EL ACUERDO PRESUPUESTARIO ENTRE EL GOBIERNO Y UNIDOS PODEMOS: ¿CORRECCIÓN
SOCIAL DE UN GOBIERNO NEOLIBERAL Y OBEDIENTE CON LA UE?.
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Daniel Albarracín
17/10/2018
Unidos Podemos y el gobierno han alcanzado un
acuerdo para poder apoyar las cuentas para el año 2019. Sólo el PNV ha mostrado
su apoyo (aunque no gratis) hasta el momento, y aún faltan cinco diputados más
al menos para superar los 166 del bloque conservador. Mientras, PdCat se
mantiene ambiguo y ERC en contra. A día de hoy los números no salen, lo que
podría conducir a que el gobierno adopte los presupuestos del PP como propios.
Veremos.
En relación al acuerdo, el perfil macroeconómico global del
presupuesto resultante es restrictivo. Lleva la impronta de los límites
establecidos por Bruselas, su adaptación a la senda de déficit, que se fija con
un 1,8% del PIB, menos que años anteriores, pero tampoco es un presupuesto del
viejo gobierno del PP. Desde el lado del gasto público, los presupuestos son contractivos
(descenderá al 40,9% del PIB en 2019 desde el 41,2% del PIB de 2018). En su
composición interna dejan la inversión pública, cuyos efectos multiplicadores
son mayores que el resto del gasto, en un raquítico 1,9% del PIB (para poder dar
espacio a la mejora de algunos capítulos sociales). En el lado de los ingresos,
también prevé elevar la presión fiscal en seis décimas, pasando del 34,93% al
35,54% del PIB, con algunas mejoras progresivas del régimen fiscal. Según
cálculos de Podemos, con las medidas acordadas podría elevarse los ingresos
públicos en torno a los 7000 millones y los gastos en unos 4500 millones de
euros. En balance todo ello permite el control del déficit, más que incluso los
gobiernos del PP, para adecuarse a los parámetros del Pacto de Estabilidad y
Crecimiento.
A este respecto, en la negociación han caído
no pocas cosas de lo que Unidos Podemos ya planteaba, en principio ya de manera
autocontenida. Muchos de los puntos inicialmente propuestos se han vaciado o
sustituido por una promesa de puesta a discusión. Los capítulos sobre
regulación del sistema financiero han sido aplazados. Sin embargo, hay aspectos
de corrección social que dispondrá el potencial presupuesto en cuanto a sus
contenidos que, incluso a pesar de la moderación sufrida en el proceso de
negociación, no son desdeñables. Era el pacto posible en el marco de una
negociación política a alto nivel que no ha disfrutado de una ola de
movilizaciones, ni se ha organizado tal cosa, que le permitiera ir más lejos. En
conclusión, tenemos un acuerdo que, de aprobarse, comportaría una corrección
social a un presupuesto de rumbo social-liberal. Un pacto que, al gobierno, le
deja en buen lugar. Compromete a soberanistas si no se aprueban, ata a Unidos
Podemos a la narrativa del control del déficit y al horizonte acotado, y no
sabemos si realista, de aspirante a socio de gobierno, y le permite al gobierno
volver a marcar agenda política.