26/11/20

Reseña sobre Ciudad Periferia: el “fracaso” de la reconversión industrial madrileña 1980-2020. De Pablo López Calle, Andrés Alas-Pumariño y Julio A.Fernández Gómez

Publicado en Sociología del Trabajo https://revistas.ucm.es/index.php/STRA/article/view/69926/4564456554361

Por Daniel Albarracín Sánchez[1]. 9/4/2020.

 Sociología del TrabajoISSN 0210-8364, Nº 96, 2020 (Ejemplar dedicado a: La cuestión jornalera entre dos crisis), págs. 111-114

 

Un ejercicio de generosidad investigadora.

En los tiempos que corren resulta reconfortante encontrarse con una obra repleta de generosidad intelectual e investigadora como la que hoy tratamos aquí.

Este estudio, en primer lugar, resulta un don su propia forma de edición, el libro. Todo un ejercicio de desinterés bajo el modelo académico reinante, dominado por la delirante carrera por la acumulación de puntos en una limitada panoplia de revistas, a las que se las atribuye el monopolio de cientificidad, y el articulocentrismo consiguiente, como ladrillo básico de producción y de reconocimiento académico. La dinámica de especialización parcelaria del conocimiento, la concentración en pocos espacios donde se escribe y publica sin parar, pero que apenas reciben lectura, y el jotacerrismo como regla competitiva, ha desplazado al formato libro como vehículo de difusión del conocimiento. Sólo en libro era posible recogerse un estudio con la vocación multidisciplinaria, global e integrada que contiene este.


En segundo lugar, porque aborda su objeto en tanto que fenómeno social total (Mauss, M., 1991). Y lo aborda desde varias perspectivas que enriquecen y estructuran la producción del conocimiento que se elabora desde él. Se trata de un fenómeno complejo y amplio en un contexto y proceso histórico, en la que se hilan sujetos, generaciones, procesos de producción y modos de vida situados en el espacio urbano y global. Desde este enfoque, se nos presentan las virtudes de lo que es un trabajo empírico, alimentado en un trabajo de campo cualitativo y cuantitativo, que tanto nos dimensiona los cambios poblacionales, laborales, productivos y de formas de convivencia familiar, como nos muestra los discursos y experiencias de los sujetos, sujetados a este proceso estructurado (Ibáñez, J.; 1991), que han vivido y viven esta realidad.

Se trata de un trabajo generoso y participado, que porta escuela (Castillo, J.J., 2009). Se trata de un trabajo interconectado globalmente, en tanto que ha contado con varias generaciones de investigadores, y con equipos que realizan estudios equivalentes en lugares del mundo muy distintos, desde Argentina, España hasta Francia. Es también generoso, por el cuidado con el que se da comprensión a las dinámicas vivas que se observan, con una mirada paciente de larga perspectiva.

El estudio se focaliza en la realidad socioproductiva y urbanística de Coslada. A la cual se le va a denominar Ciudad Periferia.

Naturalmente, Coslada contiene particularidades debido a su papel peculiar como nodo de movilidad logística en la división del trabajo estatal. Ahora bien, la investidura del término responde por lo que tiene de universal como espacio periurbano dependiente en el entorno de una gran metrópoli, que se va a configurar auxiliarmente al gigantismo de la capital del capital peninsular. Universalidad concreta en este caso, cuya mirada de análisis permite no sólo la réplica metodológica y de enfoque sobre otras periferias urbanas afines, facilita la comparabilidad de procesos en espacios periféricos, sino también la comprensión de su interrelación dentro del capitalismo global de amplia movilidad de mercancías.

Como fenómeno social total, como universalidad concreta, articula excelentemente como son los modos de vida en la ciudad periurbana de Coslada, sino también da cuenta claramente de los procesos de cambio productivo, empresarial y laboral que, suponen, en sí mismos, los ejes gravitatorios explicativos del fenómeno vivo que se estudia.

