GRECIA CON OJOS
LATINOAMERICANOS
Claudio Katz[1]
Con la aprobación parlamentaria del tercer
memorándum concluyó otro capítulo de drama que afronta Grecia. El entusiasmo
que generó el triunfo del No en el referéndum fue abruptamente sustituido por
la frustración que suscita la capitulación de Tsipras.
Primero: en situaciones críticas los
liderazgos timoratos son fatales. Se necesitan dirigentes con valentía -como
Fidel o Chávez- para cambiar la historia. Segundo: se pueden rechazar las
imposiciones del FMI, pero construyendo conciencia popular de ruptura con los
banqueros y no ilusiones de reforma de la eurozona. Tercero: en medio de la
catástrofe económica es indispensable suspender los pagos de la deuda, para
recuperar oxigeno y retomar el crecimiento.
CRUELDADES PREMEDITADAS
En las redes sociales circuló de
inmediato la acertada caracterización del nuevo memorándum como un golpe de
estado del Euro-grupo. Un semanario alemán definió ese paquete como “un
catálogo de crueldades”. Es más virulento que todos los precedentes e incluye garantías
suplementarias de ajuste fiscal.
Las exigencias de superávit para pagar la
deuda son brutales. Se generaliza el incremento del IVA, aumenta la edad de
jubilación y se eliminan los subsidios a las pensiones más bajas. También se
aplica un gravamen a la pequeña propiedad, que convierte a las familias
empobrecidas en inquilinos de sus propios hogares. La abolición de la moratoria a los desahucios facilita los desalojos
masivos.
El nuevo programa restaura el neoliberalismo
feroz. Promueve la flexibilización laboral, incentiva los despidos y restringe
la negociación colectiva. Además, libera los precios de productos de primera
necesidad y auspicia una demoledora apertura comercial.
Las
privatizaciones son reintroducidas en gran escala. El remate de los puertos es
complementado con la venta de la compañía de electricidad. El dinero
recolectado con ese despojo será entregado a un fondo manejado por los
banqueros. Prefirieron supervisar esa expropiación desde Atenas, en lugar de
gestionarla en su paraíso fiscal de Luxemburgo. Se ha puesto en marcha el viejo
plan alemán de apropiación de las islas más apetecidas por los turistas.
El programa incluye un reaseguro para obligar
a cumplir todo lo firmado. Al menor desvío se introducen sacrificios
adicionales. La esperada reestructuración de la deuda desapareció del convenio.
Sólo quedan vagas promesas de evaluar el tema en el futuro, mientras el achicamiento
de la economía agranda el pasivo.
El propio FMI estima que la deuda saltará
en poco tiempo del 175% al 200% del PBI. Cualquier revisión futura de esa carga
consolidará la transferencia de propiedades al capital extranjero.
El
objetivo explícito de esta demolición ha sido humillar a Tsipras. Merkel lo
empuja a gobernar con la derecha y pretende convertirlo en otro presidente socio-liberal
carente de legitimidad. Espera desmoralizar
a la población, destruir a Syriza y facilitar el retorno de los conservadores.
La
dureza de la Troika constituye una evidente venganza por el referéndum. Penaliza
el desafío introducido por esa consulta y ratifica que la democracia es
incompatible con la dictadura del euro. El Euro-grupo no tolera el contundente
resultado que esa votación en el país que acunó la democracia.
El nuevo
memorándum sepulta los últimos vestigios de soberanía y convierte al Parlamento
heleno en una sucursal de Bruselas Todas las iniciativas legislativas deberán
contar con la aprobación previa de los comandantes de la Troika. Sus enviados
revisarán las cuentas públicas y como ocurría en Argentina en los años 90, convocarán
de urgencia a los congresistas para que voten sus exigencias.
ALEMANIA Y ESTADOS UNIDOS
Existe la generalizada impresión que la
inflexibilidad monetaria alemana es un legado de la pesadilla inflacionaria que
precedió al nazismo. Otras interpretaciones hacen hincapié en el dogmatismo
económico o la ceguera política.
Pero la rigidez de Merkel no es un
capricho. Es el recurso que utiliza Alemania para reforzar su preeminencia y
controlar los próximos pasos de la unificación fiscal y bancaria. Recurre a una
receta deflacionaria para asegurar su primacía exportadora y crediticia, a
través de una moneda continental fuerte.
