continuarán con su plan de recorte brutal de derechos sociales y el resto pagaremos las consecuencias. ¿Solución? En pocas palabras, lo que todo el mundo sabe: HAY QUE INTERVENIR SOBRE LOS BANCOS Y EL SISTEMA FINANCIERO –causantes de todo esto- para ponerlos bajo control social y hay que sacar los recursos de donde existen mediante una REFORMA FISCAL PROGRESIVA, para que paguen más los que más tienen. Así se podrá crear EMPLEO ESTABLE y relanzar la economía.
Para poder hacer lo que acabamos de decir no queda otro remedio que MOVERSE, LUCHAR, ORGANIZARSE. Ningún Pacto Social nos va a sacar las castañas del fuego, todo lo contrario.
20/3/11
Hablemos de productividad
La aceptación de aumentar el Fondo de Rescate hasta 440.000 millones de euros para respaldar la deuda pública de países con riesgo de insolvencia tenía su cruz. En la medida que los esfuerzos financieros de ese fondo provendrán principalmente de Alemania, la canciller Merkel, junto con el solícito Sarkozy, han propuesto un supuesto pacto por la competitividad. Este contiene alguna propuesta interesante, aunque insuficiente, como la búsqueda de un cálculo común para el impuesto de sociedades a escala europea. Para evitar una permanente devaluación fiscal, no sólo debe homogeneizarse la definición de su base imponible, sino también de sus tipos. En palabras del economista alemán H. W. Sinn, “con una armonización planificada colectivamente, en lugar de una forzada por la competencia entre sistemas fiscales, Europa no tendrá que renunciar a sus logros sociales y no tendría que sufrir las distorsiones de origen fiscal”.
Sin embargo, el centro del debate se sitúa en la polémica propuesta de la eliminación del sistema de indexación de salarios
–que posibilita el mantenimiento del poder adquisitivo de las rentas del trabajo– y su sustitución por un modelo que vincule los crecimientos salariales (nominales) al incremento de la productividad. Esta propuesta, de aceptarse, supondría la institucionalización de un mecanismo de “ajuste salarial permanente”.
Según datos de la Comisión Europea, el crecimiento de la productividad en España –definida esta como el PIB real por hora trabajada– durante la década de los noventa ha sido del 1,5% anual, y del 1% durante la década de 2000. Sin embargo, el crecimiento medio de la inflación durante esas décadas fue del 4,2% y del 3% respectivamente. Si en estas últimas dos décadas se hubiese arbitrado un mecanismo como el del plan de competitividad, la pérdida de capacidad adquisitiva de los salarios españoles hubiese sido aún mayor.
De hecho, los salarios reales en España han crecido durante las últimas dos décadas por debajo de la productividad. Esta es la razón por la cual los costes laborales unitarios –que relacionan salario medio y productividad– se han reducido un 10% desde 1990 hasta hoy.
Los representantes de la CEOE que reclaman ligar salarios (nominales) y productividad pretenden, al igual que el Banco de España, acabar con las cláusulas de revisión y aumentar con ello el peso de las rentas del capital en el PIB. Nada nuevo bajo el sol: en los últimos 25 años, los 40.000 españoles más ricos han pasado de poseer el 2% de la riqueza nacional al 4%, sobre todo por ganancias de capital. Los ajustes frente a la crisis vuelven a intentar repercutirse sobre los y las trabajadoras, en este caso no ya por la vía del empleo, sino de la depresión salarial.
Además, si se tomara de referencia salarial la productividad en el ámbito de las empresas, nos encontraríamos con que esta no sólo depende de la competitividad de sus productos, sino también de su poder de mercado y de otros factores contextuales (infraestructuras, nivel tecnológico, innovación organizativa y comercial, economías de escala interempresariales, provisión de servicios públicos en el entorno, prosperidad del mercado en el que se mueve, etc.).
Hacer una negociación colectiva descentralizada sobre los salarios en función de la productividad de las empresas estaría abriendo la brecha salarial entre los trabajadores de sectores oligopólicos (por ejemplo, financiero, producción eléctrica, fabricación de automóviles) y el resto, lo que conllevaría que el ajuste se propicie contra las plantillas del tejido empresarial más débil, reforzando la recesión.
Otra cosa sería que, partiendo de un suelo digno (salarios mínimos sectoriales que deberían actualizarse en relación con la evolución del poder adquisitivo), se desarrollen instrumentos para disputar la generación de riqueza producida en las empresas. La participación colectiva de los trabajadores en las decisiones empresariales podría implicar una mejora de la productividad de las mismas si incrementara el volumen de beneficios no distribuidos a los accionistas, reinvirtiéndolos en actividades de I+D+i que impulsen un cambio del modelo tecnoproductivo en clave de sostenibilidad y en la formación de los trabajadores. Las fórmulas de participación de los trabajadores en sus empresas pueden ser diferentes, unas pueden cuestionar el modelo socioeconómico y otras moverse en el existente.