La sociedad salarial de servicios (Albarracín, D., 2003) se configura como sociedad superindustrial en su base, coadyuvando, merced al desarrollo de las empresas-red, la reconversión y fragmentación del proceso de trabajo y la degradación de la relación de empleo, la extensión de las sociedades de servicios. Estos servicios ocupan espacios diferentes en la cadena de valor. Algunos desarrollan tareas en actividades clave como el diseño industrial, la investigación y la concepción tecnológica, las finanzas, la distribución comercial, el asesoramiento u otros. Y otras en áreas subordinadas, como son los servicios a las personas, el transporte, la operativa de sistemas o la reparación. Pero ya en la periferia de la cadena de montaje semiautomática (Friedmann, G. y Naville, P., 1963).

En el caso de Coslada el proceso de transformación social más visible se produce en tres fases. Primero, la gigantesca inmigración del campo a la ciudad en plena época franquista, en este caso periurbana. Segundo, el desarrollo de la fabricación de vehículos a motor. El tercero, debido a la reconversión del proceso manufacturero y la fragmentación y rearticulación del proceso productivo, con el consiguiente desplazamiento del empleo y su transformación en relaciones laborales que externalizan la responsabilidad de los empleadores para hacer pasar el salariado a la condición de (falsos) autónomos. Con ello, se pasa de la fabricación de camiones, como actividad emblemática de Ciudad Periferia, a la conducción de camiones propio de la logística de mercancías global en el centro del territorio español. Este sería el hilo conductor más emblemático de este trabajo.

Las estrategias de recuperación de la tasa de ganancia que sigue el capital se encauzan mediante procesos de desinversión selectiva, financiarización y reconversión de actividades, cambios de organización del trabajo y en las formas de relación empresarial y laboral, de cara a diversificar y externalizar los riesgos. Una vez se detallan los procesos de difuminación del riesgo empresarial y de mercado, y de definición de estructuras jerárquicas que pasan del interior de una gran fábrica al exterior y a lo largo de un entramado empresarial y contractual complejo, desde empresas matrices a auxiliares, descargándose los riesgos en actores individuales, se hace necesario focalizar sobre la dinámica acoplada al mundo del trabajo.

La alteración radical del mundo del trabajo redunda eje central de examen de este estudio. Tanto las formas de empleo, extremadamente externalizadas y subordinadas, para extender las formas menos garantistas en cuanto a formas de protección y de derechos, como en lo que supone la retribución sucesivamente aminorada; como en la dinámica del proceso de trabajo, donde la intensificación del trabajo como la normalización de la puesta en disponibilidad permanente de la fuerza de trabajo para las empresas, son escrutadas con sumo detalle y buen hilo conductor.

A este respecto, cabe reflejar y poner de relieve cómo se produce el cambio desde el viejo modelo fordista de gran empresa industrial, en el que la fuerza de trabajo interviene acoplada a la cadena de montaje en el proceso de fabricación. Los procesos de “autonomatización”, o robotización semiautomática, desplazan a la fuerza de trabajo a otros espacios o resortes del proceso de producción (Albarracín, D., 2017). Del modelo de acople directo a la cadena, se pasa al previo (en los procesos de diseño y concepción), al afuera (operación, mantenimiento, reparación), y al después (a la distribución), dejando como proceso siempre necesario para la logística de provisión y de suministro el transporte como tarea ineludible cada vez mas taylorizado en su definición. En ese nuevo modelo postfordista, la clave consiste en proveer, mantener, operar, reparar, sostener y aprovechar una cadena de producción que ya es semiautomática y robotizada. Ya no son precisas legiones de trabajadores en la cadena de montaje, estos se desplazan en tanto que operadores de sistemas. Entre todas las fases de operación, en la que Ciudad Periferia, Coslada se especializa en la logística de transporte, en la que fragua la reconversión del trabajador de cadena de montaje en la figura del conductor.

 

El papel de los sujetos, psicologización e individualización: Hacia una comprehensión terapéutica.