La
potencia germana necesita sustituir con artillería económica su orfandad
militar y su debilidad geopolítica. No cuenta con el resguardo del Pentágono
para empapelar el mundo de dólares y debe subordinar a Francia en la cogestión
de la Unión Europea. Esta superioridad es vital frente a las inminentes
negociaciones por la permanencia de Gran Bretaña en la comunidad.
Alemania golpea a Grecia para emitir una
advertencia a todos los pueblos del Viejo Continente. Rechazó durante cinco
meses cualquier concesión a Syriza y cortó la liquidez de los bancos griegos,
para contrarrestar la insubordinación a la austeridad regresiva y permanente.
Estados Unidos interviene de otra forma.
Actúa con mayor cautela y toma en cuenta las peligrosas consecuencias de la
destrucción de Grecia. Este país alberga cuatro bases de la OTAN, mantiene
conflictos con Turquía y cuenta con más submarinos, aviones y tropas que varios
jugadores de la zona.
Obama ya registró como el estado fallido de
Libia perdió todo control sobre los flujos de inmigrantes a Europa. Grecia es
un estado tapón para la inmensa masa de refugiados que afluye desde África y el
mundo árabe. Además, es la ruta de un proyectado gasoducto y será un activo
partícipe de la nueva explotación del gas costero.
Grecia
cuenta con un voto clave en la Unión Europea. Si busca el sostén económico de
Rusia podría utilizar ese recurso, para afectar las sanciones que aplica la
alianza occidental desde el comienzo de la crisis ucraniana. Al Departamento de
Estado también le preocupa la apetencia China por los puertos de El Pireo.
No
sólo estos peligros explican las reservas de Obama ante la virulencia germana.
Estados Unidos despliega un doble juego de sostén de la Troika y debilitamiento
de su principal rival económico en Europa. Por esta razón, el FMI exige a los bancos
alemanes la asunción de una parte del quebranto griego. Promueve una quita del
30% del pasivo y un periodo de gracia de 20 años, que deberían solventar las
entidades teutonas.
La desestabilización
general del Viejo Continente es el principal temor de Obama. El apriete a
Grecia socava la legitimidad de un proyecto europeo con decreciente sustento
social.
El triunfo del No en el referéndum
reafirmó la hostilidad popular a un modelo de unificación neoliberal, que es
frecuentemente objetado en las urnas. Desde el rechazo en la última gran consulta
(Tratado Constitucional del 2005), ese descontento es muy visible.
La crisis helena se desenvuelve en un
escenario internacional convulsivo, que podría ser utilizado por Grecia para
hacer valer sus demandas. Pero este aprovechamiento requiere el coraje que le
ha faltado a Tsipras.
CAPITULACIÓN Y REAGRUPAMIENTO
La conducta del líder de Syriza pasará a
la historia como un patético ejemplo de rendición. La capitulación salió a
flote al día siguiente del triunfo del No. En vez de cumplir con el mandato de
esa votación, Tsipras se embarcó en una frenética acción por el Sí, archivando
todas sus convicciones[2].
Para congraciarse con los acreedores
exigió la subordinación de la mayoría triunfante a la minoría derrotada.
Convocó a los replegados derechistas y logró la inmediata aceptación
parlamentaria del ajuste elaborado por Hollande.
Ese sometimiento fue insuficiente y Merkel
exigió una subordinación más vergonzosa. Tsipras aprobó entonces, los mismos
textos que denunció durante años y se arrodilló frente a los enemigos que
prometió enfrentar. Hizo exactamente lo opuesto a todos los líderes
comprometidos con sus pueblos, que tomaron riesgos y confrontaron con el orden
imperial.
Tsipras argumenta que “evitamos lo peor”
sin explicar en qué consistiría ese mal superior. Ahora justifica la “austeridad
con rostro humano” que tantas veces cuestionó. Conoce, además, la inutilidad
del nuevo ajuste.
La economía griega está totalmente
exhausta y no digiere nuevos recortes. El desplome del PBI llegó al 25 % y
desempleo juvenil promedia el 52%. Se estima que el 45% de los pensionistas y
el 40% de los niños han caído por debajo del umbral de pobreza.
