26/9/12

Financiarización: ¿Qué alternativas a este modelo de reapropiación del valor?.



Daniel Albarracín
Economista y Sociólogo. Abril de 2012. En base a esta versión de artículo se ha publicado un artículo en el Dossier nº6 de Economistas Sin Fronteras de Septiembre de 2012, en su pág. 10, titulado "Las finanzas contra el trabajo. ¿La financiarización sin alternativas?". En este post aparece un video de su presentación.

Una caracterización de la crisis en curso.

Dos rasgos principales caracterizan la crisis capitalista que está en curso: sobreproducción, primero, y, después, financiarización de la economía.
La financiarización adopta múltiples manifestaciones. El rasgo “micro” más sobresaliente afecta a la toma de decisiones empresarial, supeditada a la valorización de un conjunto de títulos (acciones, obligaciones, etc…) en los mercados financieros. A escala “macro”, refiere al pesado lastre de apalancamiento y endeudamiento general ocasionado por la desregulación crediticia y su expansión descontrolada puesta en marcha para contrarrestar aquella sobreproducción. Desde mediados de los 90 la nueva política económica emprendió una huída hacia delante estimulando la economía con un anabolizante que ha supuesto una carga hacia un futuro que, desde 2007, ya está con nosotros.


Los efectos de las políticas monetarias expansivas (Shaikh, A; 2011) y la desregulación financiera animaron el ciclo de crecimiento 1996-2007 en España. Un ciclo donde los fundamentales estaban impulsados por locomotoras artificiales de limitado recorrido, como la construcción, alimentadas por la liberalización del suelo y las políticas desfiscalizadoras existentes. Esa trayectoria continuó mientras la evolución de la rentabilidad efectiva de las empresas no se vio sobremanera drenada por los flujos de la devolución de las crecientes deudas acumuladas. A partir de 2007, estos flujos superaron el límite soportable (debido al enorme apalancamiento del sector empresarial que representaba en 2011 el 63% del total de la deuda en España –las otras partidas, deuda hipotecaria (21%), y deuda pública (16%)-, con un volumen que alcanza el equivalente a cuatro veces el PIB a mediados del 2011 según el Banco de España) y las tasas de rentabilidad de las empresas cayeron. Los flujos de devolución de deudas están supeditados a la rentabilidad futura. Si crecen demasiado los primeros y se erosionan los beneficios de explotación, se produce un cortocircuito. Con el estrangulamiento de las cuentas privadas la crisis se inauguraba.

Frente a lo que algunos neokeynesianos como Krugman afirman, la cuestión bancaria y de la deuda es sumamente importante porque entraña una enorme losa para el desarrollo económico, paralizando la actividad y la inversión. Más aún cuando se están aplicando políticas que persiguen socializar la crisis, y la insolvencia del capital privado, entre la mayoría ciudadana, fundamentalmente rescatando al núcleo oligárquico del capital –el mundo financiero y otras grandes industrias-. Con esta operación se convierte la deuda privada en pública. 

Mientras se muestra generosidad con los rescates bancarios se cierran quirófanos, se imponen repagos a las recetas de medicamentos, o se deteriora gravemente la calidad de escuelas y universidades. Las políticas de austeridad productiva y salarial, de fortísimos recortes públicos en actividades de inversión y bienestar, arrojan consecuencias depresivas. Estas se suman a una serie de fuertes medidas de transferencias de rentas del trabajo al capital, a través de fórmulas de desfiscalización de los beneficios, el ahorro y el patrimonio, o, ahora, aplicando la amnistía al fraude fiscal. A su vez, las políticas europeas privilegian a la banca privada, con un BCE que facilita crédito masivo y barato a la banca dejando que el sector financiero privado disfrute del monopolio del crédito al sector público que paga altos tipos por la deuda pública y eleva los costes de financiación del Estado. 

En ese contexto, se procede a severas políticas de ajuste estructural, desinversión, retroceso de las políticas de bienestar públicas y el cercenamiento de los derechos y salarios del mundo del trabajo. Los pronósticos para 2012 y 2013 no pueden ser más desesperanzadores.

