2/1/20

Un pequeño homenaje a Emilio Albarracín Marín

Este 2020 no comienza nada bien.

Mi primo, camarada y amigo, Emilio Albarracín Marín, falleció de un infarto el día que inauguraba el año 2020, ayer por la mañana, a la edad de 47 años.

Esta tarde, día 2, podrá acompañarse a la familia en el velatorio que se realizará en el Tanatorio de la M-30, en Madrid, por la tarde, sobre las 19.
Emilio fue alguien importante, para muchos, desde luego para mí. Esas personas que dan soporte a la vida, a la amistad, a la confianza, a que las cosas fuesen mejor. Sabía disfrutar y hacía disfrutar a las personas que estaban con él, desde la
sinceridad, la lucidez, la calidez humana y la siempre mayor afable simpatía.

Fue el hijo mayor de uno de mis principales maestros, Jesús Albarracín. Cuidó de él hasta que mi tío falleció en Marzo de 2000. Fue su lugarteniente en el piso que compartían, ayudando a preparar las reuniones que se celebraban allí, donde pasaron importantes personas de la izquierda política y sindical de este país, y por tanto fue un asistente y un observador privilegiado, sin embargo, muchas veces invisible a la sombra de su brillante padre.

Tenía apenas un año más que yo. Fuimos compañeros de juegos y confidencias, de activismo, de aprendizajes mutuos y reflexiones políticas en común. Hablábamos de política, de economía, del movimiento obrero y del capitalismo. Compartíamos propósitos, cambiar este mundo tan injusto, lo hicimos juntos durante tiempo. En torno al sector crítico de CCOO, en Izquierda Unida, y en Anticapitalistas también.

Fue él quien me animó a entrar en Espacio Alternativo, que ha sido después Izquierda Anticapitalista y Anticapitalistas ahora, en un momento incierto, tras mi salida de otras organizaciones. Allí me encontré con un grupo humano organizado con mi misma cultura política, y es allí donde he encontrado un método común.

Pero hoy quiero recordar a la persona inmensa que fue, una fuente de afecto, un abrazo humano en sí y de por sí, siempre fraternal.

Lo ha matado un infarto, pero detrás de él hay una vida de precariedad laboral y cierta soledad, a pesar de sus muchas amistades y su familia, a la sombra de mucha luz. Sin embargo, desde su modestia, siempre fue un pilar fundamental para que sus amigos, familia y camaradas siguiésemos adelante. Y, quizá por ello, se olvidaba un poco de cuidarse.

Quisiera que estas palabras fuesen un sentido homenaje a mi primo, si se me permite decirlo, preferido. Al que siempre recordaré con cariño, con complicidad, con una sintonía que es muy difícil encontrar.

Tuve la fortuna de ponerme al día con él el pasado día 30, como solíamos hacer. Al menos tuve la ocasión de estar con él, para hacerle sentir que me importaba.

¡Hasta la victoria siempre!.¡Qué la tierra te sea leve, querido primo!"

2 comentarios:

Unknown dijo...

Lo único que puedo decir. Te quiero Emilio.

Anónimo dijo...

Un abrazo, estés donde estés,compañero...