La cirugía fiscal que ya realizó Grecia
es dos veces y media superior al recorte consumado en España y ningún
economista se atreve a presagiar el crecimiento. Mientras se apropian del país,
los acreedores continuarán cobrando por una ventanilla lo que otorgan por otra.
Pero
el nuevo memorándum puede recrear la resistencia social que ya se avizora en
las huelgas de los empleados públicos. Habrá que ver como procesa la población
un viraje político que genera perplejidad. A la luz de lo ocurrido en los
últimos años hay margen para grandes sorpresas.
El
triunfo del No ilustró la extraordinaria capacidad de respuesta de un pueblo,
que en medio de corralitos y campañas de miedo aplastó a los derechistas. El
60% de rechazo que dejó estupefacto al mundo se elevó al 85% entre los jóvenes.
Esta
reacción puso de relieve un aprendizaje madurado al cabo de muchas extorsiones.
La Troika agrede desde hace 6 años e impuso 8 planes de austeridad, a través de
4 gobiernos. La capitulación de Tsipras introdujo la mayor decepción de todo el
período, pero no es el primer chantaje que enfrentan los trabajadores griegos.
Mientras los burócratas del Euro-grupo vislumbran al país como una simple
colonia de vacaciones, continúa resurgiendo la tradición heroica de resistencia
a las ocupaciones coloniales y los nazis.
Algunos
analistas comparan el shock que afronta la izquierda por la rendición de
Tsipras, con la conmoción que provocó el primer sometimiento de la
socialdemocracia a las guerras inter-imperiales[3].
Esta analogía también resalta un peligro
actual de capitalización fascista del descontento popular. Los grupos de choque
de Amanecer Dorado ya tienen un significativo caudal parlamentario y pueden
convertir la impotencia gubernamental de Syriza en una tragedia mayúscula.
Por
esta razón urge reconstituir un polo de izquierda contrapuesto a la
capitulación oficial. La rápida visibilidad ese reagrupamiento permitiría contrarrestar
el desanimo que genera la entrega de Tsipras.
Los primeros indicios de ese polo ya se vislumbran
en los 32 diputados de Syriza que votaron contra el Memorándum, los tres
ministros desplazados y el centenar de miembros del Comité Central que desaprobó
la capitulación. Pero la nueva etapa también exige revisar los programas y las estrategias
de negociación.
LA AUSENCIA DEL PLAN B
Tsipras aceptó el chantaje de la Troika
presentando la salida del euro como el fin del mundo. Afirmó que ese retiro conducía
a la degradación economía, sin contrastar esa posibilidad con la demolición que
genera la permanencia en la eurozona. Los escenarios de devaluación, inflación,
empobrecimiento o desabastecimiento que se describen en un “Grexit”, omiten
evaluar el terrible contexto actual de atadura a la moneda común.
Syriza arribó al gobierno enarbolando la
acertada consigna de “ningún sacrificio por el euro”. Declaró su disposición a
mantener al país en ese ámbito, pero sin contrapartidas de austeridad. Al cabo
de cinco meses de negociación afloró la incompatibilidad de ambos de objetivos.
La coalición de izquierda también se
opuso correctamente a optar por la simple restauración del viejo dracma, como
corolario del modelo capitalista de devaluaciones que propusieron algunos
economistas heterodoxos (Krugman). Pero contrapuso a esa salida la simple
permanencia en el euro, con la esperanza de un aflojamiento en la gestión de
ese signo.
Esta expectativa recreó todos los mitos
del europeísmo benevolente. Esas creencias suponen que las instituciones del
continente unificado son intrínsecamente progresivas, a pesar de su impronta
neoliberal.
En lugar de cuestionar esas ilusiones,
Tsipras mantuvo la enceguecida atadura al euro. Renunció a crear las
condiciones para una eventual salida de la eurozona si persistía la exigencia
de austeridad. Especialmente se negó a concebir un Plan B en las negociaciones
con Troika[4].
En este terreno el contraste con la
América Latina es aleccionador. La izquierda de esta región siempre encaró la
batalla contra el ajuste exigiendo la ruptura con el FMI. Ciertamente las
condiciones de lucha en ambas zonas han sido diferentes. Pero entre los
sectores progresistas de Latinoamérica se sobreentiende que la soberanía
económica y la autonomía de los organismos financieros son indispensables para
frenar los atropellos de los banqueros.