 

Asimismo, el estudio procura no tanto un enfoque de transformación, que desde el estudio materialmente es difícil de causar por sí mismo, sino que propone un ejercicio de análisis global y crítico al servicio de la comprensión de los mismos sujetos que viven la situación, con una vocación terapéutica y netamente cuestionadora. Para ello, desmantelará el conjunto de mitos y relatos legitimadores y autojustificativos que amparan el trato ventajista en virtud del cual las empresas extraen el valor de la fuerza de trabajo, de la energía y tiempo de las personas involucradas, tanto en la dimensión productiva como reproductiva.

Frente al relato moral que culpabiliza a las víctimas de su propia situación, en la que se responsabiliza de sus logros y fracasos, en una retórica meritocrática –que no resiste la prueba de los hechos, en tanto que el capital relacional es determinante-, a los propios individuos, se presenta un proceso estructurado en el que el poder se despliega su liderazgo y discurso de autolegitimación, capacidad de disciplinamiento –por el látigo amenazante del despido-, y su aplicada ingeniería empresarial y de gestión de los recursos humanos. Un poder que se presenta entre la prerrogativa empleadora del empresariado y las políticas públicas de empleo, que, bajo el argumentario de la activación, deriva, también a las personas que buscan un empleo y que trabajan, lógicas tanto de autoinculpación como de autoexplotación. De tal manera que, las experiencias se presentan como vivencias individuales aisladas e impotentes en la que no sólo se ejerce una violencia estructural que determina la fase y modelo de formación de la fuerza de trabajo, a través de lógicas familiares que predefinen las disponibilidades conjuntas de sus miembros, sino también las mentalidades de los individuos para asumir una lógica que les es ajena pero que les compromete hasta el extremo.

A este respecto, el estudio hila bien, cómo esos individuos transitan por generaciones que vehiculan las transformaciones en el modo de vida y de reproducción. Son esas generaciones las que, por fases, van a emigrar, comprar casas baratas, trabajar en las fábricas, ir aceptando deterioros en las condiciones de empleo, asumiendo trabajos inestables inicialmente bien pagados. Para luego, en las siguientes etapas, como la inaugurada en 2008, padecer la crueldad de la crisis perdiendo los empleos, la capacidad de negociación en condiciones desindicalizadas y sin cualificación, y tener que ir aceptando formas nuevas de empleo sin garantías bajo un nuevo modelo neotaylorista, prácticamente a destajo. Unas formas de empleo que suponen arriesgarse perdiendo ingresos, o disponer los ahorros para poder comprar un camión y asumir su amortización periódica, ya bajo figuras como el de trabajador económicamente dependiente o falso autónomo.

Esta transformación se presenta en el estudio facilitando una comprensión estructural de su entramado procesual intencionado y dirigido por las empresas red, muchas de ellas transnacionales, bajo el contexto de la globalización mercantil. Son precisamente estas lógicas las que empujan a una movilidad de las personas que explican su selección y expulsión del empleo, así como también de la ciudad, tal y como se da cuenta con el colectivo inmigrante, así como el que luego emigrará a otros espacios logísticos, cuyo detalle se aborda para el caso de los Países Bajos, en Rotterdam, empleados con los nefastos contratos cero horas, paradigma de la disponibilidad plena y el trabajo remunerado a destajo.

Esta estrategia de investigación, y comunicación, se elabora con un propósito, como decimos, terapéutico, que facilita el salto de la vivencia individual fragmentada a la visión estructural de un tipo de relaciones en las que actores empresariales y lógicas del modo de producción vigente determinan los pasos de los sujetos subordinados. El mismo discurso se despliega entre los agentes que disponen de poder, observando una inclinación por cierta interpretación foucaltiana (Foucault, M.; 1970) en los autores, en tanto que episteme que influye en las concepciones y conductas de los otros. Ese poder lo aplica de manera cínica, y entre los subordinados lo hacen entre la confusión y el chantaje sufrido, o en formas también cínicas, cuando se asumen las condiciones dadas, que empujan a la competencia sin cuartel con sus iguales.

Si se me permite, cabe afirmar que hay procesos sociales que, incluso entre las víctimas, descartan una perspectiva ingenua e inconsciente. Esto solo cabe admitir ignorancia en las fases inmaduras de las biografías personales. Cuando se llega a la adultez, el poder no engaña, sino que chantajea seductoramente, bajo una vía perversa. La lógica de poder hace todo lo posible por comprometer a los subordinados en la asunción de un marco que no eligen y en el que están empujados a jugar hasta las últimas consecuencias, empleándose a fondo, pensándose salir de él como un imposible. Ese imposible entraña el ejercicio más ideológico imaginable.