El último Gobierno de Olof Palme impulsó en Suecia los Fondos de Inversión de los Asalariados. Una parte añadida al salario se remunera en acciones, que se sindican colectivamente, lo que posibilita influir o bloquear determinadas decisiones, reducir la presión sobre los salarios y una cierta defensa para los trabajadores en tiempos de crisis. Los fondos garantizan un núcleo estable de capital, reduciendo la dependencia del capital impaciente que exclusivamente busca incrementar el reparto de dividendos.
Impulsar nuevos elementos en el modelo de negociación colectiva que armonicen al alza los derechos laborales debería ser el eje central de un pacto europeo por la competitividad favorable a una mayoría social. La generación de riqueza en una sociedad basada en el conocimiento, como quiere ser la sociedad europea del siglo XXI, sólo puede sustentarse en la democratización de la economía.
Bruno Estrada es Economista. Director de Estudios de la Fundación 1º de mayo
*También firman este artículo Daniel Albarracín, Ignacio Álvarez, Manuel Garí y Bibiana Medialdea.
12/3/11
Sobre compuertas abiertas, inundaciones y barcos en tempestad. ¿Quién gobierna a quién en esta Europa?.
Daniel Albarracín
Marzo de 2010
Con la crisis han instalado en nuestras vidas la zozobra. Navegamos en tempestad hacia un horizonte de brumas, en un navío que se cae a pedazos. La tempestad no es fortuita, sino que se alimentó con el proyecto liberalizador de esta UE. Si las crecidas, en un gran río, no se encauzan con fuertes canales, son inevitables las inundaciones en un lado, y sequías en el otro. Los que acaparan el poder económico exigen a los capitanes del barco, los gobiernos, madera del cascarón para quemarla y calentar su confortable camarote. Al tiempo piden sudor a los que siguen remando por menos pan. El sacrificio es para los marineros. El naufragio definitivo lo vivirán las próximas generaciones de este maltrecho barco.
La Unión Europea se sume en una crisis económica e institucional sin parangón, quebrando los frágiles pilares de su construcción política, al tiempo que el látigo sobre su vector económico aplica disciplina. Una disciplina que no deja más resuello que la vana esperanza de conservar algún tiempo más el tuétano de un estilo de vida para la mayoría social propias de una sociedad de consumo inviable en el futuro. Una disciplina que asume que, para que el barco siga avanzando, debe quemar su casco. De tanto confiar en los mercados, y asustarse de quienes los manejan, se ha conseguido que quienes debieran gobernar el rumbo de nuestras economías se inclinen ante los que dirigen las olas del capital. Aquellos, con la complicidad de los contramaestres, han decidido que el navío sea más pequeño para que el camarote principal sea más amplio.
6/3/11
OTRA TEORÍA ECONÓMICA ES POSIBLE
Mateo, Juan Pablo y Ricardo Molero (2010). Otra teoría económica es posible. Ensayos críticos de economía política. Madrid: Editorial Popular.
ÍNDICE
- Juan Pablo Mateo y Ricardo Molero. Prefacio. La teoría marxista en los albores del siglo XXI
- Diego Guerrero. Prólogo: Una nueva generación de economistas marxistas en español
- Mario del Rosal. La teoría del salario en Marx
- Ricardo Molero y Adrián Ruano. Análisis de las categorías de la economía política. Marx como culminación del pensamiento económico
- Carlos Fernández, Luis Alegre y Daniel Iraberri. El carácter irrenunciable de la teoría laboral del valor.
- César Sánchez. La capacidad productiva del trabajo. El enfoque marxista de la productividad
- Maximilià Nieto. Valor, productividad y reproducción social. La teoría del valor-trabajo como marco de contabilidad del trabajo social
- F. Javier Murillo. Polarización social y dinámica de acumulación capitalista
- Sergio Cámara. Producción, explotación, acumulación y reproducción. Un modelo macroeconómico básico de la teoría laboral del valor
- Juan Pablo Mateo y Vicente Lima. Fundamentos y tendencias del cambio técnico
- Rolando Astarita. Imperialismo
Presentación. La teoría económica marxista en los albores del siglo XXI
Porque Otra teoría económica no sólo es posible, sino intelectualmente saludable y necesaria, en este libro se presentan una serie de ensayos de teoría económica marxista dirigidos a quienes tienen inquietud por utilizar la ciencia económica como un medio por entender el mundo que nos rodea.
1/3/11
Algunos problemas de la participación accionarial como remuneración de los y las trabajadoras
24-2-11
Me gustaría realizar un comentario crítico, muy preliminar, sobre algunas propuestas que en su día tuvieron su audiencia. Se trata de las propuestas de remunerar con acciones a la plantilla de personas asalariadas.
Comencemos con algunas experiencias y problemas prácticos mirando casos concretos:
Es habitual en el sector de comercio (Wall-Mart, El Corte Inglés, etc...) dar complementos en forma de acciones. También han sido habituales en el sector bancario (caso Banesto).