Ahora se sabe que la permanencia a
cualquier precio en la eurozona empujó a Tsipras a rechazar el programa
alternativo, que presentó Varoufakis a
último momento. Esta opción incluía el control
de los bancos para gestionar una emisión acotada de cuasi-monedas
complementarias del euro.
Es importante evaluar lo
ocurrido en esas tratativas, puesto que Grecia y la Troika volverán a la mesa
de negociaciones, cuando se verifique la inviabilidad del nuevo acuerdo. Sólo
manejando un Plan B se puede revertir la extorsión y convertir la eventual
salida del euro en una carta del deudor.
Conviene registrar que
un retiro heleno de la Eurozona constituye un enorme peligro para la Troika,
que los banqueros ocultan con previsiones de catástrofe exclusiva para Grecia. En
la intimidad saben que esa salida podría desatar una convulsión financiera
general, si el contagio amenaza a otras economías que bordean la cesación de
pagos.
Por esa razón el
Euro-grupo también propuso conversar un “Grexit” ordenado, temporal y
protegido. Atemorizado por el chantaje de Merkel, Tspiras ni siquiera consideró
esa posibilidad.
Grecia puede hacer valer a su favor el
peligroso escenario que rodea a la negociación. La Troika tiene preparado un
protocolo de sostén financiero para las economías más afectadas por un eventual
“Grexit” (Chipre, Macedonia, Rumania, Bulgaria, Portugal). Pero no podría
extinguir el fuego, si el incendio se extiende a Italia, España o la propia supervivencia
del euro.
El grueso del estabishment germano supone
que una crisis de ese tipo no afectaría a los bancos recapitalizados desde el
2009. Pero otros sectores advierten la continuada fragilidad de los grupos
financieros, en un escenario internacional de temblores bursátiles en China y
default potencial en varios países (Puerto Rico, Ucrania). El punto más crítico
es el desenlace de todo el ciclo de altísima emisión, que ha preservado el
nivel de actividad económica en Estados Unidos y Europa en los últimos seis
años.
Grecia podría negociar con otra actitud
si tiene preparado el paquete de medidas requerido para salir del euro. Algunas
iniciativas ya han sido elaboradas e incluyen billetes electrónicos y un
programa redistributivo de conversión monetaria[5].
LA COMPARACIÓN CON ARGENTINA
A medida que se agrava la crisis helena
recobra actualidad analítica el alivio que sucedió al default argentino. Ese
precedente confirma que la suspensión del pago de la deuda es el único recurso
que tiene Grecia para atemperar la asfixia de su economía. Sólo esa moratoria
permitiría equilibrar la adversa negociación que afronta el país. El
antecedente argentino del 2002-2006, ilustra como un desahogo de las
erogaciones externas permite utilizar los fondos destinados a los acreedores, a
la recomposición de la demanda interna.
Ciertamente
en el caso argentino, ese manejo de recursos fiscales para incentivar el
crecimiento complementó un cimiento regresivo (mega-devaluación y licuación de
los salarios) y otro azaroso de la reactivación (apreciación internacional de
las exportaciones). Pero el precedente es útil para recordar que la suspensión
de pagos es una condición insoslayable para salir del marasmo.
El
gobierno kirchnerista suele diluir este dato en la embellecida presentación de
su modelo económico. Supone que este esquema aporta a Grecia la receta para
superar la pesadilla actual. Pero esa copia incluiría dos aspectos claves -como
el canje y el des-endeudamiento- que anularían lo obtenido con el ahorro
inicial de los pagos a los acreedores.
El
intercambio de bonos convalidó la reducción de una deuda que ya estaba
desvalorizada e introdujo quitas, cuyo alcance debería ser re-calculado a la
luz de los pagos adicionales realizados por el cupón de crecimiento. El litigio
actual con los fondos buitres ilustra, además, las consecuencias de aceptar
dirimir las controversias judiciales en los tribunales de Nueva York.
La
decisión posterior de pagar puntualmente los compromisos del nuevo pasivo
generó una descapitalización mayúscula del país. Esa secuencia monumental de
erogaciones (173.000 millones en una década) deterioró las reservas, afectó la
inversión y empuja al reinicio del endeudamiento[6].