De tal manera que, observamos, las lógicas de individuación están conformadas a través de determinados vehículos que las animan pero también modelizan sus límites, frente a la idea de que el horizonte tendencial está culminado, tal y como parece darse a entender en el estudio.

Desde este punto de vista, desde el lado reproductivo y demográfico, las familias encierran, en el mundo que hoy corre donde lo comunitario y lo público se achican, el espacio en el que se dirimen los modos de reproducción de la fuerza de trabajo y que también motivan y legitiman lógicas de competencia. Las familias ya no son tradicionales ni extensas, ni se agrupan diferentes generaciones, salvo por lógica de necesidad material, y se abren pasos familias nucleares reducidas, en las que más miembros salen a emplearse en un contexto de salarios acortados que frustran el modelo del breadwinner (Ezquerra, S., 2012), sin abandonarlo completamente. En ese contexto, los cuidados se ven cuarteados y desabastecidos, con formas de provisión irregulares y desequilibradas, intensificando la doble carga de las mujeres, la desatención de las personas dependientes, y de las propias personas que trabajan, atrapados en la lógica temporal desestructurada. Las lógicas de disponibilidad permanente, paro recurrente, inestabilidad en el empleo, jornadas parciales, o irregulares, o el pluriempleo, implican una disminución de los tiempos de calidad, de tiempo libre, de socialización reconfortante, de formación sostenida y coherente. Así, imperan los tiempos muertos, los tiempos pendientes, entrecortados o mutilados, las relaciones asincrónicas y el desencuentro, en suma, un desgobierno del tiempo de la vida en general. Dicho de otra manera, no sólo se asiste al deterioro de los niveles de vida sino también del propio género de vida, que presupone un dominio de los propios tiempos y la conducción de un proyecto vital. Sin embargo, al mismo tiempo, por la familia “se mata”, haciendo que los trabajadores, invocando esa solidaridad familiar trágica, lleguen a afirmar que “primero han de comer mis hijos antes que los tuyos”. En suma, el mito de la familia nuclear representa la unidad de dominio mejor delimitada que dispone el capital en tiempos del neoliberalismo para culminar el proceso de conversión de la población en fuerza de trabajo disponible, en empleos que circulan sobre el alambre, en condiciones que directamente facilitan la conversión de la fuerza de trabajo en trabajo efectivo valorizable (García, J., 2003).

A su vez, en el lado de la organización laboral, la individuación, muy visible en el caso de los autónomos, no siempre alcanza su límite final. De hecho, los autónomos, aun cuando sean decisivos en la lógica de fragmentación del cuerpo colectivo laboral en tanto que figura de destino mítico, y aunque sean crecientes y significativos en Ciudad Periferia, no comportan más que un porcentaje de las formas de empleo laboral que, en términos globales, incluso tienden a decrecer paulatinamente –otra cosa bien distinto posiblemente cabría decir del trabajo informal-. A este respecto, el estudio se lamenta de la pérdida, la ausencia o la dejación del mundo sindical a la hora de intervenir y organizar estos procesos de trabajo. Sin embargo, la realidad no muestra la desaparición del sindicalismo. Para ser precisos, lo que está sucediendo deviene en una fuerte mutación.

El sindicalismo moderno, aun cuando en los modelos latinos se cuente con sindicatos generales de clase en términos formales, está afectado de varios vectores de cambio, algunos originados en razones externas y otros en causas internas. Estos vectores afectan no sólo al ecosistema de todos los sindicatos, sino que también cambian el interno de los grandes sindicatos, desvertebrados en sectores y territorios engullidos por una lógica de negociación marcada por una agenda y marco cada vez marcado por otros. Desde esta óptica, podemos identificar al menos tres, que pueden ser divergentes o combinarse entre sí:

·       Una tendencia a una lógica “amarillista” o acorde a la empresa. Esto es, la extensión de representaciones sindicales que pactan o son afines con las direcciones empresariales. Esto es, una representación que aboga por intereses creados y propios pero también alineados con los intereses empresariales, aun cuando sostengan discursos generales que persiguen cierta legitimación que los justifique. Frecuente en empresas donde la autoorganización de los trabajadores no se produce, o está cohibida, ni hay presencia sindical previa.

