30/9/13

Las tendencias en las relaciones de empleo en España en 2012


Daniel Albarracín, Julio 2013.

Desde el año 2008 la destrucción de empleo supera los niveles observados incluso en la crisis de los 70. En especial, en 2012 se han superado todos los record de destrucción de empleo (-6,69%) y de tasa de paro (27,1%) en el Estado español.

Fuente: Elaboración propia a partir del Banco de España

Además, desde 2007 se asiste a una fuerte degradación de las condiciones laborales en España. El principal problema, el desempleo, está llevando a situaciones insostenibles a muchas familias trabajadoras, sobre todo aquellas con todos sus miembros en paro y con fuerte compromisos hipotecarios. Pero en este proceso no es la temporalidad el fenómeno más preocupante, que desciende a todas luces (no porque se cree empleo indefinido, sino porque sobre todo se destruye el de carácter temporal). En cambio, es la generalización de inseguridad e inestabilidad laboral que contagia al conjunto de la clase trabajadora, en un contexto de paro y degradación de derechos de todo tipo (menor indemnización, ampliación de causas de despido, erosión de la eficacia y cobertura de la negociación colectiva, etc…) la principal de todas ellas.

Queremos destacar una tendencia creciente en el mercado laboral español, que no es otra que el crecimiento del empleo a tiempo parcial, sobre todo entre las mujeres, hasta comportar el 15,3% del total del empleo. Esta figura está relacionada con salarios insuficientes, que incluyen la casuística de los denominados “trabajadores pobres” (working-poor), un aumento de la flexibilidad de las empresas en la organización del tiempo de trabajo y aumento de la productividad a beneficio de estas. Por otro lado, este incremento contribuye a maquillar las ya escandalosas tasas de desempleo, porque el empleo a tiempo parcial no deja de ser desempleo a tiempo parcial que, sin embargo, computa como un empleo como cualquier otro.


 













Fuente: Elaboración propia a partir del Banco de España



Una traducción inmediata de esta degradación de las condiciones laborales generales es el fenómeno generalizado y profundo de devaluación salarial. La remuneración por asalariado se ha desplomado en 2012, cayendo intensamente en términos nominales. El aumento salarial pactado (del reducido porcentaje de convenios que no siguen bloqueados) ha crecido de manera rampante, sin conseguir superar los niveles de inflación, de tal modo que los salarios reales y el poder adquisitivo siguen perdiendo terreno, al mismo tiempo que la productividad por ocupado remonta, lo que redunda en una mejora de los rendimientos económicos relativos de las empresas que sobreviven en este contexto tan duro.
 
Fuente: Elaboración propia a partir del Banco de España

 
La economía española en general atraviesa uno de los momentos más difíciles en su historia económica reciente.

. La traducción inmediata es el empeoramiento del empleo y de sus condiciones.
También, en términos sectoriales, la mayor parte de los indicadores reflejan deterioros sobresalientes de los indicadores fundamentales (ventas, rentabilidad, liquidez, solvencia, etc…).

No obstante, se han multiplicado las consecuencias en materia de relaciones laborales, debido tanto a la propia política económica del gobierno como de las reformas laborales de estos últimos años, asimismo ligadas al corsé de un compromiso absoluto del pago de la deuda. Pago de la deuda que sirve, al mismo tiempo de pretexto para erosionar los salarios y las políticas públicas y de carácter social, mientras que no se repara en gastos de cara a rescates del mundo empresarial, especialmente de la banca privada, beneficiada por este proceso de inyección de capital así como de la bancarización de la mayor parte de las cajas de ahorros y de un proceso de concentración bancario extraordinario.

Entre otros aspectos destacables, debemos enfatizar la transformación del modelo de relaciones laborales que ha causado la reforma laboral
nos aproxima al modelo de relaciones laborales anglosajón, en el que rigen los convenios de empresa.

Por otro lado, el mundo empresarial está aprovechando este contexto de debilitamiento de la negociación colectiva, y de alto paro, para aplicar una devaluación salarial de gran alcance, de convertir empleo a tiempo completo por otro con jornada parcial y modificar la distribución del tiempo de trabajo hasta niveles hasta ahora desconocidos.

Mientras las empresas no renuncian a seguir distribuyendo dividendos, y no ajustan con la misma intensidad otras partidas de
costes diferentes a los gastos de personal. Han puesto puesto en la diana los costes laborales como v
íctima propiciatoria. Su propósito principal se desdobla en dos objetivos: desendeudarse para aminorar sus compromisos financieros durante largo tiempo acumulados y restaurar la tasa de beneficio, fundamentalmente en detrimento de la calidad y la cantidad de empleo.

Sin embargo, esta perspectiva general no puede someternos al fatalismo. Ni esta política económica ni esta política de empleo son las únicas posibles, ni son, desde luego, las mejores. Sin duda, hay alternativas para enfrentar la crisis.

Por otro lado, la crisis no es igual para todos y hemos observado que mientras hay una crisis muy extendida a importantes segmentos de grandes empresas y de algunos formatos (supermercados, hoteles, alguna subactividad de juego como el on-line) resisten bien la crisis o incluso mejoran rendimientos en algunos casos. De tal manera que sigue siendo imprescindible recurrir al análisis concreto en las sucesivas crisis empresariales que se nos presentan.

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