Camilo Espino Militante de IA
La reforma del sistema público de pensiones es una grave agresión histórica:
- El acuerdo global entre gobierno y sindicatos mayoritarios implica un recorte del derecho a la pensión en un 20% de media. El gobierno ha optado por reformar el sistema por la vía de recorte, sin potenciar apenas los ingresos del sistema.
- Se amplia el periodo de cómputo de 15 a 25 años. Se requieren 37 años para alcanzar el 100% de la pensión, cuando antes sólo se pedían 35.
- Se generaliza la edad legal de jubilación a 67 años. El colectivo que podrá jubilarse a los 65, será cada vez más pequeño. Cada vez menos gente podrá acumular, con el paro y la precariedad, 38,5 años de cotización.
- El sacrificio lo soportará principalmente el colectivo laboral joven.
Los sindicatos mayoritarios cometen un gravísimo error y adoptan una estrategia entreguista:
a) Asumen los argumentos neoliberales de la fatalidad de la evolución demográfica y la insostenibilidad financiera del sistema.
b) Se amparan en una desmovilización social a la que han contribuido.
c) Se justifican en el mantenimiento de su status quo institucional a costa de renunciar a derechos históricos.
d) No se atajan los problemas de fondo y volverán las condiciones para nuevas reformas. El pacto asume que serán necesarios nuevos recortes en función de una revisión cada cinco años, en función de la evolución de la esperanza de vida.
e) Demuestran una debilidad, que facilitará nuevas agresiones al no ponerse ningún límite a las agresiones.
f) Dan un balón de oxígeno al PSOE a costa de deslegitimar el papel de los sindicatos, y darle la espalda a la mayoría de los y las pensionistas futuros.
g) Hacen una reforma sometidos a una lógica electoralista y encajando la amenaza de un supuesto rescate de la UE, cuando no se dan ni de lejos las condiciones para que se produzca. Los sindicatos se han dejado chantajear.
Sin cambiar la política económica y el modelo de empleo, la crisis seguirá y los mercados financieros continuarán con su depredación y sus presiones. Sin cambios radicales se profundizarán las condiciones para nuevos ajustes:
a) Si no hay cambios en la política económica la crisis capitalista seguirá dañando el sistema de seguridad social. Para ello hay que desobedecer el Tratado de Lisboa y la orientación económica de la UE, intervenir y reformar el sistema financiero con criterios públicos y de control social, controlar el movimiento de capitales que propicia los ataques de los “mercados”, reestructurar la deuda. fortalecer el sector público con un régimen fiscal progresivo que embride al excedente empresarial, impulsar la inversión para satisfacer necesidades sociales y transformar sosteniblemente el modelo productivo.
b) También es necesario crear empleo estable, y acabar con el modelo laboral precario.
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