·       Una tendencia a una lógica microcorporativista. Esto es, una conformación de agrupación de trabajadores en base a una lógica de categoría profesional o departamental. Se mueve por intereses parciales de una capa laboral determinada, que puede colisionar con los intereses empresariales, pero que, en última instancia, suele ocasionar un desconocimiento de intereses de otras capas laborales, una ausencia de estrategia conjunta o común, y puede generar intereses creados particulares. Su capacidad e influencia está determinada por el lugar ocupado por dicha capa laboral en la cadena de valor.

·       Una tendencia al sindicalismo de empresa radical. Las últimas reformas laborales, que ha dado primacía al convenio de empresa en la negociación, y la falta de una estrategia proactiva y amplia del sindicalismo general o de clase, ha causado la aparición creciente de sindicatos a nivel de empresa, como mucho a escala sectorial como agregados de agrupaciones sindicales de empresa, a veces con postulados críticos y actitudes combativas. Sus logros, aunque muchas veces tiene una aspiración de clase, dada su fragmentación y falta de implantación, dependen de victorias esporádicas y efímeras, que son fácilmente superables si no pueden paralizar la producción sectorial y establecer una negociación de conjunto.

En suma, el estudio, una vez que brinda una caracterización estructurada de los procesos reales, no desborda el objetivo terapéutico favorable a la comprensión. Comprensión que, para los sujetos maduros, es muchas veces conseguida, pasando de la ingenuidad ignorante al cinismo rivalista impotente. No consigue zafarse de la lógica de la impotencia, que sólo da margen, a nivel de los individuos, a la intensificación de la competencia y la autoexplotación. La terapia comprehensiva no parece suficiente, aunque, naturalmente, para transformar los procesos en curso, comprender resulta un paso imprescindible. Y este objetivo está sobradamente cumplido.

 

BIBLIOGRAFÍA

·       Albarracín, D. (2003) “La sociedad salarial de servicios a debate: ciclo del capital, estructura social y subjetividad obrera” Cuadernos de relaciones laborales, ISSN 1131-8635, Vol. 21, Nº 2, 2003, págs. 191-213

·       Albarracín, D. (2017) ¿Qué explica la creación o la destrucción de empleo?. 20/05/2017. Revista Viento Sur. https://www.vientosur.info/spip.php?article12621

·       Castillo, J.J. (2009) El trabajo del sociólogo. Editorial Complutense.

·       Ezquerra, S. (2012) “Acumulación por desposesión, género y crisis en el Estado español”. Revista de Economía Crítica, nº14, segundo semestre 2012, ISNN 2013-5254

·       García López, J. (2003) “La fuerza de trabajo es una mercancía”. Cuadernos de relaciones laborales, ISSN 1131-8635, Vol. 21, Nº 2, 2003, págs. 43-66

·       Foucault, M. (1970). Las palabras y las cosas. Una arqueología de las ciencias humanas. Buenos Aires: Siglo XXI.

·       Friedmann, G. y Naville, P. (1963) Tratado de Sociología del Trabajo. Fondo de Cultura Económica.

·       Ibáñez, J. (1991) El regreso del sujeto. La investigación social de segundo orden. Editorial Amerinda.

·       Mauss, Marcel (1991) “Ensayo sobre el don” en Sociología Y Antropología, Tecnos, Madrid, pp 155-263.



[1] Daniel Albarracín es actualmente Consejero de la Cámara de Cuentas de Andalucía, Doctor en Sociología y Licenciado en Ciencias Económicas, fue profesor en la Universidad Complutense de Madrid y en la Universidad Carlos III. Está especializado en sociología del trabajo y políticas económicas y sociales.


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