Grecia
debe seleccionar cuidadosamente lo que corresponde tomar de la experiencia
argentina. Continúa contando con la posibilidad de declarar una suspensión de
pagos, antes de recaer en el caótico default padecido en el cono sur. En lugar
de repetir la represión que acompañó a ese colapso podría recurrir al sostén
popular, con nuevos referéndums que legitimen la recuperación de la soberanía
financiera.
En
Argentina las huellas fraudulentas de la deuda fueron borradas con los canjes.
Por el contrario en Grecia se realizó la mayor auditoria contemporánea de un pasivo
dudoso. Esta investigación corroboró la estafa que realizaron los bancos para
financiar su propio rescate. La revisión aporta valiosos argumentos para
refutar la infame presentación de los griegos como un pueblo de “irresponsables
gastadores” [7].
Las diferencias entre Grecia y Argentina
que han resaltado varios analistas son numerosas, pero no determinan el
resultado de un desafío a la Troika. Argentina nunca incumplió con el FMI y
tenia distribuidas sus obligaciones entre múltiples acreedores privados. El
pasivo heleno ha sido estatizado bajo gestión directa del Euro-grupo e involucra
un choque político más explícito.
También
el contexto internacional estabilizado del 2001-2005 contrasta con las
turbulencias del 2008-2015. El trauma que en Argentina se atemperó en un bienio,
ya se ha extendido en Grecia seis años. Tampoco es equiparable una economía
exportadora de alimentos con una periferia dependiente del turismo. Pero las
crisis capitalistas que irrumpen en escenarios diferenciados frecuentemente
afrontan dilemas semejantes.
La
nacionalización de los bancos es un requisito para la resolución popular de esa
convulsión. No ocurrió en Argentina, pero es muy factible en Grecia. El estado
es accionista mayoritario de las principales entidades y sólo tendría que
ejercer su primacía para recomponer patrimonios, revisar carteras y recuperar
el dinero utilizado en forma dolosa. Esta iniciativa podría implementarse junto
a una reforma fiscal progresiva, que elimine los privilegios de los armadores y
la Iglesia Ortodoxa.
Ninguna
de estas medidas figura ya en la agenda de la coalición gubernamental. Siryza perdió
el sentido de su fundación. Tiene un líder que optó por los poderosos y
abandonó a los desposeídos. La izquierda necesita otro cimiento y otra
dirigencia.
Grecia continúa atrayendo los ojos del
mundo. Allí se procesa la mayor experiencia de rebelión europea desde la
revolución portuguesa de los 70. La nueva etapa pos-Tsipras está plagada de
interrogantes, pero la izquierda puede contar con la certeza de una gran
solidaridad de América Latina.
18-7-2015.
[1] Economista, investigador del CONICET, profesor de la
UBA, miembro del EDI. Su página web es: www.lahaine.org/katz
[2] Ver: Kouvelakis, Stathis. De lo Absurdo a lo Trágico: Aquellos que dirigen Grecia y a su Izquierda
a rendirse deben ser opuestos, 10-7-2015. http://www.resumenlatinoamericano.org.
Kouvelakis, Stathis. Es hora de que el temor a la salida del euro
ya no nos asuste, 12-5-2015
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=198667
[3] Aprobación
de los créditos de guerra al comienzo de la Primera Guerra mundial. Mitralias, Yorgos. Días
funestos: Del 4 de agosto de 1914 alemán al 14 de julio de 2015 griego,
16-7-2015, http://cadtm.org/
[4] Las bases de una alternativa fueron
expuestas entre otros por Lapavitsas, Costas. El inminente paquete de austeridad, ,19-6-2015, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=200171.
Lapavitsas, Costas.
"La solución óptima sería una
salida negociada del euro", 26-3-2015 http://www.rebelion.org/noticia.php?id=196961
[6] Katz Claudio, ¿Cuántos buitres acosan a Argentina?, 1-7-2014,
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=186691
[7] Informe
Auditoría de la Deuda Pública Griega, 18-6-2015,
http://www.auditamosgrecia.org/es/resumen-informe-deuda-publica-griega/
No hay comentarios:
Publicar un comentario