Las elecciones andaluzas y asturianas nos han brindado una sorpresa que nos regala una sonrisa o, al menos, un suspiro o gesto de alivio.
Las proyecciones parecían apuntar a una posibilidad de gobierno entre PSOE e IU en Asturias, y el PP parecía que podía atravesar la línea de la mayoría absoluta en Andalucía. En ambas CCAA parecía que había expectación, mucha expectación. Además, parecía que la FAC iba a sufrir un severo castigo. Ni lo uno ni lo otro, ni lo de más allá.
En ambos territorios ha reinado el hastío, el cansancio. Contra el bipartidismo, primero. Y contra la decepción de las promesas del PP. Se ha mostrado el techo del partido conservador, y está comprobado que el techo ya lo tocó, y que el electorado flotante, apartidista o crédulo ya no les ha creído más. Y que todavía, aúnque vergonzante, el PSOE sigue teniendo su audiencia.
Por otro lado, IU sube en ambas comunidades autónomas, en especial en Andalucía, que dobla representantes.
En Asturias, a falta de saber el voto extranjero, la derecha ha vuelto a ganar. Y cuando se sepa el voto el extranjero, la derecha seguirá decidiendo, porque UPyD allí se encuadra.
La sonrisa está en la contemplación de los los fallos de los analistas. El alivio, en que la derecha se ha armado un lío, y se ha visto frustrada su operación de poder total.
Hay un dato que sí merece la pena poner de relieve: los recortes y reformas del PP les ha pasado factura. Al lobo se le ha visto la patita, y mucha gente que pensaba que no eran tan reaccionarios, ha empezado a darse cuenta. Aunque aún hay mucha gente convencida de sus fábulas.
En cualquier caso, la cosa se torna bastante ingobernable para el caso de Asturias. La riña entre Cascos y el PP se va a producir ahora, porque ellos se disputan el poder, dado que sobre proyectos no son muy diferentes (salvo que FAC es línea aguirrista, y ya sabemos para donde tira). Sea quien sea el que llegue al poder va a tener que andarse con tiento. Y en todas las combinaciones IU sale mal parada. Sobre todo porque en cualquier operación en la que pudiese participar tendría que contar con una UPyD tirada al monte. Confiemos en que sepan jugar su papel de oposición transformadora y no les tiente subir al carro de un gobierno condenado al infierno y al fracaso.
La otra es en Andalucía, donde su papel va a ser muy importante. Y las tentaciones más. Deben aprender de tiempos pretéritos y no volver a darles la opción de gobernar al PP de los señoritos. Pero tampoco admitir ninguna medida de derechas por parte del PSOE. Y, eso, ¿cómo se hace?. Ellos sabrán, porque son ellos quienes deciden. Pero si se admiten sugerencias, creo que deberían evitar cualquier transacción de tocar poder a cambio de hacer la vista gorda sobre políticas de derecha que pueda emprender el socialiberalismo. ¿Entonces?. Pues está claro que o se hace un compromiso programático de legislatura con líneas frontera definidas, o sino hay que quedarse en la oposición a condicionar al PSOE día a día. ¿Que si incluyen en el paquete ser presidentes de su parlamento regional?. Eso no estaría nada mal, por una vez poder ser árbitro del espacio parlamentario. Pero, es sumamente importante influir de ese modo, a pesar de que dará menos pastel en el poder institucional, y transformar más la realidad andaluza, con hilo de comunicación estrecho basado en los movimientos sociales. Es una oportunidad de oro que no deben dejar pasar.
Por otro lado, nos felicitamos, porque estas señales dan buena onda para la próxima Huelga General del 29-M. Los tiempos empiezan a cambiar.
Sin lugar dudas, trasladamos nuestra enhorabuena a los y las compas de IU. Y esperemos que la gente de bien que allí se encuentra no se envuelva otra vez en las luchas de tribus que allí se estilan. De otro modo, errarán. Y, por desgracia, nos tienen demasiado acostumbrados. Ojala me equivoque.
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