Las nuevas políticas, prácticas y figuras de la financiarización

La financiarización no es únicamente un rasgo hipertrófico del capitalismo contemporáneo. También se fragua en nuevas prácticas y figuras concretas.

La empresa en tanto que unidad operativa de producción y toma de decisiones, más aún con la extensión del modelo de empresa-red (matriz-filiales-auxiliares-subcontratas), está perdiendo identidad y autonomía, y se desdibuja su responsabilidad como actor emprendedor o empleador. El accionariado adopta estrategias únicamente comprometidas con proporcionar valor al accionista –dividendos, valor en bolsa- o devolver las deudas a entidades financieras prestamistas, que actúan como rentistas. Frente a las clásicas estrategias productivistas de posguerra, se adoptan medidas de “recentramiento” (refocusing), racionalización del capital y especialización monopolística. Estas nuevas prácticas financiarizadas, aplicando el denominado “efecto punción” (Álvarez, I.; 2007) del excedente, perjudican la inversión, el empleo y el salario.

En este contexto, han surgido agentes instrumentales que coadyuvan estos procesos, si es que las direcciones empresariales no las acometen de motu propio. Las sociedades de inversión (hedge fund, capital riesgo, etc…) irrumpen en las empresas racionalizando producción y empleos, succionando activos, realizando prácticas contables de reconversión de beneficios en intereses (préstamos participados) –con un coste fiscal más bajo-, troceando las unidades productivas para adelgazarlas, revender las más rentables y destruir las que lo fueran menos. Cada vez más sociedades de inversión operan una vez se apalancan hasta niveles insospechados gracias a la complicidad de la banca (leveredge buy out) que les presta crédito y mediatiza, aplicando esta agenda vampirizadora.

A escala macro y de política económica, los gobiernos, en cierto modo títeres de las oligarquías financieras y de la estrategia de Bruselas, están comprometidos con la prioridad de “pagar la deuda pública” a costa de cualquier cosa. Tras significativos desfases de las cuentas públicas, tras desfiscalizar rentas del capital y subvencionar, avalar o rescatar a empresas privadas, se imponen recortes históricos en las políticas sociales (pensiones, educación, sanidad) y se aplican duras medidas contra la regulación laboral y las organizaciones sindicales. Un pago de la deuda que no impedirá que el gasto público siga siendo muy alto y que el ajuste previsto del déficit público sea una quimera. El déficit permanecerá alto tanto por la recesión que propiciarán los recortes, las preferencias del capital privado de financiar el sector público con deuda y no con impuestos –si acaso a las rentas del trabajo y clases medias-, y por el negocio que entraña para el capital bancario la transferencia que supone el diferencial entre tipos de interés del BCE (1%) y de la deuda pública (varios puntos por encima). A este respecto, las agencias de calificación de riesgos evalúan con valoraciones a favor de sus clientes privados y en contra del valor atribuido de las deudas públicas.

Una estrategia clasista contra el mundo del trabajo.

Las nuevas estrategias empresariales y gubernamentales estriban en vías de reapropiación del valor del trabajo, erosionando la masa salarial y, con ella, la fuente de derechos que hasta la fecha le venía asociada.
Las reformas económicas y laborales de los últimos años han favorecido que la productividad por ocupado ascienda –pues menos personal empleado realiza prácticamente la misma producción-. A pesar de la crisis de demanda la inflación apenas se reduce, pues los precios de la energía se disparan. Mientras tanto, los salarios se estancan, merced a la vulnerabilización de los derechos laborales y el tsunami del paro (cercano al techo histórico del 24%).

El mundo del trabajo y las condiciones de ciudadanía son los principales damnificados en este contexto, tanto por la crisis como las respuestas a la misma. Los servicios públicos se deterioran, con presupuestos extraordinariamente restrictivos. Las últimas reformas laborales, especialmente la última, han desguazado derechos laborales, condiciones de empleo y derechos colectivos históricos. Los salarios pierden capacidad adquisitiva, peso en la economía e incluso retroceden nominalmente, hecho inaudito desde tiempos que no se recuerdan. El peso del fondo de salarios en la producción nacional, el salario relativo, decididamente disminuye.

