La importancia de la pérdida y deterioro de la biodiversidad radica en que las sociedades humanas somos ecodependientes, es decir, dependemos totalmente de la biodiversidad al ser esta la mayor unidad suministradora de servicios de los ecosistemas de todos los tipos. Esta dependencia se extiende a nuestras actividades económicas y oportunidades de empleo. Sin embargo, el actual sistema socioeconómico ha mantenido invisibilizado este papel de soporte de la naturaleza y se ha desarrollado a expensas del deterioro ecológico .
Nuestra ecodependencia hace necesario replantear urgentemente la reorganización de los procesos sociales y económicos de forma que las actividades económicas y el empleo, que son la principal vía de obtención de recursos de las mayorías trabajadoras, puedan ser compatibles con los límites y la funcionalidad de los ecosistemas y puedan tener como objetivo central el sustento y la reproducción de la vida.
Esto plantea varias preguntas cruciales: ¿Cuánto se invierte en prácticas respetuosas con la biodiversidad? ¿Cuántos empleos están vinculados directa o indirectamente a la gestión de la biodiversidad? ¿Cuál es la tendencia económica y laboral relacionada con la biodiversidad en España? ¿Qué futuro nos espera si seguimos las tendencias actuales? ¿Cómo podemos transformar el sistema socioeconómico para revertir la pérdida de biodiversidad? ¿Qué recursos formativos y políticas públicas son necesarios para una transición hacia una economía que respete la biodiversidad?
Estas preguntas, aunque desafiantes debido a la diversidad y complejidad de las relaciones entre biodiversidad, economía y empleo, así como la falta de datos oficiales e indicadores económicos que reflejen estas relaciones, son cruciales para abordar la situación. Para responder a estas cuestiones, se ha desarrollado el estudio “Biodiversidad, economía y empleo en España. Análisis y perspectivas de futuro” (Oteros Rozas et al., 2022). Su objetivo principal es caracterizar las relaciones entre biodiversidad, economía y empleo en España en los últimos años y proyectar posibles escenarios futuros, incluyendo marcos formativos y políticas. A continuación, se presentan los principales resultados de este estudio.
Situación de los sectores económicos que dependen o afectan
a la biodiversidad en España
En el momento actual, en el que la crisis ecológica y social exige un cambio de modelo económico, la necesaria transformación del sector laboral también suscita considerable sensibilidad social. Para proponer soluciones efectivas es esencial entender la situación económica y laboral en relación con la biodiversidad en el país.
Según las Cuentas Ambientales del INE, el gasto nacional en protección ambiental apenas representa el 1,54% del PIB y, en 2019, solo se destinó el 0,12% del PIB a la protección de la biodiversidad y el territorio. Además, la inversión en protección ambiental ha disminuido significativamente desde 2008, equivaliendo en promedio al 43% de la inversión de ese año. Las Cuentas de Bienes y Servicios Ambientales del INE reflejan que la economía ambiental en su conjunto representa solo el 2,1% del PIB en 2019, con un estancamiento en la proporción de empleo asociado a esta área, que representa el 1,8% del empleo total, siendo la gestión de residuos responsable de más de un tercio de estos empleos. Sin embargo, es importante destacar que no existe una categoría específica para los empleos relacionados con la biodiversidad en estas clasificaciones, a pesar del potencial que ofrece este sector, como se evidencia en la Estrategia de la UE. Por ejemplo, se estima que podrían crearse hasta 500.000 empleos para la gestión de la Red Natura 2000, además de 1,3 millones en agricultura y 3,1 millones en turismo en espacios de la Red Natura 2000.
Un análisis basado en la Clasificación Nacional de Ocupaciones (CNO-11 15) muestra que en 2021 se estimaron aproximadamente 37.000 empleos centrados en la conservación de la biodiversidad. Sin embargo, durante el período de 2011 a 2019, este crecimiento fue un 1% menor en comparación con la creación de empleo en general (4% frente al 5%). Además, el 55% de las horas de trabajo no están directamente relacionadas con la biodiversidad y solo alrededor del 5% de estas horas tienen un impacto positivo directo en la biodiversidad.