Nos felicitamos por el inicio de la activación de los sindicatos mayoritarios de este 12 de diciembre. Ahora bien, ante las provocaciones de la patronal, las políticas neoliberales o timoratas del gobierno, ESTA MOVILIZACIÓN GENERAL ha de ser, más que una llamada de atención, UN PUNTO DE PARTIDA.
La MOVILIZACIÓN NO PUEDE SER UN SUBPRODUCTO DE NEGOCIACIONES FALLIDAS, SINO LA FORMA DE SER Y HACER DEL SINDICALISMO.
El verbo Movilizar se conjuga primero con análisis y propuestas; se sigue conjugando con planes periódicos de información y consulta en asambleas, con debates y formación para la afiliación; Y se continua conjugando, con fines de denuncia, protesta y con objetivos de conquista concretos, con campañas de propaganda, difusión de documentos, convocatoria de concentraciones, manifestaciones y, porqué no, Huelgas Generales, preparadas debidamente. Movilizar no es sólo hacer ruido y molestar puntualmente, consiste en enraizar, poco a poco, un discurso y cultivar una actitud entre los nuestros y en la sociedad. Con movilización y fuerza social se llega mejor a la negociación y al diálogo social. Y eso es responsabilidad del sindicato.
Se trata de una crisis del capitalismo global, y a una crisis mundial hay que responderle con una CONTESTACIÓN INTERNACIONALISTA. Los sindicatos deben ser conscientes que el primer corsé para las políticas a favor de los y las trabajadores es el modelo de Unión Europea realmente en construcción. Sin otro modelo de Europa, sin una regulación laboral y fiscal europea, sin expectativas de un Estado del bienestar europeo, sin una Europa solidaria, no hay futuro para los y las trabajadoras.
La crisis es económica, ecológica, de materias primas, alimentaria, es una crisis social y de desempleo masivo, de depauperación de las rentas salariales directas e indirectas. Pero es, en este caso, una crisis financiera. No basta una mera revisión del sistema, es imprescindible la RECUPERACIÓN DE LA BANCA PÚBLICA, LA EXPROPIACIÓN DE BANCOS INCUMPLIDORES, Y UNA REGULACIÓN CONTUNDENTE DEL SISTEMA FINANCIERO PRIVADO.
Con la crisis campando a sus anchas, sin tocar nada, con el modelo laboral ultraflexible vigente, el desempleo seguirá en ascenso. No basta con medidas de apaño paliativas y transitorias. No son suficientes medidas como la compatibilidad de la reducción de jornada con la prestación de desempleo, porque eso no es otra cosa que repartir el paro y la miseria. HAY QUE GENERAR POLÍTICAS PÚBLICAS DE GENERACIÓN DE EMPLEO, EN EL MARCO DE UNA ECONOMÍA ECOLÓGICAMENTE SUSTENTABLE, Y DE REPARTO DEL TRABAJO Y DEL EMPLEO, SIN REDUCCIÓN SALARIAL. Ante una crisis como esta, no vale con plantear medidas defensivas. RESULTA IMPRESCINDIBLE RECLAMAR Y LUCHAR POR UNA REFORMA LABORAL A LA OFENSIVA. Por eso debemos ir más allá de los 12 motivos expresados por los sindicatos mayoritarios, invitándoles a continuar el combate y amplificar los objetivos:
- Por las 35 horas por ley y por negociación colectiva, sin reducción salarial.
- Por la formación de un fondo para la creación de empleo público directo financiado con el conjunto de las ineficaces bonificaciones y subvenciones a la contratación.
- Por un incremento del SMI hasta los 1000 euros mensuales en cinco años.
- Por un crecimiento salarial mínimo según la productividad sectorial más el deflactor del PIB pasado (un indicador más apropiado que el IPC).
- Por la prohibición de despidos en empresas con beneficios.
- Por la causalidad de la contratación temporal. Revisión y concreción casuística de las modalidades contractuales de obra y servicio, y de circunstancias eventuales de la producción. Definir estrechamente empleo temporal justificado.
- Por incrementar las cuotas a la seguridad social del empleo temporal sensiblemente por encima de las de la contratación indefinida, para desempleo y accidentalidad laboral.
- Por la elevación del coste del despido del contrato temporal a 60 días por año trabajado y por la generalización de 45 para el empleo indefinido.
- Por un sistema de pensiones público que se consolide no sólo con cuotas, sino también que se apoye financieramente en impuestos directos procedentes de rentas y patrimonio.
- Por una Ley de Igualdad que exija parámetros mínimos para la erradicación de la segregación horizontal y vertical o cualquier tipo de discriminación directa o indirecta, y el establecimiento de medidas para acabar con la desigualdad salarial. Desarrollo de sistemas de selección y de promoción de personal y de sistemas de clasificación profesional objetivos y transparentes.
- Por la configuración de una red de escuelas infantiles y guarderías, y de agencias de ayuda a domicilio, de carácter público, financiadas con impuestos directos.
- Por una equiparación de trato del colectivo inmigrante sea comunitario o extracomunitario, con el autóctono.
- Por un cambio del régimen fiscal para incrementar la proporción de impuestos directos y progresivos en los ingresos del Estado.
- Por una inversión pública orientada por una planificación favorable a la reactivación económica, la regeneración y sostenibilidad ecológica del modelo productivo, la redistribución social y regional, y que apueste por áreas estratégicas que respondan a las necesidades sociales.
Se trata de una crisis del capitalismo global, y a una crisis mundial hay que responderle con una CONTESTACIÓN INTERNACIONALISTA. Los sindicatos deben ser conscientes que el primer corsé para las políticas a favor de los y las trabajadores es el modelo de Unión Europea realmente en construcción. Sin otro modelo de Europa, sin una regulación laboral y fiscal europea, sin expectativas de un Estado del bienestar europeo, sin una Europa solidaria, no hay futuro para los y las trabajadoras.
La crisis es económica, ecológica, de materias primas, alimentaria, es una crisis social y de desempleo masivo, de depauperación de las rentas salariales directas e indirectas. Pero es, en este caso, una crisis financiera. No basta una mera revisión del sistema, es imprescindible la RECUPERACIÓN DE LA BANCA PÚBLICA, LA EXPROPIACIÓN DE BANCOS INCUMPLIDORES, Y UNA REGULACIÓN CONTUNDENTE DEL SISTEMA FINANCIERO PRIVADO.
Con la crisis campando a sus anchas, sin tocar nada, con el modelo laboral ultraflexible vigente, el desempleo seguirá en ascenso. No basta con medidas de apaño paliativas y transitorias. No son suficientes medidas como la compatibilidad de la reducción de jornada con la prestación de desempleo, porque eso no es otra cosa que repartir el paro y la miseria. HAY QUE GENERAR POLÍTICAS PÚBLICAS DE GENERACIÓN DE EMPLEO, EN EL MARCO DE UNA ECONOMÍA ECOLÓGICAMENTE SUSTENTABLE, Y DE REPARTO DEL TRABAJO Y DEL EMPLEO, SIN REDUCCIÓN SALARIAL. Ante una crisis como esta, no vale con plantear medidas defensivas. RESULTA IMPRESCINDIBLE RECLAMAR Y LUCHAR POR UNA REFORMA LABORAL A LA OFENSIVA. Por eso debemos ir más allá de los 12 motivos expresados por los sindicatos mayoritarios, invitándoles a continuar el combate y amplificar los objetivos:
- Por las 35 horas por ley y por negociación colectiva, sin reducción salarial.
- Por la formación de un fondo para la creación de empleo público directo financiado con el conjunto de las ineficaces bonificaciones y subvenciones a la contratación.
- Por un incremento del SMI hasta los 1000 euros mensuales en cinco años.
- Por un crecimiento salarial mínimo según la productividad sectorial más el deflactor del PIB pasado (un indicador más apropiado que el IPC).
- Por la prohibición de despidos en empresas con beneficios.
- Por la causalidad de la contratación temporal. Revisión y concreción casuística de las modalidades contractuales de obra y servicio, y de circunstancias eventuales de la producción. Definir estrechamente empleo temporal justificado.
- Por incrementar las cuotas a la seguridad social del empleo temporal sensiblemente por encima de las de la contratación indefinida, para desempleo y accidentalidad laboral.
- Por la elevación del coste del despido del contrato temporal a 60 días por año trabajado y por la generalización de 45 para el empleo indefinido.
- Por un sistema de pensiones público que se consolide no sólo con cuotas, sino también que se apoye financieramente en impuestos directos procedentes de rentas y patrimonio.
- Por una Ley de Igualdad que exija parámetros mínimos para la erradicación de la segregación horizontal y vertical o cualquier tipo de discriminación directa o indirecta, y el establecimiento de medidas para acabar con la desigualdad salarial. Desarrollo de sistemas de selección y de promoción de personal y de sistemas de clasificación profesional objetivos y transparentes.
- Por la configuración de una red de escuelas infantiles y guarderías, y de agencias de ayuda a domicilio, de carácter público, financiadas con impuestos directos.
- Por una equiparación de trato del colectivo inmigrante sea comunitario o extracomunitario, con el autóctono.
- Por un cambio del régimen fiscal para incrementar la proporción de impuestos directos y progresivos en los ingresos del Estado.
- Por una inversión pública orientada por una planificación favorable a la reactivación económica, la regeneración y sostenibilidad ecológica del modelo productivo, la redistribución social y regional, y que apueste por áreas estratégicas que respondan a las necesidades sociales.
3 comentarios:
Desde mi modesta opinión, me gustaría plantear algunas pequeñas cuestiones.
¿Por qué achacar a la gestión privada de la banca la actual crisis, cuando en España han sido las cajas de ahorro, que son entidades públicas –caso de CCM-, las corporaciones locales –caso de los ayuntamientos- y las agencias estatales las que más irregularidades han cometido? En USA, por cierto, también, fueron las agencias del estado las que compraban las hipotecas basura.
“GENERAR POLÍTICAS PÚBLICAS DE GENERACIÓN DE EMPLEO, EN EL MARCO DE UNA ECONOMÍA ECOLÓGICAMENTE SUSTENTABLE” suena muy bien, pero ¿cómo se hace? Los políticos y funcionarios demuestran cada día más una incapacidad total como gestores, sin ideas, ni talento, ni ganas de currar. Los enunciados generales son figuras dialécticas muy bonitas, pero después se nos queda cara de tontos cuando nos ponemos a pensar detenidamente cómo materializar las cosas. La verdad, suena raro que la salida a la crisis pase por dar más poder a quienes demuestran día tras día no tener ni idea de lo que hacen.
Y respecto a la reforma laboral a la “avant garde”, me parece bien. Pero, ¿no sería preferible acabar con el empresario incumplidor? La economía sumergida es una realidad en España. Hay dos tipos de empresarios, los que tratan de cumplir la ley, con grandes dificultades, y los que no, que hacen pingües beneficios a costa de infringir la ley –laboral, fiscal, medioambiental, etc.- El estado no incentiva adecuadamente a los agentes económicos, no porque no legisle o lo haga mal, sino porque no persigue al defraudador. Nuestra clase política y funcionarial hace mucho marketing político al legislar, pero no se toma la molestia de hacer cumplir sus propias leyes. Por otra parte, las “veleidades quinquenales” del tipo de un modelo de empresa pública gestionado por una clase funcionarial han sido siempre y serán suicidas.
Y respecto a la desigualdad salarial, ¿no contribuyen también los sindicatos a ella con todo su entramado de intereses políticos, sectoriales, funcionariales, etc? ¿Qué han hecho los sindicatos en estos últimos años para hacer más transparente sus propios procesos de contratación? ¿No practican ellos también el clientelismo y el nepotismo?
Gracias por el comentario.
Me gustaría señalar algunas cuestiones:
- El capitalismo si se ha consolidado ha sido gracias a una articulación mutuamente creciente de Estado y Mercado. En efecto, también hay que cuestionar el papel del Estado. Pero sobre todo de la naturaleza social, criterios de conducta y orientación de ambos. Ni todo el Estado es malo ni todo mercado es bueno. Hay que ver su carácter social y criterios de gestión.
No se cuestión relevante hablar de empresariado bueno o malo, sino de las reglas de asignación de los recursos a las que se someten en su comportamiento. Siempre será necesario grupos de personas cualificadas, innovadoras, con capacidades directivas, porque con su trabajo aportan un valor importante. Pero de esto no se sigue que se tenga que aceptar la apropiación del excedente por parte de una minoría social, la propiedad o la herencia como mecanismos de poder y para detentar la capacidad decisoria, la aceptación del desvío del excedente a propósitos no productivos, o que la única regla de asignación sea el beneficio.
Si el mercado capitalista asigna mal los recursos, tampoco hay garantías que el funcionariado lo haga bien. En efecto, deben imponerse unas reglas que impidan el burocratismo, el privilegio, y que hagan prevalecer la transparencia, la eficiencia, la asignación democrática y racional de los recursos, y orientarlos a las necesidades sociales.
El sindicalismo es un subproducto del capitalismo. Una institución deformada de la defensa de los derechos de los y las trabajadoras, que ha sido uno de los pocos vehículos para resistir y amortiguar las agresiones de las clases dominantes. Adolece de muchos defectos propios, pero es su forma de incrustación en el aparato del Estado y los armisticios a los que se ve sometido por parte de la burguesía, la que ocasiona principalmente su deformación. Cuando haya una democracia económica y un gobierno de todos aquellos que aportan un trabajo socialmente útil no hará falta sindicatos. Pero, hoy día, son completamente imprescindibles como única herramienta de defensa de la clase trabajadora, que es la que genera con su trabajo la riqueza.
Te invito a leer otros artículos y sostener este diálogo y polémica. Muchas gracias por tu atención.
Quiero iniciar el comentario dejando claro que también considero que los sindicatos actualmento son imprescindibles para la defensa (y organización) de la clase trabajadora. Coincido igualmente en considerar que a pesar de ello los sindicatos tienen unos límites que exigen que la clase obrera se dote de otros instrumentos si quiere alcanzar su total emancipación. Centrándome en la situación actual opino que es necesaria una rectificación de algunas formulaciones y se deberían incorporar reivindicaciones que permitieran mejorar a largo plazo la correlacion de fuerzas. En primer lugar reforzando el principio de causalidad en todos los aspectos de las relaciones laborales(celebración del contrato, modificación del mismo y finalización de la relación laboral) y en segundo lugar ampliando los derechos de los sindicatos en el interior de la empresa democratizando así el puesto de trabajo.
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