Alternativas.

Sin embargo, hay alternativas, lejos de la pesadumbre o cinismo de los que repiten que no se puede desarrollar otra línea de políticas. Señalamos a continuación algunas propuestas tanto a nivel micro como a escala macro.
Es precisa una reforma del mundo empresarial y del derecho societario, fiscal, financiero y mercantil que incluye medidas del siguiente calibre:
·   Transparencia contable y una mayor información sobre procesos internos de las empresas (relaciones laborales, mecanismos de innovación tecnológica, sistemas energéticos empleados, planes de inversión y empleo, etc…). Que se aplique a empresas de cualquier tamaño, coticen o no en Bolsa. Exigir contabilidades de grupos de empresa, dando cuenta de las transacciones de su mercado interno.
·   Tipificar la responsabilidad de empresariado, accionariado y directivos de personal, de manera subsidiaria y proporcional, con todos los intereses sociales existentes (trabajadores, acreedores, etc…).
·   Regular los límites a la concesión de dividendos y primas de emisión, o los honorarios a los “gestores de los fondos”, así como aumentar la presión fiscal de las rentas del capital.
·   Intervenir y regular el ámbito financiero y establecer límites a las prácticas de las sociedades de inversión, por ejemplo, exigiendo una inversión con una estabilidad mínima en el tiempo para poder influir en el gobierno de las empresas, y una completa transparencia de sus acciones.
·   Reforzar las instituciones (fiscalías de delitos económicos y mercantiles, ampliación de juzgados mercantiles,…..) dedicadas a la supervisión, fiscalización y persecución de las actividades económico-financiero-empresariales, con especial atención al fraude y las operaciones en paraísos fiscales.

Si bien, en otro orden de cosas, resulta imprescindible preguntarse sobre los esquemas de política económica que asumen el pago de la deuda como prioridad política absoluta y los recortes públicos, sociales y laborales como receta principal. En primer lugar cabe preguntarse si de verdad se aspira a equilibrar las cuentas públicas y si la mejor forma es ajustar las políticas de inversión y bienestar públicos al tiempo que se privilegia y se encajan desmedidamente los desfases e insolvencias privadas entre los gastos públicos. O si la vía mejor no fuera combatir el fraude fiscal, y no perdonarlo, así como elevar la imposición a las rentas del capital y del patrimonio. O, incluso, si es admisible pagar una deuda con indicios claros de ilegitimidad y, en casos por determinar, con un origen jurídicamente odioso, tal y como advierte la Plataforma por una Auditoría Ciudadana de la Deuda y las comisiones del 15-M constituidas al efecto.
Son por estos y otros muchos motivos por los que los movimientos indignados, las organizaciones políticas comprometidas con la transformación social y los movimientos y organizaciones sindicales están expresando su malestar y están organizando iniciativas contra una agenda de gobierno que nadie votó. Nosotros animamos a que se produzca una convergencia de las fuerzas sociales para oponerse y para levantar una alternativa. Creemos que hay motivos para el optimismo en este punto, un optimismo consciente del mucho trabajo de pedagogía y de organización que esta tarea titánica va a entrañar.

Bibliografía
Albarracín, D. y Gutiérrez, E. (2012) “Financiarización, nuevos perímetros empresariales y retos sindicales”. Cuadernos de Relaciones Laborales, en Otoño.
Álvarez, N. (2012) Financiarización, nuevas estrategias empresariales y dinámica salarial: el caso de Francia entre 1980-2010. Mimeografiado. Borrador Tesis Doctoral.
Shaikh, A. (2011) “La primera gran depresión del siglo XXI”. Nº9 Sin Permiso.
UITA (2007) Guía de los trabajadores sobre las operaciones de adquisición del Capital Riesgo. Ginebra.
UNI.Global (2007) “Fondos de capital de inversión: Su importancia para los sindicatos”.Suiza.

No hay comentarios: